sábado, 21 de noviembre de 2009

El peletero/Meditaciones (8)



17 Abril 2009

L’oliva del teu front es l’ull del teu cony”

(Anònim pelleter)

“La aceituna de tu frente es el ojo de tu coño”

(Anónimo peletero)


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Mi burdel preferido lo regentaba un transexual, por eso lo bautizó “La metamorfosis”.

Gregorio, así se llamaba la “Madame”, en honor de Gregorio Samsa, el protagonista del célebre relato de Franz Kafka, estaba viejo y gordo. Yo ya lo conocí siendo amigo, y socio de su vieja y antigua camarada, Encarnita. Ambos habían compartido aventuras políticas, artísticas, comerciales y sexuales también, porque como ya sabemos, Gregorio, aunque maricón por gusto y porque sí, chutaba con las dos piernas y remataba de cabeza.

Encarnita, hija de una familia burguesa pobre, era una catalana del Delta del Ebro, donde los arroces son mejores que los de la Albufera. Eso afirmaba sin el menor atisbo de pudor; y fue ese detalle tonto el que le hizo perder, en su lejana juventud, un antiguo novio valenciano, guapo y fallero, con barba de ruso romántico, valenciano de traca y petardo, delgado, tan nervioso como esa agua que no es tierra ni agua por separado y que es al mismo tiempo agua y tierra a la vez. La dos cosas en el mismo lugar que no lo es al ser medio algo y medio nada en mitad del mar.

Su novio valenciano tenía el mejor mechón de cabello negro que jamás había visto. Ese mechón la enamoró, solamente ese cabello cayéndole por la frente. Esa greña que debía recolocar constantemente la atrapó para siempre. Encarnita no paraba de peinarlo con sus dedos de reina del harén, eso le decía a él cuando lo llamaba sultán, emir, califa o amo de mi burdel.

Así que desde entonces prefiere guardar silencio sobre arbequinas, vinos y quesos, naranjas, uvas y frutos secos, y hablar en cambio y directamente de sexo, sin tapujos ni contemplaciones, conversar de sus innumerables ingredientes, mejunjes y componentes, de todos los diferentes procedimientos y recetas, cocinarlas y servirlas personalmente a sus nuevos amantes y clientes, pues aunque nunca ha sido claramente una puta profesional tampoco ha desdeñado un buen regalo. Ella dice que los presentes siempre se regalan a uno mismo, así que aceptarlos es un favor que se presta al generoso que te los ofrece, sean billetes, joyas, pieles o flores del trópico, exuberantes o carnívoras, que comen insectos y arañas, moscas y patrañas. Eso dice ella de sí misma, “en mi rosa mueren gusanos de seda, entre mis pétalos la serpiente se precipita en el horno y con su piel mi peletero me regala cinturones y látigos”.

Encarnita es una mujer de tierra llana, esa que solamente tiene horizonte, que se come el mar a medida que el río va soltando lastre.

Cuando está eufórica, circunstancia escasa en su vida de futura anciana, afirma que el Ebro, ese río de los íberos, es grande y caudaloso, cuando sabe bien, o no recuerda ya, que no lo es, que en realidad es pequeño y ridículo como el pis de un perro, y tan corto como el de una perra. A Encarnita no le gustan los animales, y esa falta de gusto es una pequeña muestra de inteligencia y resentimiento por un sueño perdido en las aguas de aquel río, entre mechones y cabellos negros.

Encarnita es una mujer que dice hallarse a medio camino de algo, melancólica, no para de repetir que ya está terminando de andar aquél que empezó un lejano día al aprender a caminar. Me repite constantemente que “since now I dare not ask any gift from you, or gentle task, or lover promise, not yet refuse whatever I can give and you dare choose. Have pity on us both: choose well on this sharp ridge dividing death from hell” (1). Es extraño que esa mujer que entraba en las habitaciones para inspeccionar a sus putas y que si era necesario y conveniente les enseñaba ella misma, y en pleno servicio, cómo debía hacerse un buen francés, recuerde ahora de esta manera tan bella un antiguo dolor.

