miércoles, 27 de abril de 2011

El peletero/Une saison en enfer



Textos vírgenes o el arte de no decir nada.


Une saison en enfer. (14)

Jadis, si je me souviens bien, ma vie était un festin où s'ouvraient tous les coeurs, où tous les vins coulaient.

Un soir, j'ai assis la Beauté sur mes genoux. - Et je l'ai trouvée amère. - Et je l'ai injuriée.

Je me suis armé contre la justice.

Je me suis enfui. O sorcières, ô misère, ô haine, c'est à vous que mon trésor a été confié !

Je parvins à faire s'évanouir dans mon esprit toute l'espérance humaine. Sur toute joie pour l'étrangler j'ai
fait le bond sourd de la bête féroce.

J'ai appelé les bourreaux pour, en périssant, mordre la crosse de leurs fusils. J'ai appelé les fléaux, pour m'étouffer avec le sable, avec le sang. Le malheur a été mon dieu. Je me suis allongé dans la boue. Je me suis séché à l'air du crime. Et j'ai joué de bons tours à la folie.

Et le printemps m'a apporté l'affreux rire de l'idiot.

Or, tout dernièrement, m'étant trouvé sur le point de faire le dernier couac ! j'ai songé à rechercher la clef du festin ancien, où je reprendrais peut-être appétit.

La charité est cette clef. - Cette inspiration prouve que j'ai rêvé !

"Tu resteras hyène, etc..." se récrie le démon qui me couronna de si aimables pavots. "Gagne la mort avec tous tes appétits, et ton égoïsme et tous les péchés capitaux."

Ah ! j'en ai trop pris : - Mais, cher Satan, je vous en conjure, une prunelle moins irritée ! et en attendant les quelques petites lâchetés en retard, vous qui aimez dans l'écrivain l'absence des facultés descriptives ou instructives, je vous détache des quelques hideux feuillets de mon carnet de damné.

Une saison en enfer”, Jean Arthur Rimbaud.

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Me salvó de la cárcel cuando en Eritrea me apresaron por traficar con armas como a Rimbaud, en realidad fue por vendérselas al cliente equivocado. Era francesa y vivía en un caserón cerca del mar Rojo. Conocía a todo el mundo y tenía mucho dinero.

-¿Qué haces en Eritrea?- le pregunté.

-Buscar a Livingstone como Stanley, desparecer y renacer, cabalgar cebras, elefantes y muchachos, con todos los que puedo, cuantos más mejor y a la vez, no deseo otra cosa- me respondió.

Me salvó de la cárcel cuando en Eritrea me apresaron por traficar con armas como a Rimbaud. Pagó de su mano y de su bolsillo la fianza y me entregó, como presente, y para relajarme, a unas cuantas esclavas del Alto Nilo, largas como juncos, ibis oscuros. Te servirán bien- me dijo.

-¿Te has enamorado de mí?- le pregunté un día.

-Claro, cada día me enamoro de cuatro- me indicó riendo. Me enamoro de todos y al mismo tiempo, tú sólo eres uno entre ellos- añadió burlona.

Me salvó de la cárcel cuando en Eritrea me apresaron por traficar con armas como a Rimbaud. Fue una corona de oro sentada en mi regazo, su voracidad y su añoranza colmaron mi amargura y coronaron mi pobre capitel; alrededor sueños, estrellas y serpientes, bandadas de peces voladores y de cormoranes, el mar entero, todo su brillo argentino y un fondo que nunca pude ver.

Arena, y aquel maldito ramo de flores viejas que no se marchitaban.

(“El mar”, Memorias, Demóstenes Vilanova del Bell Puig.)

lunes, 25 de abril de 2011

El peletero/Veni (25-04-2008)


Adéu, rosa d'abril!
Adéu, rosa encarnada!
Demà, lluny del teu roser,
d'enyorament em moriré.

Quan et diran la meva fi,
plora per mi, que per tu ploro;
plora per mi, més dolçament,
que amargament, no és el teu plor.

Eixuga el plor, no ploris gaire,
que et marciria el pas de l'aire.
No ploris gens; no ploris, no.
Per tu i per mi, jo, que ja en sé,
bé puc plorar millor.

Joan Maragall

(25-04-2011)

lunes, 18 de abril de 2011

El peletero/La bañera de casa


Textos vírgenes o el arte de no decir nada.
 
