miércoles, 3 de marzo de 2010

El peletero/Amor rápido (8)


13 Octubre 2009

Cada día te veo pasar por delante de mi tienda, tras los cristales recorres una y otra vez el mismo camino, desfilas mil veces arriba y abajo. Unos días vienes desde la derecha, otros en cambio apareces por la izquierda.

Eres amarilla y verde, eres negra y roja. Hace un tiempo fuiste blanca. Ahora te tiñes el pelo, pero antes usabas pantalones estrechos.

Pasas y me miras o te detienes curiosa para contemplar las fotos y los vestidos. Te vas rápida y decidida, igual como llegaste, resuelta y siempre satisfecha.

Algunos días compras y otros solamente preguntas mientras me observas.

Al irte quizás me perdones algún terrible pecado que jamás he cometido.

2 comentarios:

  1. Quizas aludamos en exceso a la mirada. La observación es más precisa.
    Quizás sea la confesión más eficaz.
    O la concesión.

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  2. Tienes razón, hay un matiz diferente entre observar y mirar aunque no es posible el segundo sin el primero.

    También es verdad, que en toda confesión hay una concesión, como decía Derrida.

    Saludos.

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