6. La Muerte.
Dios nos prohibió evitar a la muerte llegar, pero nada dijo sobre si podíamos o no convocarla y servirnos de ella. Así que para vivir mato y cuando soy yo el que ha de morir me transformo en árbol al lado de pozos, de fosas y de sepulcros, tres mirlos me acompañan, son mis ojos.
Quieto espero paciente a que estalle el color, solo y callado vigilo los caminos y veo a mis pájaros volar.
Dios nos prohibió evitar a la muerte llegar, pero nada dijo de morir ni de matar.