11 Junio 2010
Lecciones imaginarias, poéticas y desordenadas sobre arte y pintura.
12. La magia, la danza y la fiesta.
No hemos de hablar aquí de magia ni de religión, pero sí consideramos necesario destacar y resaltar el valor del rito que une a las dos y afirmar también que supuestamente la primera antecede a la segunda. Ambas, magia y religión, están formadas con el primer gesto, el movimiento adecuado y necesario que en origen no es otro que la danza, o mejor, el gesto inicia la danza, ella convoca la lluvia y reordena el mundo en su vorágine y en el torbellino que surge cuando llama a los vientos. La danza, en su momento culminante, es un vórtice, es un túnel entre el mundo y la nada.
La danza es también la primera pincelada, es la mueca original que acompaña al llanto y al grito del niño, es una señal de dolor, es el guiño del cíclope, del rey tuerto que comanda sus legiones de ciegos que, unidos y entrelazados como Brueghel los pintó, tropezando y cayendo, levantándose y caminando a tientas, creen seguir a la Virgen que cabalga al Unicornio cuando en realidad no es virgen y quizás tampoco una mujer y sólo monta un rinoceronte desconcertado y perdido como el que pintó Durero.
La imagen y el canto son pues un rito, una danza que el poeta traduce en palabras y el juez en pecados. La pintura no es Dios ni quiere serlo, sólo es un puente que nadie puede traspasar vivo porque todavía es carne, sangre y huesos rotos. La religión es hija de profetas y filósofos que desencarnan las piedras y las voluntades, y que ven en las sombras espíritus y fantasmas que viven sin ser polvo ni estrellas. La lluvia es un rosario, una letanía, es también una corriente, una lista, un índice, una genuflexión, un desagüe y un río que tiene un principio y un final aunque el agua mane siempre del cielo y el cielo se halle en el fondo del mar.
“El poeta era el jefe de una sociedad totémica de bailarines religiosos. Sus estrofas eran bailadas alrededor de un altar o en un recinto sagrado y cada estrofa iniciaba una nueva vuelta o un nuevo movimiento en la danza. La palabra “balada” tiene el mismo origen. Es un poema bailado, del latín “ballare”, bailar. (…) Las danzas eran estacionales y se ajustaban a una norma anual de la que surge gradualmente el único gran tema de la poesía: la vida, muerte y resurrección del Espíritu del Año, el hijo y amante de la diosa.” (Robert Graves, “La Diosa Blanca”)
Los derivados que se siguen de tal afirmación son de todos conocidos y en ellos vemos los mil rostros de Cristo y de María. El resto es religión, filosofía y manierismo. La Historia del Arte se fundamenta en ello y en sus múltiples caras.
Magia, danza y fiesta.
En la fiesta se muere como en la vida, o mueres tú o muere el toro.
En el rito se recuerda el primer asesinato, el primer inocente sacrificado.
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12M
-“Mira lo que acabo de leer que dice John Berger, escucha, me dijiste un día, eso me hace dudar de tus famosas listas: “No se puede definir un cuadro haciendo una lista de lo que hay en él, ni siquiera enumerando todas las pinceladas: un cuadro se convierte en lo que es de acuerdo a cómo mantiene unidas las cosas, o a cómo no consigue mantenerlas unidas. Esto es lo que en las escuelas suelen llamar “composición” ¡En su sentido académico, la composición es rigor mortis! No, es el espacio el que lo mantiene todo junto cada vez de una manera singular” (“Algunos pasos hacia una teoría de lo visible”, John Berger) (La madeja. Cartas a un amigo.)
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12H
-“Ya sabes que en una fotografía aparecen más cosas que las que queremos mostrar, por el contrario en una pintura solamente hay lo que pretendemos que haya, eso es así incluso con los autorretratos que nos mandamos desnudos. Tú siempre quieres estar más bella, siendo ello imposible; en las fotos que me envías procuras esconder tus pequeños defectos que tanto me gustan y yo no paro de suplicarte que me enseñes más, más de ti, más de todo, quiero volver a ver lo que viví y que no puedo ni quiero olvidar que lo vi.” (El hilo. Cartas a una amiga.)