Yo sé de qué habla, y lo sé porque el amor que sentí por una mujer y que ella me profesó también me duele, pero es un dolor que no daña ni vence, es la señal de que parte de mí está en ella para siempre.
Según cómo puede parecer obsesión, incluso muchos creen que es un lastre. Pero no es ninguna de las dos cosas, es parte de la vida vivida de la mejor manera en que se puede vivir la vida. Porque la vida no es únicamente eso que ahora vivimos, es también aquello que sucedió y todo lo que tiene que venir.
En cada uno de esos instantes están todos, están mis putas y está incluso ella, incluso ella sin ella saberlo, lo está de manera diferente pero sin dejar de estarlo nunca, siempre conmigo y creo que yo también con ella, porque a ella, quizás a otra ella, también le duele mi amor, le duele el mío y le duele el suyo por mí.
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(1) Parafraseando a Robert Graves y su “The sharp ridge”

El peletero/Conversaciones con "El Gordo" (30)


15 Abril 2009

30. Nicole.

¿Conoces a Nicole Reynolds, Gordo?

Sí, es una cantante de country americano, pequeñita, poca cosa, parece una niña, hay momentos que incluso parece un niño, es un ser andrógino que rasca la guitarra con energía y canta con convicción canciones tristes. Lleva el pelo muy corto y mal cortado. Con ella no sabes a qué atenerte, no sabes si canta bien o te toma el pelo. ¿Eso quieres decir de las mujeres cuando hablas mal de ellas?, ¿no sabes cuándo una mujer te toma el pelo de verdad, se burla de ti o simplemente se aprovecha de algo que tú tienes y ella desea durante un tiempo? ¿Eso te sucede, peletero?

Eso es precisamente lo que me sucede con esa muchacha, ella me sirve de referencia y de metáfora, has hecho una buena interpretación, Gordo, se nota que me conoces y sabes qué me desconcierta, pero ten en cuenta que en ningún caso es ridiculizar un físico, ni tampoco hablar mal de alguien, y menos de esa niña o niño, no es eso. Es que no sé si debo tomarla en serio o si solamente es mi prima Mari Pili cantando muy aceptablemente country americano, ahora que está tan de moda bailarlo disfrazado de cowboy en esos bares que son otra réplica de algo que no son. Tan de moda como la danza del vientre, qué quieres que te diga, ver a una rubita nórdica o a una india aimara vestida de turca me hace reír por más buena voluntad que le ponga. Aunque por otra parte cualquiera tiene el derecho a cantar country, flamenco, bailar al son del ukelele hawaiano o querer ser torero en Tokio.

Cuéntame qué demonios es entonces, peletero. ¿Qué es? y no me respondas que solamente se trata de que no te tomas en serio a las mujeres, que te hacen reír como si fueran unas cómicas en un escenario contando chistes malos o tocando la guitarra desnudas como la novia de “Forrest Gump”, Jenny. ¿Fuiste tú el que pidió que le dieran una armónica?

Es como cuando te falta el criterio para hablar y opinar de algo o de alguien, cuando reconoces que eres un ignorante y no sabes qué decir.

¿A eso te refieres?, ¿no sabes qué es una mujer? Tú siempre has dicho que una mujer es lo más parecido que hay a un hombre y viceversa.

El peletero/Conversaciones con "El Gordo" (29)


14 Abril 2009

29. Cayendo.

Entonces deja que te cite el fragmento de una historia que pasa frente a espejos y debajo de puentes de hormigón, pesados y toscos al otro lado del Mediterráneo mirando hacia el sur y algo al oeste, es una cita de la novela “Déjala que caiga”, escrita por el norteamericano Paul Bowles.

Espera un poco, peletero, antes dime si has comprendido las definiciones de Bunge. Si las leemos con atención son evidentes y muy claras aunque utilice ese lenguaje preciso.

Son diáfanas, la realidad de algo se define por la existencia de otro algo. La presencia o ausencia de uno respecto al otro tiene la capacidad de modificarlos a ambos o a sí mismos. Esa es también una forma poética de decir que la soledad equivale a la nada. Siempre se dice que el ser humano se define por tener conciencia de sí mismo, es cierto, tanto como ser consciente del otro. El “yo” no se puede definir sin el “tú”, y viceversa. Y en ningún caso eso es dialéctica hegeliana ni oriental.

Sí, pero el placer y el dolor siempre son intransferibles. Alguna manera debe de haber de salvar la distancia inconmensurable entre los dos, alguna clase de material debe dar forma a ese puente. ¿El Amor es cosa de dos?

