jueves, 25 de junio de 2009

El peletero/Glosas: Conversaciones con una lagartija (1)



21 Junio 2008

Glosa.
(Del griego λώσσα)
Explicación o comentario de un texto oscuro o difícil de entender.

Conversación.
(Del lat. conversatĭo, -ōnis).
Acción y efecto de hablar familiarmente una o varias personas con otra u otras. Concurrencia o compañía. Comunicación y trato carnal, amancebamiento. Habitación o morada.

Lagartija
(Del lat. Lacerta lepida).
Reptil saurio de la familia de los lacértidos, con el dorso cubierto de escamas, cola larga y cónica y cuatro patas cortas.


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26 de febrero

De una baldosa de la pared saltaste a otra del suelo sin poderte ver en el salto.

Miré antes y después, y advertí sorprendido que te habías ido sin haberte visto llegar.

De una a otra pasaste sin estar entre las dos.

Te mueves rápido y siempre que te miro te veo quieto y laso, como un palo alto y raso.

Eres un saurio, un superviviente nato.

Verde gris con rayas oscuras en el lomo que parecen signos, quizás cuneiformes o pre chinos o pre algo.

Tus patas te salen de los lados del cuerpo como a todos los reptiles y no de debajo, como a todos los mamíferos. Caminas moviendo el cuerpo en una “S” tumbada, paralela a la tierra, barriéndola, como siempre han hecho los tuyos, excepto los “dinos”, y los peces que os precedieron, y no como los mamíferos que se mueven transversales, perpendiculares al suelo siguiendo la forma de una “M” levantada. Romana.

Pares huevos si eres hembra y no necesitas del macho para cuidarlos, aunque tu memoria corta apenas alcanza un par de semanas atrasadas, así que no conoces la orfandad pues casi no sabes qué es la maternidad. Y si lo sabes se te olvida pronto. En ti, sin embargo, debe de haber un afecto extraño, una cierta propensión hacia mí por tu repetido regreso. Un día que no querías darle importancia a tu visita pusiste el pretexto de que en mi tienda, al estar a pie de calle, disponías de abundantes insectos, y que esa era tu dieta básica. En cambio, otro día que quisiste medio piropearme me hablaste de los atractores como si fueras un experto en física y astronomía, y dijiste que hay personas que lo son. Yo no te pregunté más al ver que tú tampoco querías decir más y al darme cuenta que ya habías dicho suficiente.

Utilizas un lenguaje difícil, no tanto por el idioma reptiliano, sino por el bajo volumen de tus palabras, eres tan pequeño que el sonido apenas se eleva algo más que lo que sobresale tu cuerpo del suelo, que es casi de casi nada, ¿media pulgada? Más o menos. Así que he de esforzarme en escucharte y oír bien tus palabras no sea que con el ruido de la calle y con el de mis propios pensamientos no pueda comprender lo que me dices.

A mí me gustaría conocer de ti, y aunque te hable como si fueras varón todavía no sé siquiera si eres macho o hembra, pero sí que eres un entrometido, un curioso y no paras de preguntarme cosas de mí y sobre esas tonterías que escribo. Siempre eres pertinente y me haces reflexionar en voz alta, aunque a veces tus preguntas me hacen daño al obligarme a recordar situaciones y personas que ya no están en mi vida, aunque algunas de ellas sigan hallándose, gracias a Dios, en este mundo, o en el otro.

Gracias por venir y hacerme compañía.