28 Mayo 2010
Lecciones imaginarias, poéticas y desordenadas sobre arte y pintura.
7. El Arte y la montaña.
¿Es entonces el arte una goma elástica o es un vestido a medida? ¿Debe tener un objetivo?, ¿una tarea?, ¿ha de explicarnos algo importante?, ¿mostrarnos la belleza cambiante?, ¿señalarnos la diferencia siempre dudosa entre el bien y el mal?
¿O tal vez el arte es la verdad indecible? ¿Es cierto, tal y como afirma Mikel Dufrenne, que “la montaña no se convierte verdaderamente en montaña más que en la montaña pintada”?
¿El arte es la forma libre?, ¿es un símbolo mudo?, ¿es un signo abstracto y vacío? ¿El arte es solamente psicología?, ¿una especie de grafología? ¿Es una mera opinión, que, como las narices, todos tenemos una?
¿Todo vale?
¿Es el arte una llave?, ¿la última o la primera?, ¿qué ventana abre?, ¿qué puerta cierra?, ¿libera el corazón de la tiniebla o lo sume en ella como le ocurrió a Marlow cuando encontró a Kurtz?
¿Cómo triunfa el bien?, ¿por sí solo?, ¿por qué sí?, ¿necesita la ayuda del arte?
Hegel afirmaba que el arte debe conseguir que la belleza sea verdadera logrando que la verdad sea bella. Pero la verdad no siempre lo es. El poder del mal es grande y su forma en la forma se manifiesta con todo su esplendor y magnificencia. El mal parece ser sólo forma aunque la forma no es, sin duda, el mal. Entonces ¿el arte oculta o revela? ¿El arte es un espejo moral?
------------------------------
7H
-“Recuerda, amiga mía, que no hay mejor mentira que la misma verdad. ¿Por qué?, porque la verdad es increíble, si no no lo sería, y sólo sería, como me confesó Eva un día, pura complacencia. Igual que al rostro de Dios, que contiene todos los demás, a la verdad tampoco podemos mirarla de frente, es indecible, no puede ser dicha porque nadie es capaz de reconocer la Vera Faz,”. (El hilo. Cartas a una amiga.)
7M
-“No fui honesta ni conmigo misma, pero es evidente que mi relación con él me abrió muchas puertas y me facilitó la carrera que he ido haciendo a lo largo de todos estos años. De mí le gustó, tanto como le interesó, que fuera la nieta de un viejo y famoso ilustrador, cartelista y grafista de los años de la República y que hablaba perfectamente el francés, ya sabes que me crié en Perpignan. Nuestro profesor se pasaba una tercera parte del año en París y yo lo tenté al decirle que en casa guardábamos buena parte de la obra original de mi abuelo entre las que había unas cuantas pinturas de calidad. Al oírme empezó a mirarme de otra manera.