domingo, 13 de marzo de 2016

You Are My Sunshine



Diari d’hivern (20)

You are my sunshine

Llegeixo a la Vanguardia una ressenya de Kiko Amat sobre una novel·la de Pablo Rivero, Érase una vez el fin, però abans ens parla d’una d’anterior titulada La magia de los hijos de puta, de la que ens diu: “Parla de sordidesa i de fàstic, de precarietat i violència, d’una ràbia de classe que la majoria d’escriptors ni sent ni entén, ni intueix. La seva trama, un alcoholitzat pianista de bar que fuig dels seus creditors i s’enfonsa en un Gijón desolat, és l’aixeta per on ragen dimonis de culpa, vergonya i submissió”. Per una raó que no ve al cas, o sí, m’he sentit identificat amb el personatge, sobre tot en relació a la persecució que pateix dels creditors, deu ser perquè al llarg de la meva vida he fet fallida econòmica un parell i mig de vegades. 

Però la ressenya continua parlant de Érase una vez el fin.

"És també una carta de guerra excretada sobre l’era digital, la “desoladora frivolitat dels nous rics i l’estupidesa incurable, orgullosa en la seva barbàrie, del nostre poble. “Fue así, consintiendo las calumnias ajenas”, escriu, “como se transformó mi alma, casi incorrupta hasta entonces, en un auténtico saco de mierda, en un veertedero de frustraciones como el alma de los demás. De esta manera tan poco sofisticada, comencé yo también a hacer magia, magia ruin y vulgar al alcance de todos, la magia de predicar lo contrario de lo que sientes (...) La misma magia de los políticos, la magia de los patios de colegio. Magia de la calle, magia de España, magia de hijo de puta”.

Després de llegir aquesta ressenya i com que la realitat sempre supera la ficció i com que mai he cregut que les comparacions siguin odioses presento aquí tres versions de la mateixa cançó per fugir de la realitat i penetrar profundament en el de la ficció tramposa i mentidera. La peça,  You are my sunshine, és una antiga cançoneta americana de la que podem obtenir tota la informació buscant en la Viquipèdia que ens facilitarà les dades essencials. Una vella tonada country molt popular de la que només vull destacar que, curiosament, sent una cançó d’amor és també una mena d’himne no oficial de l’Estat nord americà de la Louisiana, com Asturias patria querida, Valencia es la tierra de las flores o Granada tierra soñada por mi.

La primera versió, la més entusiasta i potser la més sincera, és de la Doris Day que sempre em recorda a la meva mare, la segona, tal vegada la millor, és d’en Jonhy Cash que sempre em recorda a un home que no pot evitar enamorar-se de noies indòmites i boniques. I la tercera és la de dos germans que en una posta en escena i una interpretació gens professional aconsegueixen restituir la puresa de la cançó. Cançó, d’altre banda, que jo enviava, en la versió de la D.D., a la QK quan li volia dir que l’estimava mentre els bancs em perseguien i em subhastaven la casa.

The other night dear, as I lay sleeping
I dreamed I held you in my arms
When I awoke dear, I was mistaken
So I bowed my head and I cried




Diario de invierno (20)

You are my sunshine

Leo en la Vanguardia una reseña de Kiko Amat sobre una novela de Pablo Rivero, Érase una vez el fin, pero antes nos habla de una anterior titulada La magia de los hijos de puta, de la que nos dice: "Habla de sordidez y de asco, de precariedad y violencia, de una rabia de clase que la mayoría de escritores ni siente ni entiende, ni intuye. Su trama, un alcoholizado pianista de bar que huye de sus acreedores y se hunde en un Gijón desolado, es el grifo por donde manan demonios de culpa, vergüenza y sumisión". Por una razón que no viene al caso, o sí, me he sentido identificado con el personaje, sobre todo en relación a la persecución que sufre de los acreedores, será porque a lo largo de mi vida he quebrado económicamente un par y medio de veces. 

Pero la reseña sigue hablando de Érase una vez el fin.

"Es también una carta de guerra excretada sobre la era digital, la "desoladora frivolidad de los nuevos ricos y la estupidez incurable, orgullosa en su barbarie, de nuestro pueblo. “Fue así, consintiendo las calumnias ajenas”, escribe, “como se transformó mi alma, casi incorrupta hasta entonces, en un auténtico saco de mierda, en un veertedero de frustraciones como el alma de los demás. De esta manera tan poco sofisticada, comencé yo también a hacer magia, magia ruin y vulgar al alcance de todos, la magia de predicar lo contrario de lo que sientes (...) La misma magia de los políticos, la magia de los patios de colegio. Magia de la calle, magia de España, magia de hijo de puta”.

Después de leer esta reseña y como la realidad siempre supera la ficción y como nunca he creído que las comparaciones sean odiosas presento aquí tres versiones de la misma canción para huir de la realidad y penetrar profundamente en esa ficción tramposa y mentirosa. La pieza, You are my sunshine, es una antigua canción americana de la que podemos obtener toda la información buscando en la Wikipedia que nos facilitará los datos esenciales. Una vieja tonada country muy popular de la que sólo quiero destacar que, curiosamente, siendo una canción de amor es también una especie de himno no oficial del Estado norteamericano de la Luisiana, como Asturias patria querida, Valencia es la tierra de las flores o Granada tierra soñada por mí.

La primera versión, la más entusiasta y tal vez la más sincera, es de Doris Day que siempre me recuerda a mi madre, la segunda, quizás la mejor, es de Jonhy Cash que siempre me recuerda a un hombre que no puede evitar enamorarse de chicas indómitas y bonitas. Y la tercera es la de dos hermanos que en una puesta en escena y una interpretación nada profesional logran restituir la pureza de la canción. Canción, por otra parte, que yo enviaba, en la versión de la D.D., a QK cuando le quería decir que la amaba mientras los bancos me perseguían y me subastaban la casa.

The other night dear, as I lay sleeping
I dreamed I held you in my arms
When I awoke dear, I was mistaken
So I bowed my head and I cried