miércoles, 30 de junio de 2010

El peletero/La aguja del pajar (5)

24 Mayo 2010

Lecciones imaginarias, poéticas y desordenadas sobre arte y pintura.

5. La pintura y el barro.

“La pintura da a ver, y ello equivale a decir que nos enseña a ver no el ver, sino lo visto. En este caso su virtud se mide por la fidelidad de la imitación; y lo que representa o dobla es un real ya dado, convenido y conocido: dar a ver es dar a reconocer.”

“Malraux lo ha repetido hasta la saciedad, nadie inventaría la pintura, si no existiera ya, nadie buscaría lo pictórico si los otros no lo hubieran ya descubierto. (Y es por esto que se puede decir que el cuadro se refiere a todos los otros, que es un “texto plural”, o que constituye un objeto cerrado en el que toda la pintura se asemeja).” (Mikel Dufrenne, “Pintar siempre”, Revue d’Esthetique del año 1976.)

Así es, ninguno de nosotros es ni Adán ni Eva, pero en los gestos que imitamos de nuestros padres, hermanos, amigos y vecinos hallamos la fisonomía que nació del barro y, dicen ellos, de una costilla.

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5H
-“Querida Verónica, en la reseña realizada el pasado 12 de noviembre en el periódico “El País”, a “Una tempesta” (Una tempestad), la última novela publicada de Inmma Monsó, LLuis Muntada, su autor, nos recuerda que Wallace Stegner observaba que “las vidas humanas raramente se ajustan a las convenciones de la ficción”. No obstante, Muntada, nos sugiere también un “reverso poderoso” de este diagnóstico al proponernos que las convenciones de la ficción sí que se ajustan a las vidas humanas. ¿Las primeras anteceden a las segundas?, ¿o es al revés? En un buen alarde de tu saber me respondes con una cita perfecta:”

“Hallaba defectos de dibujo en su amante; sin darse cuenta, no consideraba a la mujer más que como modelo.”

- ¿Por qué –le dijo una vez- siempre estáis mirando la figura de la santa
Magdalena que sostiene el cuerpo del Salvador en el cuadro de “El Descendimiento de la Cruz?”

- Es que se parece a ti –había contestado Tiburce.

(…)…una mujer de verdad no lo habría emocionado tanto. Un hombre artificial sólo puede emocionarse con una cosa artificial; hay armonía: lo verdadero sería discordante.” “El vellocino de Oro”, Théophile Gautier.

Y terminas afirmando y medio lamentando que tú eres solamente para mí ese modelo y que nunca conseguiré ver en ti la mujer que dices que eres. Me has dejado estupefacto, no tanto porque considere que tienes razón, sino porque al pensar en ello no sé cuál de las dos me gusta más, si la mujer o tú”. (El hilo. Cartas a una amiga.)

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5M
-“Ya conoces el libro de poemas que te dediqué. Al final una editorial lo ha aceptado y piensa publicarlo aunque para ello haya tenido que pagar yo la mitad de los costes.

Quería haber incluido las fotografías que te hice y en la que posabas desnudo para mí, pero no lo haré, no me habrías dado el permiso si te lo hubiera pedido.

Hoy ha venido mi hijo, estará un par de días conmigo y se volverá a ir.

Sigo enviándote las cartas a la dirección que me diste, sé que las lees porque me respondes, es un correo electrónico pero sé también que ya no vives en tu casa, en realidad no sé cuál es tu casa ni sé tampoco dónde paras, si te has marchado, si vives solo, si has huido o si piensas regresar. Respondes a mis correos pero nunca a mis preguntas.” (La madeja. Cartas a un amigo.)