No sé, Gordo, quizás es como cuando uno se observa en el espejo, no sé, pero mira por dónde, ésa es una buena manera de introducir esa cita que te anunciaba.

Cítala pues.

“Era difícil saber cómo vestirse adecuadamente por la tarde. Sólo se sentía a gusto llevando dos clases de uniforme: un pantalón y una camisa o un traje de noche, lo cual estaba descartado. Finalmente se decidió por un traje de chaqueta negro con una esclavina de aspecto vagamente militar y adornada con una serie de alamares dorados. En la esperanza de parecer lo más burguesa y correcta posible, sacó una gargantilla de cuentas de oro y se la puso. Se tomó incluso la molestia de buscar un par de de medias y, por último, se calzó como pudo unos zapatos de casi cinco centímetros de tacón. Mirándose al espejo con profundo desagrado, se empolvó la cara con torpeza, dejando caer los polvos en abundancia por toda la parte delantera del traje, y se aplicó una cantidad mínima de lápiz de labios transparente”.

Es una cita demasiado larga, peletero. ¿Por qué siempre ridiculizas el físico femenino?, tus mujeres son torpes aunque bellas, siniestramente bellas, incluso cuando lo son por sí mismas sin necesitar de nadie, indulgentemente bellas, otorgando perdones o suplicando por su propia vida al juez de turno, a su amor, o aquel que pillan en un rincón. Mi Natalia era penosa, es cierto, aunque encantadora, era muy bella pero tenía el rostro perdido y el cuerpo olvidado, quería seducirme y no habría sabido cómo, tú lo hubieras impedido convirtiéndola en una mujer estúpida y abandonada. ¿Por qué lo haces?

El peletero/Conversaciones con "El Gordo" (28)


11 Abril 2009

28. E pur si muove.

Three Sixty Lounge: Tome el ascensor al bar Three Sixty ubicado en el piso 32 del hotel Millennium Hilton Bangkok, y maravíllese ante el mundo en este bar giratorio. Déjese llevar por el ambiente romántico y la suave música de jazz mientras bebe un cóctel y disfruta de algunas de las más increíbles vistas de la ciudad.

Three Sixty Lounge está abierto para: Cena

Vestimenta: Elegante informal”

Horarios:

Lunes 17:00 - 1:00

Martes 17:00 - 1:00

Miércoles 17:00 - 1:00

Jueves 17:00 - 1:00

Viernes 17:00 - 1:00

Sábado 17:00 - 1:00

Domingo 17:00 - 1:00

¿Es toda ella información real?, Gordo, ¿incluida esa que se refiere a la vestimenta aconsejada? ¿Es también real ese horario repetido como una salmodia oriental? ¿Crees que debemos dejarnos llevar por su ambiente romántico, su suave música de jazz mientras bebemos un cóctel y disfrutamos de algunas (no todas) de las más increíbles vistas de la ciudad?

Eres un sarcástico, querido peletero. Yo no sé si es real, eso a mí tanto me da, lo que si sé es que es una información material que te puede matar si la usas para planificar tu suicidio. En realidad esa es la razón para construir rascacielos, que en su cúspide haya restaurantes que sean giratorios es una sofisticación sin demasiada importancia.

Lo que yo creo, de lo que estoy seguro, es que si quiero, si me apetece, si me da la gana, no me ganas en nada, ni en sobrepeso siquiera. Así que deja en paz los restaurantes giratorios que ya sabes que me marean. Cumple lo prometido y cita las dos primeras definiciones.

Yo nunca cumplo lo prometido.

El peletero/Conversaciones con "El Gordo" (27)


8 Abril 2009

27. La realidad.

Sí, ¿qué?

¿Qué? Pues que Mario Bunge, en “Materialismo y Ciencia”, define la realidad de la manera siguiente:

“Definición 3. Un objeto x es real si, y sólo si, o bien (a) hay por lo menos otro objeto y cuyos estados son (o serían) diferentes en ausencia de x, o bien (b) todo componente de x modifica los estados de algún otro componente de x.

Definición 4. La realidad es el conjunto de todos los objetos reales.”

Ya debes haberte dado cuenta que he omitido las “Definiciones 1 y 2”, si te apetece las incluyo y las comentamos, es un buen tema de conversación, siempre es interesante hablar de aquello que es real y de aquello que no lo es.

