Amor y hierro. (2)
Las imágenes, sin embargo, tienen una larga historia, antigua, fértil y también prometedora aunque mi hermano y yo siempre hemos afirmado que el presente -y buena parte del pasado inmediato- del mundo de la imagen ya no se encuentra en la pintura ortodoxa y convencional que llena los museos y las salas del llamado Arte Contemporáneo, incluidas las performances con su mezcla de plástica y representación. Y sin olvidar incluir también a la fotografía “artística”.
Una gran parte de este mundo debemos buscarlo en la humildad de la imagen impresa, de las ilustraciones que acompañan, o no, textos ajenos o que sirven, ellas mismas, como base para los relatos de los tebeos, las tiras gráficas, el reportaje periodístico, la ilustración, la escenografía, las revistas de moda y la publicidad convencional.
Humor y aventura, caricatura y ternura en miles de historias y cuentos infantiles para niños, y también para adultos. Ironía y sarcasmo en artículos literarios, técnicos o políticos. Seducción y reclamo en anuncios de perfumes sofisticados y detergentes domésticos.
La pintura que conocemos sólo sirve para colgar de las paredes como si fueran cortinas que las ocultan.