viernes, 22 de mayo de 2009

El peletero/El blog apócrifo de Lorena, una carta y una canción (y 8)



10 Abril 2008

Juan, mi marido, ya sabe que me iré de aquí en breve. No ha puesto ningún impedimento y él mismo se está encargando de llevar los trámites del divorcio.

No tiene a nadie, ni siquiera estos amores ocasionales que tuvo, lo conozco y sé que ahora no los tiene.

Está pasando un mal momento.

Creo que no quiere que me vaya.

Pero no dice nada.

Ya es tarde.

Creo que se siente solo.

Hace tiempo dejé a María y ahora tengo a Eve Marie.

No me gustaba que María mintiese y que no se diera cuenta que lo hacía.

Todavía estoy trastornada.

Sé que nunca olvidaré ese labio mal cosido.

Y mal partido.

Mal abofeteado

María es un ser oscuro que busca desesperadamente la luz.

O al revés, yo también sé ser un mal poeta. María es un ser luminoso que busca desesperadamente la oscuridad.

En esas cartas, en las de “ése”, en las de él, ese tipo que le escribía, creí verme a mí. En ellas había un rastro. En algún punto del paisaje se plantó un mojón, se dejó caer una piedra, se murió alguien. Allí había una lápida. Me gustan las tumbas, son un muro hecho con adoquines, una antigua calle ladeada. Los viejos reyes clavaban en el suelo “estelas” de piedra.

Estelas.

De piedra.

También es verdad que cuando leía las cartas de María, sus respuestas, no podía reprimirme la risa nerviosa y el desencanto más triste y desconsolado.

Me da rubor decir que la amé.

Me produce embarazo decir eso, todavía soy muy joven, todavía soy una niña.

Todavía soy un niño.

Todavía soy una mujer.

Todavía soy un hombre.

Y tengo miedo.

Juan me advirtió sobre María. Ten mucho cuidado con ella, no es de fiar, me dijo un día.

¿Por qué?, le pregunté.

No sé, quizás está loca, quizás actúa como si lo fuera, y ambas cosas son lo mismo. Se cree lo que dice y eso es peligroso para ella y para los demás.

Eres un cínico, ¿has hablado con María?, ¿la conoces mucho para hablar de esa forma?

Más la conoces tú, Lorena, que te has acostado con ella, yo no lo he hecho, dime, ¿qué opinas tú de María?

Que está muerta y que yo no quiero terminar así.

Pero ella no sabe que está muerta, Lorena.

No, no lo sabe, Juan, tienes razón, no es capaz de olerse. Pero dime, eso debería ser un motivo para amarla, ¿no?, para compadecerla y ayudarla.

Para compadecerla y ayudarla, no, Lorena, para amarla tal vez sí, no sé.

¿O es al revés?

(…)

_______________________________________________________________________________________

Hoy, a no sé que hora, ha empezado el verano astronómico, aunque ya hace días que empezó el meteorológico.

Son días bellos, claros y luminosos. El cielo tiene un azul intenso y oscuro.

Son días dulces gracias a tu calor y al aroma que consigues hacerme llegar.

Me gusta jugar con tus fotografías, hacerlo es mirar y remirar mil veces tu rostro.

Te miro la cara y las miles de cosas que en ella hay.

Y te miro las manos y mi anillo que nunca llevas y los pies, las piernas y el cuello. Y te miro los ojos marrones de loba parda y oscura como el misterio de las cosas misteriosamente misteriosas que son siempre las mejores.

Son días apacibles y ensoñadores en los que me gusta decirte que hueles a canela y que con tus cabellos negros y rizados perfumas lo que tocas, lo que miras y piensas. Decírte eso me gusta y me descansa.

Decirte que en tus labios rojos tienes el corazón y que besarlos es besar tus entrañas de mujer, me gusta y me descansa.

Decirte que el olor y el sabor de tu saliva son mi alma, me gusta y me descansa.

Decirte que tu belleza provoca que se dispare sola mi pistola, me gusta y me descansa.

Decirte que hoy llevo todo el día con la escopeta levantada y que estoy esperando a que llegue la noche para quedarme solo en la cocina mientras todos duermen, cerrar la puerta con llave, y acribillarte a balazos con mi pistola de agua lechosa y salpicar el suelo, me gusta y me descansa.

Decirte que sueño con lamer tus axilas sin afeitar, y saborear su sudor, me gusta y me descansa.

Amarte me gusta y me descansa, me sosiega y me da calma. El deseo expresado es reparador, el amor dicho es sanador, el querer querido es conseguidor, conquistador, vencedor y triunfante.

Soy la leche que te dará de comer, soy la carne en la que te montarás para llegar al cielo, soy el árbol al que te agarrarás con tus brazos y tus piernas cuando sople el huracán.

