lunes, 27 de diciembre de 2010

El peletero/La aguja del pajar (74)


Lecciones imaginarias, poéticas y desordenadas sobre arte y pintura.

74. El bien y el mal.

De una manera casi inexplicable, sorprendente y paradójica, muchos artistas, entre los que no se encuentra Velázquez, han escrito sobre su propia obra, la de otros o sobre el mismo arte en general. 

Pintores, artesanos, actores, bailarines, músicos, poetas, o arquitectos, nos han hablado de su quehacer, de sus pensamientos y de sus afanes. 

Gracias a sus textos conocemos sus ideas respecto al bien y al mal, la vida y la muerte, el haber y el deber. En ellos leemos qué decían de sus semejantes, qué pensaban de la realidad y los sueños, los propios y los ajenos y qué esperaban del futuro. 

Decimos que inexplicable, sorprendente y paradójica porque parece que su arte debería ser suficiente, como lo fue en Velázquez que nunca escribió nada importante, para describir y narrar el mundo que de manera ineludible habitan junto con nosotros. 

El catálogo de esta numerosa y prolífica literatura “artística” es extenso e interminable. En él encontramos de todo, insensateces y joyas, obras literarias y panfletos políticos. Tratados, manuales, cartas tiernas y reclamaciones de pagos insatisfechos. Quejas, lamentos y alegrías. Aforismos, banalidades, ocurrencias graciosas, juicios sabios y estupideces criminales. 

De esta amplia bibliografía hemos creído oportuno entresacar algunos párrafos elegidos casi al azar, transcribirlos uno después del otro en una lista aparentemente casual y enfrentarlos entre sí como si fueran quantums que hiciéramos chocar en un acelerador de partículas atómicas.
Al igual que los físicos, del estropicio y de los platos rotos, trataremos de obtener, sino lecciones o enseñanzas, sí al menos el simple placer de leerlos por sí mismos como meras epístolas de un dialogo imposible que todavía no ha concluido.

En honor de nuestro querido amigo empezaremos nuestra correspondencia por un peletero, José Tapbioles i Pirretas.

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74M
-“Lo que se da es idéntico a lo que no se da, lo que descartamos o dejamos pasar idéntico a lo que tomamos y asimos, lo que experimentamos idéntico a lo que no probamos, y sin embargo se nos va la vida y se nos va en escoger y en rechazar y en seleccionar, en trazar una línea que separe esas cosas que son idénticas y haga de nuestra historia, una historia única que recordemos y pueda contarse. Volcamos toda nuestra inteligencia y nuestros sentidos y nuestro afán en la tarea de discernir lo que será nivelado, o ya lo está, y por eso estamos llenos de arrepentimientos y de ocasiones perdidas y aprovechadas, de confirmaciones y reafirmaciones, cuando lo cierto es que nada se afirma y todo se va perdiendo. O acaso es que nunca hubo nada.” (Javier Marías, “Corazón tan blanco”, pág.42-44)

Querido Víctor, no sé si lo que no se da es idéntico a lo que se da, lo ignoro, pero si sé que se nos va la vida en escoger, en rechazar y en seleccionar, y que por eso estamos llenos de oportunidades perdidas y de ocasiones aprovechadas.

¿Crees que debemos permitir que los demás nos mientan?”. (La madeja. Cartas a un amigo.)

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74H
-“Cuando uno ama, y ama bien, querida Verónica, debe de amar a su amante entero, sombras incluidas. Eso dice el “Manual del bien amar”, pero yo no me lo creo, y Colette tampoco, ella es una escritora que invariablemente coloca la diana fuera del centro que supuestamente le corresponde, por eso acierta siempre cuando dispara los dardos, pues dardos, con la punta de acero muy afilada, dispara. Nadie sirve para todo, querida mía, la vida es una serie de compartimentos estancos y las personas somos como las máquinas, una lavadora lava pero no plancha y una plancha quita las arrugas, pero no barre.

“La gata” es la historia de un trío, entre un hombre, una mujer y una bestia mansa, una gata. Un trío en el que la esposa, no es nunca un rival de categoría para la pequeña pantera blanca. Parece extraño que tal cosa pueda suceder, pero no lo es en absoluto.

“Your shadow is my soul”, decía un viejo profesor que tuvimos hace mucho tiempo.

Besos felinos, amiga mía. Sí, creo que debemos dejar que lo demás nos mientan algo, lo suficiente para su bien y para el nuestro.” (El hilo. Cartas a una amiga.)