La bañera de casa (13)

“Cantidad de bola o punto de choque, es el sitio donde se produce el vértice del ángulo que ha de describir la bola en ese viaje de ir y volver.

Si el ángulo que forman las dos líneas que recorre la bola jugadora, es muy agudo como puede verse en el ejemplo del grabado 20, la rectificación de punto de bola o choque es tan pequeña que no puede apreciarse con la vista. Solamente mientras lima, con la visual controlará que dé la posición recta de volver su bola por el mismo sitio, a la pequeña desviación que ha de tomar ésta a la vuelta, hay muy poco, y por lo tanto, muy poco ha de ser lo que ha de separarse del centro.”

"Tratado de billar",  Domingo Murtra.

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La vida es un problema de densidades, según sean sus medidas se hundirá como el hielo bajo el agua en la que flota. Así, el desplazamiento de la bola dependerá de la cantidad de vértice visible como si fuera un iceberg nadando en la bañera de casa.

Al cuerpo humano le sucede igual que al tiempo, asoma al exterior únicamente una pequeña parte de sí mismo en forma de presente, de punta o de ángulo, el resto se esconde debajo de los ojos, de la alfombra que pisamos o del tapete verde en el que vivimos. Por precaución será mejor no abrirlos ni levantarlos.

La vida es un problema de densidades, siempre termina por diluirse en la bañera de casa.

(“La bañera de casa”, tratado de fontanería y anatomía euclidianas, Demóstenes Vilanova del Bell Puig, monje, fontanero, geómetra, y confesor cisterciense del Monasterio de Poblet, siglo XIII d. C.)

sábado, 16 de abril de 2011

El peletero/¿Qué hacer?


Textos vírgenes o el arte de no decir nada.
 
¿Qué hacer? (12)

“Otro elemento, ya señalado anteriormente, es ahora parte integrante del traje masculino; las calzas bajas de punto, transformadas en medias. La media tricotada cuyo origen no es bien conocido, se extiende por Europa a partir de comienzos del siglo XVI. Los hombres elegantes las llevaban bien espesas, ya que era de buen gusto cubrir y vestir verdaderamente la pierna. Para las mujeres, que se ajustaban las medias a la rodilla mediante una liga de raso, se crearon, al menos desde el siglo XVIII, medias de seda de una finura extraordinaria”.

El Traje, imagen del hombre”, Yvonne Deslandres.

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No fuiste una buena estudiante, ni yo un buen instructor, no logré nunca que aprendieras una sola letra ni una tonta nota musical, que cosieras un ojal o que dieras un pespunte recto con el dedal.

Eras una calamidad, no cantabas a tono ni bailabas a ritmo, no sumabas ni restabas, no hacías nada bien excepto lo que no hacías nada mal.

¿Qué camino había de tomar?, ¿cómo debía proceder?, ¿qué debía hacer aparte de convertirme en tu alumno y dejar de ser el profesor?

(“El arte de aprender”, dilemas morales, por Demóstenes Vilanova del Bell Puig, monje de la augusta orden peletera, siglo XVIII.)

miércoles, 13 de abril de 2011

El peletero/Fire sale


Textos vírgenes o el arte de no decir nada.

Fire Sale (11)

Barcelona, 12 de abril de 1993

Señores:

Transcurrido un año después de terminar mis estudios de Diseño, sería para mí una satisfacción tener la posibilidad de concertar una entrevista con Uds. Para mostrarles algunos de mis books y dibujos, con la finalidad de poder entrar a formar parte de su equipo de diseño.

En este espacio de tiempo, he colaborado con distintas empresas de confección, entre ellas las del diseñador Antonio Miró, donde he adquirido una importante experiencia, así como he podido poner en práctica conocimientos y técnicas, al colaborar directamente con él y su equipo.

Tengo muchas ideas en lo referente al diseño de la línea de Hombre, que es mi especialidad, y también en Mujer y Niño, ya sea pret-a-porter, sportwear, peletería o cualquier otra modalidad, así como la creación de catálogos, muestrarios, gráficos, etc.

Les adjunto mi currículo con mis datos y experiencias, así como la copia de una carta que la acredita.

Esperando que mi propuesta pueda ser de su interés, quedo a la espera de sus prontas noticias.

Atentamente.
 
Antonio M. Álvarez.

En caso de que mi propuesta no sea de su interés, les ruego también me lo hagan saber –gracias-.

