sábado, 27 de marzo de 2010

El peletero/Los cocodrilos del alba (6)


30 Noviembre 2009

Racimos de meteoros.

Cuentan viejos locos de cuello roto de tanto observar el firmamento, que cuando ellos eran jóvenes los enjambres de meteoros poblaban el cielo, y que sus trayectorias iluminadas convergían en un punto de la bóveda celeste llamado “radiante”.

También se dice que el origen de los meteoros se halla en los cometas al romperse el hilo que los une al suelo, es entonces que acontece el milagro, no sé si el de la vida, pero sí el de la muerte, al llegar, irremediablemente, el temporal celeste que se los lleva para anidar en las Perseidas, en la Gemínidas o en las Leónidas.

Yo nací en las Dracónidas cuando pasaban cerca de las Cefeidas el día que tu cola de medusa quemó mi carne de papel, arroz y seda.