lunes, 27 de abril de 2009

El peletero/El dinero y el cafés espeso-Escena cuarta ( 1 de 2)

21 Febrero 2008

EL DINERO Y EL CAFÉ ESPESO

Obra en un solo acto y cuatro escenas

Escena cuarta (1 de 2)



Se encienden las luces.

En la sala solamente encontramos a Pedro y a Dimitris tomando asiento los dos en el mismo lado de una mesa, frente a frente.

Dimitris

¿No le has visto los ojos muy enrojecidos a Aleka?

Pedro

No me he fijado.

Dimitris

Últimamente te fijas poco en todo.

Pedro

¿Qué quieres decir?

Dimitris

Que estás viejo Pedro. ¿Tú crees que con 77 años debes hacer estos viajes?

Pedro

¿Por qué no? Yo me encuentro bien. Me canso un poco más, pero…

Dimitris

No estás bien Pedro, no lo estás.

Pedro

¡Caramba!, ¿eres médico?

Dimitris

No, pero tengo ojos.

Pedro

Y ¿qué ves?

Dimitris

Que has perdido muchas facultades, se te olvidan las cosas, no estás atento y te cuesta mucho más entender lo que te dicen. ¿Has ido al médico?

Pedro

Sí.

Dimitris

¿Y?, ¿qué te ha dicho?

Pedro

Tengo Alzheimer.

Dimitris

¡Caramba!

Pedro

Caramba no, Dimitri, ¡mierda!, eso, ¡¡MUCHA MIERDA!!

Dimitris

Lo siento.

Pedro

Gracias, no te preocupes, es lento. Yo no me doy cuenta, se dan cuenta los demás. Me cuesta creer al médico, yo no noto nada.

Dimitris

¿Tomas algún medicamento?

Pedro

Sí, pero poco hace. Dicen que retarda algo. Por eso viajo, por eso procuro tener actividad.

Dimitris

Eso está bien. Trabaja, pero no mandes. No dirijas la empresa, deja que lo haga tu hijo.

Pedro

¡Ya lo hago!

Dimitris

No es cierto, no lo haces. La llave de la caja del dinero todavía la tienes tú.

Pedro

¡Claro!

Dimitris

Pues te equivocas, ya no deberías tenerla tú, hace tiempo que se la deberías haber dado. Además estoy preocupado.

Pedro

Tú sigues siendo el jefe de tu casa.

Dimitris

Yo tengo once años menos que tú, además está Vanguelis, mi socio, y él todavía es más joven.

Pedro

¿Dices que estás preocupado?, ¿de qué?

Dimitris

De que no llevéis bien las cosas.

Pedro

¿Por el dinero?, no te preocupes, es sólo un pequeño bache.

Dimitris

Que ya dura demasiado y donde la cuenta ha engordado también demasiado.

Pedro

¿Cuánto suma?

Dimitris

¿No lo sabes?

Pedro

No me acuerdo, ¡caramba!, ¿cuánto es?

Dimitris

Cerca de noventa mil dólares

Pedro

No es mucho. Pensaba que sería más. Tú no te preocupes Dimitris.

Dimitris

Sí que me preocupo. Hablo con Javier, él hace lo que puede, pero me dice que hable contigo. Lo hago y no saco nada en limpio. No me aclaro.

Pedro

No te preocupes

Dimitris

Eso ya lo has dicho. ¿Me mandarás los nueve mil dólares antes de final de mes?

Pedro

Lo intentaremos

Dimitris

No debes intentarlo, debes mandarlos

Pedro

Sí, de acuerdo, no te preocupes.

Dimitris

Somos amigos, ¿verdad?

Pedro

Claro, hace ya muchos años que somos amigos. ¿Por qué me lo preguntas?

Dimitris

Tú no me harías una mala jugada, ¿no?

Pedro

¿De qué hablas? ¿A qué te refieres?, ¿una mala jugada?

¿Qué clase de mala jugada?

Dimitris

Presentar una suspensión de pagos.

Pedro

¿Y tú?

Dimitris

Yo, ¿qué?

Pedro

¿Presentarías en nuestra contra una demanda judicial por impago, con un embargo preventivo incluido?

Dimitris

¡Claro que no!

Pedro

Pues yo tampoco presentaré una suspensión de pagos.

Dimitris

De acuerdo, pero envía el dinero.

Pedro

De acuerdo, lo enviaré.

(Cambiando drásticamente de conversación).

¿Qué tal Moscú?

Dimitris

La secretaria es perfecta, pero la ciudad no.

Pedro

Es griega esa secretaria, ¿no?

Dimitris

Es de madre griega y padre ruso. Habla perfectamente los dos idiomas.

Pedro

¿Y cómo os va?

Dimitris

Va bien, pero hemos de frecuentar malas amistades.

Pedro

Aquello que me comentaste del transporte ¿no?

Dimitris

Asegurar los envíos y la protección. Tienes que pagar por todo. Parece que trabajes para ellos.

Pedro

¿No hay ninguna compañía de seguros que os asegure los envíos de pieles?

Dimitris

Ninguna. Si no te lo asegura la misma mafia, la mercancía desaparece seguro.

Pedro

¿Qué te esperabas? La mafia siempre quiere comerse todo el pastel.

Dimitris

Pero sin ella no puedes trabajar.

Pedro

Pues no sé si vale la pena, sinceramente. Una cosa es dar propinas, un porcentaje, la otra es ser un esclavo.

Quizás os deberíais ir de allí.

Dimitris

Quizás, sí, quizás debamos hacerlo.

Déjame que te cuente lo que nos pasó hace unos días.