Sin embargo, si te parece mejor, querido peletero, prefiero hablar de los restaurantes giratorios, son un muy buen ejemplo de “no lugar”.

Yo creo, querido Gordo, que deberías incluirlas, si no lo haces es que no consideras a quien pueda leer esto preparado o capacitado para entenderlo, si así fuera sería una falta de respeto y educación intolerables. Los restaurantes giratorios me parece también un excelente tema de conversación por ser un ejemplo notorio, rotatorio y muy evidente del mal gusto reinante. Tú y yo, como lo fue tu maesto, Víctor Zweifel, siempre hemos sido amantes de la arquitectura, aunque sea ésa que es engañosa y falsaria. Somos unos estetas decadentes. ¿Crees que un restaurante giratorio lo es?

De acuerdo, incluiré las dos primeras “Definiciones” de Bunge respecto a lo que es o no es un objeto “material”, pero lo haré al final, ten en cuenta que aunque la 3ª y 4ª necesitan de la 1ª y 2ª, definen solamente un objeto “real” y eso me parece más importante. De ahí que mencione esos restaurantes, ese lugar tan específico que nos habíamos olvidado incluir en esa lista enorme que antes hemos citado. Naturalmente que es decadente un restaurante giratorio, restaurante en lo alto y giratorio, es como si el mundo “girara a tus pies”, y eso no es una metáfora. La fotografía que encabezará el post siguiente es el restaurante giratorio del Millenium Hilton Bangkok, su nombre es: “Three Sixty Lounge”, en su página Web lo llaman solamente “bar”. De ella he bajado esa información:

El peletero/Conversaciones con "El Gordo" (26)


6 Abril 2009

26. Dios.

También es una buena historia para reírse lo que me ha sucedido esta mañana, me acaban de llamar del banco reclamándome un descubierto en mi cuenta corriente, lo ha hecho Alicia, la interventora, la conozco, ya sabes, esa muchacha tan encantadora que dice que es experta en arte sumerio, y que antes de la guerra había participado en excavaciones arqueológicas.

¿A qué guerra te refieres?, ¿a la sexta o a la séptima?

Creo que se refería a la sexta, aquella en que la bomba atómica arrasó Basora, ¿recuerdas?

Tienes razón, ahora ya no queda nada que excavar excepto barrer un poco el polvo.

Alicia, esa muchacha larga y alargada toda ella ha dicho las palabras correctas sin llegar todavía a la amenaza, puntualizando que le sabía muy mal, pero que no era cosa de ella, que en las oficinas centrales las obligaban a llamar y “avisar” de esa manera. Yo le he respondido que ya lo sabía, que no se preocupase por mí, que entendía su trabajo, que la comprendía. Ha sido una conversación curiosa en la que ella, una simple empleada, una esclava, se disculpaba por reclamarme un dinero que debo al banco y que la mejor excusa que encontraba y en la que había sido convenientemente entrenada y adiestrada por su “coach”, era apelar a alguien que no puede ser visto ni tocado y con el cual no puedes hablar. Un sosia de Dios.

Eso también ocurre con todas esas grandes compañías que te prestan servicios por cualquier cosa, agua, luz, gas o telefonía, si preguntas por el que decide las cosas, siempre te responderán que no es posible, que con ése no se puede hablar, como mucho escribirle una carta para dedicarle un rezo, una oración, para exponerle una súplica. Quizás no lo saben, pero han copiado el modelo divino, Dios, el que decide las cosas, está “out”, de vacaciones, de viaje, jugando a crear universos y a inventarse morales y éticas, paraísos y edenes. Te habías olvidado del Edén, otro espacio cerrado, acotado, una nueva reserva para apaches díscolos. El Edén tiene que ser el simulacro de algo, ¿verdad?, no sé de qué pero es la representación de otra cosa, quizás Dios también sea un remedo, una mala imitación, un subterfugio, una estafa.

Siempre se ha dicho que los jardines imitan y recuerdan el “Paraíso Terrenal” y que Dios, en la tradición judeo cristiana, nos hizo a su imagen y semejanza.

Quizás fue al revés.

Quizás sí, Gordo, pero dime, ¿sigues enamorado?

¿Qué?