martes, 28 de septiembre de 2010

El peletero/La aguja del pajar (46)

Lecciones imaginarias, poéticas y desordenadas sobre arte y pintura.


46. La verdad y la vaca.

La verdad tiene que ver con la realidad, sólo con ella y su forma. Nada que se diga sobre lo que hay más allá puede ser verdadero o falso porque, sencillamente, no hay nada más allá. La realidad es un cascarón cerrado, un coto vedado, no sabemos si se parece a una pecera o es lo que hay fuera de ella, ignoramos si somos el pez que nada en ese recipiente de cristal o el humano que lo mira sin saber que no mira nada.

Sea como sea las verdades y las mentiras van a la par, nadie sabe quién gana y quién pierde, quién saca ventaja en el juego de contar la realidad. El arte, empero, se ha ganado la fama de ser el mejor instrumento de la mentira, igual que el amor, dicen, engaña y corrompe cuando habla.

Siempre se ha dicho que una vaca pintada, al igual que una cara, no es una vaca ni tampoco una cara, es cierto, una vaca pintada es sólo una vaca pintada, nada más. ¿Qué diferencia hay entre la imagen y la realidad?, la misma que hay entre dos cosas diferentes pues la primera también forma parte de la segunda, la que hay entre una montaña y el mar, entre un electrón y un protón, entre un dedal y la aguja, entre un retrato y el modelo, la que hay entre un instrumento y aquello que modula. ¿Entonces?, ¿en qué consiste el problema si es que lo hay?, ¿por qué esa endémica animadversión filosófica e incluso política respecto al arte? Nadie lo sabe, pero lo que cuenta el arte parece incomodar como solamente lo hace la verdad más que como lo hace la mentira. Muchos pueblos se pintan el rostro y el cuerpo, lo taladran, lo deforman, lo escarifican, lo tatúan, lo mutilan. ¿Es el cuerpo una tela y una palabra? 

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46M
-“¿Te acuerdas de aquella amiga a la que pregunté si le gustaba una casa y me respondió que no lo sabía y que no le importaba saberlo porque no viviría jamás en ella? Pues hoy me ha vuelto a ocurrir con otra conocida. Es algo parecido a no saber si una mujer o un hombre te gustan porque te gusta otro, eso a mí no me ha sucedido nunca, ni cuando estaba enamorada he dejado de mirar a otros hombres. Creo que tenías razón, hay personas que solamente saben y les importa la silla en la que se sientan, nada más.” (La madeja. Cartas a un amigo.)

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46H
-“Me preguntas por el color de la carne, ¿el color de la carne?, no sé, me gusta más hablar de la piel que de la carne. En ella hay de todo un poco, creo, algo de eso y algo de aquello, está el arcobaleno representado, pero domina el gris y el rojo sangre, a veces el azul de las varices y ese blanco feo de la carne muerta y callosa, dura como uñas. Sí, la vida es un coto vedado al igual que nuestra piel.
Yo, cuando hablo de una playa, no puedo dejar de pensar en la nuestra, aunque sea una de tus mares helados del Norte o una de postal del Caribe, siempre pienso en ti y en nuestra playa donde murió Pasolini, y donde morimos tú y yo.” (El hilo. Cartas a una amiga.)