Soy el hombre que te dijo sí.

Lo repito porque me gusta y me descansa: soy el hombre que te dijo sí.

Me gustas y me descansas y me alteras y me empinas y me levantas, y me paras.

Parado, que no quieto, estoy. Mírame bien y verás que todo está levantado para ti y si te fijas verás que el palo de la bandera se mueve porque yo quiero que se mueva. No es el viento, lo muevo yo, mi voluntad, no sé que músculo lo agita, pero enhiesto, tieso, curvado y erguido señalando el cielo por ti está, y zarandeándose te llama, mi amor. Mira su vaivén y su ligero temblor.

Mírame y no dejes de mirarme de la cabeza a los pies. ¿Qué crees que significa lo que ves? ¿Qué valor tiene? ¿Qué vale? ¿Qué es? ¿Quién soy que levantado estoy intentando ser un faro? Abre las bodegas del barco y trágate su luz, permite que te llegue al corazón a través de tu mirada, de tu flor y de tu perla coronada que ya huelo, abriéndose para comerse la vida. Esa vida que yo quiero ser para ti.

El palo de la bandera está levantado, solo le falta la banderola, colócasela tú con tus labios y deja que el viento, la brisa y el aliento de nuestras bocas la hondee.

_________________________________________________________________________________________

Han ido pasando los años, ya he cumplido los 28, y ahora nos divorciamos.

No me gusta verte sufrir, me dice Juan. Nos estamos divorciando pero no quiero que sufras. Cuando te vayas no te olvides de darme tus señas, ¿lo harás?

Lo haré.

Procura no causarle demasiado daño a Eve Marie, es una buena muchacha, ¿me lo prometes?

Lo intentaré. Quizás sea ella la que me dañe a mí.

Tienes razón. Las personas tan heridas y maltratadas son muy peligrosas. Cuídate de todo aquél que te pida ayuda.

¿Tú que harás?

Lo único que sé hacer, servir mesas, organizar timbas de póquer y proporcionar sexo de pago a los hombres y a las mujeres que quieran y puedan pagarlo.

Pareces un ángel, eso es lo que todos hacen, ¿no?

No, todos no.

¿Quiénes no hacen eso, Juan?

No sé, alguno habrá. ¿Te gustaría tomarte la última copa conmigo?

Claro, ¿qué me sirves?

¿Te apetece un “Between the sheets” (entre las sábanas)?

¿Qué ingredientes lleva?

Media onza de brandy, media de ron blanco y otra media de Cointreau.

Como tú quieras, pero antes agítalo bien.

Lo haré. ¿Sabes que te quise mucho?

Claro que lo sé, ¿Sabes que yo te quise a ti?

Por supuesto que lo sé, (…) Tengo miedo, Lorena.

Yo también.

(…)

_________________________________________________________________________________________

LA CANCIÓN

Well sometimes I go out by myself and I look across the water And I think of all the things, what you’re doing and in my head I make a picture

‘Cos since I’ve come on home, well my body’s been a mess And I’ve missed your ginger hair and the way you like to dress Won’t you come on over, stop making a fool out of me

Why won’t you come on over Valerie, Valerie? Did you have to go to jail, put your house on up for sale, did you get a good lawyer?

I hope you didn’t catch a tan, I hope you find the right man who’ll fix it for you

Are you shopping anywhere, changed the colour of your hair, are you busy?

And did you have to pay the fine you were dodging all the time are you still dizzy?

Yeah

‘Cos since I’ve come on home, well my body’s been a mess And I’ve missed your ginger hair and the way you like to dress

Won’t you come on over, stop making a fool out of me Why won’t you come on over Valerie, Valerie.

Valerie, Valerie?

Yeah Valerie

(“Valerie”, interpretada por Amy Winehose)
___________________________________________________________

Bueno, algunas veces me ensimismo y miro el agua en la lejanía, y pienso sobre todo en lo que haces, y te imagino...,
porque desde que llegué a casa, bueno..., tengo el cuerpo dolorido, y extraño tu pelo de color jengibre y tu manera de vestir..., ¿por qué no vienes? Deja de hacerme sentir tonto.

¿Por qué no vienes, Valerie, Valerie?

Tenías que irte a la cárcel, poner tu casa a la venta, ¿conseguiste un buen abogado? Espero que no hayas cogido un bronceado, ni que hayas encontrado un hombre que te solucione todo.

Estás de compras en cualquier tienda, has cambiado el color de tu pelo, ¿estás ocupada? Y tuviste que pagar la multa que evitaste pagar por tanto tiempo, ¿estás todavía mareada? Sí...,

porque desde que volví a casa, bueno..., tengo el cuerpo dolorido...

____________________________________________________________________________