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Barcelona, 19 de abril de 1993

Apreciado señor:

Le agradecemos sinceramente su oferta, sin embargo, y muy a nuestro pesar, hemos de manifestarle que ha llegado tarde y en mal momento porque mañana mismo presentaremos en el Juzgado la solicitud de quiebra.

El tiempo que nos ha sido concedido ha terminado.

La vida, apreciado Antonio, es peligrosa, absurda, rocambolesca y paradójica, llena de sorpresas y trampas, las peores son las que nosotros mismos nos tendemos.

Por ello, y sin ánimo de incomodarle ni de pontificar, permítanos hacerle algunas cuantas advertencias que no son sino la consecuencia de una larga y difícil experiencia vital.

No crea nada, ni siquiera sus propias ideas, deseos y pensamientos. Haga lo que deba, pero nunca pretenda hacer el bien, no lo conseguirá, es imposible. No dé opiniones, describa hechos, use sólo sustantivos, no los adjetive nunca, escriba novelas, pero no las lea. La verdad existe, pero nadie la quiere conocer.

No juegue, trabaje pero evite cobrar un sueldo y no pierda el control de su dinero. Dígales lo que esperan oír, pero no firme contratos nunca, y si ha de estampar su rúbrica en alguna parte haga un garabato. Hable poco y no escriba cartas. Pague sus deudas, pero procure no contraer ninguna, no pida prestado ni tampoco preste, no robe ni tolere que le roben, no pague por aquello que pueda hacer usted mismo que es casi todo.

No engorde.

Viaje.

Es un hombre joven y el futuro todavía le pertenece, nuestro consejo profesional, si nos deja ofrecérselo también, es que como magnífico complemento a sus actuales estudios de diseño inicie rápidamente cursos de veterinaria, taxidermia y de donante de semen, carreras las tres de gran porvenir y que no requieren ni demasiado esfuerzo ni tampoco una excesiva fe, piense que aunque casi todos confunden el primero con la segunda y ambas con la amistad y la confianza, son las cuatro cosas muy distintas.

Déjese de tonterías y dedíquese a ello con afán, diseñe vestidos, cure animales, diséquelos y done su semen a quién se lo pida porque nunca se sabe cuál es exactamente la frontera entre un padre, un ex amante y amigo, un buen diseño de estropajo moderno o un gato doméstico.

Créanos, la vida será muy pronto aún más rara que todo eso.

Pasado mañana iniciaremos la liquidación en pública subasta, y a precio de saldo, de los activos que todavía figuran en nuestro balance, lo que los anglosajones llaman “fire sale”, el precio más bajo posible, aquél que adquiere un bien tras un incendio.

No fume ni se case, es absurdo quemar lo que más se quiere.

Atentamente.

(“Correspondencia profesional”, Tomo XXV, página 633, archivo particular de Demóstenes Vilanova del Bell Puig, pirómano por la Universidad de Ostende.)

lunes, 11 de abril de 2011

El peletero/Manual de pesca


Textos vírgenes o el arte de nodecir nada.

Manual de pesca (10)

“MUNICIONES PARTIDAS. Se las llama así por la hendidura por donde penetra la tanza y que al apretarla con una pinza queda fija. Son, en realidad, las más pequeñas de las plomadas y se emplean en las líneas de flote o semiflote, con el fin de equilibrarlas y facilitar el arrastre del pez, sin que ofrezcan mayor resistencia.
Para cambiar o quitar las municiones de una tanza se usa, por lo general, un cortaplumas para tratar de abrirlas; esto puede dar por resultado la rotura o corte de la misma. Basta tomar la munición por el lado contrario a la ranura y ejercer con las pinzas una pequeña presión para que abra y deje la tanza libre”.

“Manual de Pesca, la Pesca deportiva”, Juan Martín de Yaniz.

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Hay unas balas o proyectiles que llevan en su punta una cruz o una estrella, otras una simple hendidura, ella sola es suficiente para matar más veces de las necesarias.

En tiempos de las guerras civiles de la República había un ídolo muy antiguo en la villa latina de Silva, cercana a Roma, que tomaba su mismo nombre, Silva, (madera).

Era un retorcido tronco de castaño que en su parte superior lucía una hendidura producida por un corte de hacha, un verdadero pene que recibía las plegarias de los hombres que acudían suplicantes a implorar potencia sexual.

Dicen que Cesar lo visitó tras pasar el Rubicón e introdujo su espada en la herida de la madera y que al extraerla salió bañada en leche de castañas.