Fue la semana pasada, nos viene un matrimonio de San Petersburgo. De mediana edad, alrededor de cuarenta años. Ella guapísima, rubia, una de esas eslavas bellísimas, buenos pómulos, ojos rasgados y preciosos labios y…

Pedro

Dimitris que te vas del tema, cuenta qué pasó.

Dimitris

Sí, es verdad, y eso que a mi las eslavas no me dicen gran cosa, ya las tengo muy vistas.

Pedro

Sigue.

Dimitris

Sí.

Querían para ella un abrigo de visón de hembras en color zafiro. Cuarenta preciosos años. Alta y esbelta.

Pedro

Eso ya lo has dicho.

Dimitris

Que era alta y esbelta no lo he dicho.

Pedro

Vale, eso no lo habías dicho, sigue.

Dimitris

Le conseguimos seis modelos distintos en su talla, una 42 perfecta. No era fácil, ya sabes que de ese color hay poco.

Eligieron uno. Una maravilla de abrigo. Siete mil dólares. Después de regatear quedó en cinco mil.

El marido se desabrocha el cinturón y se baja los pantalones, y allí delante de todos, se saca una bolsa unida con unos imperdibles a los calzoncillos y de allí empieza a sacar billetes de cien dólares hasta los cinco mil.

Pedro

Y… ¿dónde está la gracia?

Dimitris

¡Eran nuevos, salidos del banco!

Pedro

¿Y qué?

Dimitris

Impresos por la Reserva Federal de los Estados Unidos el año 1.932. ¿Sabes lo que eso significa?

Pedro

¿1.932?

Dimitris

Sí.

Pedro

Me lo imagino. ¡Dios mío! más de sesenta años escondidos en un calcetín.

Dimitris

Estaban nuevecitos, casi se pegaban los unos con los otros. Recién salidos del horno, impecables.

Pedro

Eran buenos, ¿no? Los comprobasteis ¿verdad? No eran falsos.

Dimitris

¡Claro que no eran falsos!, ¡eran buenísimos!, fuimos al banco con los billetes y el matrimonio ruso. El banco dijo que eran auténticos. Les pedí un certificado, no quería que luego me vinieran con lo contrario.

¿Te imaginas lo que es aquello?

Pedro

Me cuesta, la verdad es que sí. Es la guerra, una guerra distinta a la que hicimos tú y yo. Un país que se ha hundido. ¿Cómo lograsteis el contacto?

Dimitris

Fue a través de los hijos de Niko, él les llama soldados, pero son de la mafia, nada más que criminales, contrabandistas, de lo peor.

Pedro

¿Y a ti te da igual trabajar con esta gente?

Dimitris

¡Claro que no me da igual! Pero es la única manera de trabajar, o es con ellos o no trabajas. Así de claro, así de sencillo.

Pedro

Pues yo no trabajaría

Dimitris

Seguramente tienes razón. Quizás cuando acabe la guerra las cosas mejoren.

Pedro

No esperes nada de eso.

Dimitris

Cuando los americanos se harten

Pedro

Son los alemanes los que tienen que convencer a los americanos.

Dimitris

¿De qué les tienen que convencer?

Pedro

Que si gana Serbia, gana Rusia.

Dimitris

Es lo que quieren la mayoría de griegos, que gane Serbia.

Pedro

¿Qué es lo mejor para los negocios?

Dimitris

Depende de quién es el que haga los negocios.

Pedro

De acuerdo. Te lo diré de otra manera. ¿Qué es lo mejor para los negocios americanos?

Dimitris

No son ellos los únicos que quieren hacer negocios. Además a los americanos no les interesa demasiado una Europa fuerte.

Pedro

Tú, ¿con quién prefieres hacer negocios?, ¿con los americanos o con lo rusos?

Dimitris

Yo con lo griegos. (Soltando una carcajada)

Pedro

¡Ah!, ¿sí?, ¿de verdad?

Dimitris

En realidad no.

Pedro

Pues entonces ya estamos al cabo de la calle. A los americanos no les interesa una Europa débil a cambio de una Rusia fuerte. Con los ingleses ya se sabe, siempre hacen lo que dicen los americanos. Los importantes ahora son los alemanes y su capacidad para convencer a los americanos. Europa central es territorio alemán, eso era así antes y lo volverá a ser. Eso no es negociable.

Rusia que se quede con lo que conserva en Asia que ya tiene bastante trabajo. Ese será el trato. A cambio Europa necesita petróleo y gas.

El dinero lo pondrán los alemanes y las pistolas los americanos con la cobertura de la OTAN.

Dimitris

¿Seguro?

Pedro

¡No tengo ni idea Dimitris!, me lo estoy inventando todo. Mientras los rusos no le saquen provecho al petróleo que tienen y los árabes no molesten mucho, las cosas serán más o menos así.

Dimitris

¿Y si molestan?

Pedro

No sé, depende de cómo molesten. Según como incluso Rusia puede necesitar ayuda americana.

Dimitris

¿Y los americanos les darían esa ayuda?

Pedro

Ya sabes que a los americanos les encanta “ayudar” Hasta que no les llega la mierda al cuello no se preguntan si se han equivocado. Recuerda que Rusia tiene petróleo. Y muchas veces la mejor manera de ayudar es mirar hacia otro lado.

Dimitris

¿A qué te refieres?

Pedro

A Chechenia y al reparto del pastel. Tú sabes mejor que yo cómo está aquello.

Dimitris

¿Y los franceses?

Pedro

Los franceses están atontados, hablan demasiado francés, y eso atonta a cualquiera. Aunque han sido listos en llenar el país de centrales nucleares. No tienen ningún ecologista que se queje, es el país con menos dependencia energética de toda Europa.

Dimitris (Riéndose)

Yo pensaba que tenías Alzheimer.

Pedro

Ya sabes que me gusta la política, pero luego siempre me equivoco ¿Has estado ya en Moscú?