miércoles, 11 de febrero de 2009

El peletero/Mi querida Natalia. (3) (2)



19 Octubre 2007

(…) Amor, yo no sé nada de nada,
pero cuando quiero imaginarme un amor puro
o la vida futura, sólo oigo el murmullo
de los torrentes subterráneos, sólo veo un paisaje de piedra calcinada.


(Último fragmento de “En alabanza a la piedra calcinada” de W. H. Auden)

TERCERA PARTE (2)

Pero sí deberé, ya que me lo consultas de nuevo, repetirte por enésima vez que hay dos clases de sexo.

Aunque sé que dentro de diez años volverás a preguntarme lo mismo.

El sexo de uno y el sexo de dos.

Pensarás, como lo has hecho muchas veces, que mis palabras son una disertación moralista y moralizante, rancia, ultra conservadora, trasnochada para los tiempos que corren. Piensa lo que creas oportuno, Natalia, es tu derecho, pero te ruego que no vuelvas a formularme, otra vez más, la misma pregunta.

El sexo de uno se puede practicar en solitario o acompañado. Ya sabes que en cualquiera de los dos casos es puro onanismo.

¿Qué es lo que busca la gente en esa clase de sexo? Su amoralidad, la falta de responsabilidades y de culpas. Eso es lo que la mayoría de personas desean encontrar y no sólo en su propia cama, también lo buscan en su misma vida. Estar, acaso por encima, o al menos fuera y lo más lejos posible de tener que rendir cuentas.

¿Por qué? porque el sexo es la actividad y el terreno de juego más abonado, junto con el dinero, -y por supuesto la política y el poder que conlleva- para que crezcan en él la egolatría, el orgullo, la soberbia, el narcisismo, la vanidad, y lo peor, el egoísmo, el germen del mal, pues mata al otro. Y cuando muere el otro, siempre muere la libertad y todo lo que comporta.

Hoy en día todo el mundo cree que el “buen sexo” es el sexo frívolo, por eso, aunque parezca una contradicción, el sexo de uno es el rey de las relaciones sexuales promiscuas, si bien igualmente se puede dar en una pareja cuya vida sexual ya esté moribunda. O muerta y enterrada. Esa es una deriva terrible, que para hacer algo de humor negro, llamaríamos necrofilia con vivos.

Mucha gente se masturba aunque esté haciendo el “amor” con otro u otra. El sexo de uno es eso, una masturbación, a solas o con alguien más.

Sexo de uno y para uno. Da igual que en tu cama haya otra persona. Da igual que acaricies otro cuerpo. Da igual que otras manos te toquen. Puro onanismo.

Pero… ¿tú crees eso que digo?, ¿para qué me escribes?, ¿por qué siempre me preguntas lo mismo? Una y mil veces. ¿Por qué he de repetirte que el sexo de uno no es un sexo inmoral? No lo es Natalia, simplemente es amoral, nada más.

En el sexo de dos hay un derecho y también una responsabilidad, un deber y una obligación. Un compromiso que es el resultado de un trato asumido de forma libre y responsable.

Cualquier ruptura de ese trato, no manifestada a su debido tiempo y plazo es un engaño y en ese engaño se produce dolo.

Querida Natalia, el sexo es una actividad moral y lo es porque lo es todo aquello en lo que intervienen dos personas. Algo es moral cuando el objeto y el sujeto es el ser humano.

El procurar placer, como el producir dolor, es un hecho que sólo puede darse si se tiene plena conciencia de la existencia del “otro”. Es el resultado de una decisión que forma parte de esa conciencia, no del cerebro de reptil, es un acto humano, de personas emancipadas y libres, que tratan con la mejor de sus voluntades de no ser egoístas y sí de servir, pues un acto de servicio mutuo es.

Y desinteresado.

Un acto de amor.

Uno de los más dulces y más hermosos que puedan darse.

En todo caso espero y deseo por tu bien, que en algún momento sepas lo que verdaderamente necesitas. Quizás entonces tu hijo ya será más mayor y más autónomo. Y tú también, más emancipada y más independiente. Porque debes ser tú la que marque los tiempos. Todo eso sin causar dolor en los demás

Necesitas hacerte valer, económicamente, y como persona, y debes elegir a alguien que sea igual a ti. Igual desde todos los puntos de vista. Es duro decirlo, pero hay que hacerlo, no elijas a alguien pobre.

La pobreza está para paliarla, para erradicarla, si sientes esa necesidad hazlo, lucha a favor de los pobres y de la justicia, pero no seas tú la pobre. No lo seas nunca, huye de ella, es destructora, es maligna, es indigna, es dañina, corroe los cuerpos y las almas.

Dicen que el dinero corrompe, sí, por supuesto, también, y mucho dinero corrompe mucho más. Pero la pobreza es igual de corruptora, o todavía peor.

No seas nunca pobre, no hagas daño a nadie, no cometas delitos, cumple las leyes de tu país, no engañes ni estafes, cumple tus compromisos, pero no seas nunca pobre.

Además no estás sola, tienes un hijo. Debes ofrecerle buen ejemplo y el máximo abanico posible de opciones para elegir. Y tranquilidad. Debes ofrecerle tranquilidad. Los niños son como los ancianos, no aceptan bien los cambios, necesitan saber que el paisaje y el paisanaje son inalterables.

Al menos en los próximos diez años no, hasta que tu hijo sea mayor de edad, pero diez años son toda una eternidad.

¿Y sabes por qué?, porque pasan muy rápido.

Cuando te des cuenta ya estarás muerta.

Tu amigo que te quiere.

Miguel.