viernes, 19 de marzo de 2010

El peletero/El tiempo pequeño/Réquiem.


13 Noviembre 2009

Réquiem

En algún lugar del tiempo, en el brillo de aquellas hojas imperecederas de mi platanero sigue trinando un jilguero.

Con sus ojos de niño travieso mira el mundo y escucha sorprendido mi propio cuento. Con su boquita de piñón le digo que le quiero y que su cara de peletero desmemoriado la reconocen mis gatas que confunden la vida con el amor. Ellas, que no saben si comen o aman, miran cómo canta. Ellas, que solamente tienen dos ojos y un corazón, no quieren mirar nada más que su carita de mirón.

Se lo digo, y al oírme, mi peletero sorprendido se despierta de su sueño eterno, de su quimera de pieles, cebollas y trigo, que terminará llevándoselo. Muriendo entre camillas, estertores y baldosas de hospital, le cuento que es famoso y que unas que no conoce, y que no conoceré yo, también le quieren y le quieren besar como hago yo.

Desde algún lugar del mundo, a través de aquella luz que entraba por el balcón, con el fulgor y con el resplandor de mis palabras, llegan mis gatas para acompañarle, les he pedido que vinieran y han venido todas, con ellas se va esperando a la primera, a la bienvenida que no puede vivir sin él, y que muy pronto, dos meses después, lo acompañará humilde, iluminando el camino de Alejandro con su luz de mandarina y su reguero de amor y compañía.