(“Historia de la Idolatría", 1901. Tomo IXXX, página 125, Demóstenes Vilanova del Bell Puig, Idólatra por la Universidad de Antioquía.)

viernes, 8 de abril de 2011

El peletero/El cuarto oscuro


Textos vírgenes, el arte de no decir nada. (9)

El cuarto oscuro.

“En el cuarto oscuro se compensan los fallos del negativo. Estos fallos pueden ser debidos a muy diversas causas, algunas de las cuales serán analizadas más adelante. Teóricamente, un negativo muy duro ampliado en papel extrasuave y un negativo suave ampliado en un papel extraduro deberían producir una imagen tan armoniosa como un negativo normal ampliado en papel normal. Pero la calidad de un negativo no resulta siempre evidente: ¿quién diría que un negativo diáfano y transparente puede resultar tan poco contrastado como otro negativo denso y casi opaco? Ambos pueden ser ampliados en papel extra o ultraduro, pero con un tiempo de exposición muy distinto. En la ampliación aspiramos a conseguir imágenes equilibradas, Pero, ¿qué significa “equilibrado””.

“El cuarto oscuro, una guía para ficionados”, Günter Spitzing.

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Dicen que en el cuarto oscuro se compensan los fallos porque se pierde la visión, pero que todo lo demás se abre como si fueras ciego, los sentidos se expanden, las orejan ven y las manos aprecian si las contracaras son extrasuaves o extraduras, o incluso ultrapersistentes.

En las multitudinarias fiestas de Verónica Freeman -aquella famosa productora cinematográfica que se quedó ciega después de un nefasto accidente de automóvil- se producía a propósito un experimento curioso: Cuando todos ya habíamos bebido lo suficiente y la orquestra tocaba de manera animada, en medio del baile, de la diversión y de la algarabía, en esa agitación en la que se pierde el control del cuerpo y casi también de la mente, y en la que olvidamos el nombre con el que fuimos bautizados, la música cesaba de improviso y las luces se apagaban de repente y durante un instante largo, demasiado largo.

Mientras eso sucedía, y la penumbra nos envolvía a todos, el tiempo se detenía suspendido en el silencio y la noche; inmóviles, unos callaban y aguardaban expectantes pegados a sus parejas, oficiales o de ocasión, disfrutando del efecto, pero otros reían y medio chillaban o gimoteaban esperando nerviosos que terminara la ocurrencia de su anfitriona y que resplandecieran nuevamente las lámparas y tocaran, por fin, los músicos.

La suya era ya una antigua tradición que en forma de broma, y año tras año, en el mes de febrero, esperábamos y temíamos. En la ingeniosidad de Verónica se hallaban los orígenes del viejo carnaval en el que todos pierden su nombre y condición para mezclarse con los demás en una extraña sopa de carne y de huesos palpitantes, pero petrificados por el miedo.

Verónica sonreía y se burlaba de nosotros al sentir nuestra aprensión por encontrarnos en aquel salón abarrotado, rodeados de gente apretujada, y en absoluta oscuridad, los segundos transcurrían y no sucedía nada.

A mí, que era su fotógrafo oficial y su amante del momento, me apretaba fuerte la mano para sentir lo que ya sabía, mi perturbación, mi desasosiego y mi anhelo vano, una esperanza imposible: que sus ojos me vieran como vieron en su día a todos los demás.

Yo la conocí después del accidente, y mi rostro nunca pudo formar parte de su colección y vieja memoria que hubo de permanecer cerrada para siempre para mí, y para los que llegaron después, tras un muro infranqueable y opaco; desde entonces hube de convivir, como si fuera con un recién nacido, con sus vírgenes y estrenados recuerdos en un cuarto oscuro, yo vivía en su presente negro mientras otros lo habían hecho y lo hacían en su pasado iluminado y repleto, entre ambos un abismo. Verónica sabía que no podría verme jamás como vio a otros y como sí lo hacían, en cambio, las demás personas de mi vida, y que yo, a mi vez, tampoco podría mirarla a los ojos, ni ofrecerle ni sentir el calor en ellos.

Su venganza, su remedio, y su obsequio, fue darnos, a mí, a sus otros amantes y amigos nuevos, aunque fuera por un instante corto, la ceguera que la había atrapado a ella en aquél fatídico accidente, de esta manera nos igualaba, nos ponía a su nivel ya que no podía acceder al nuestro, llegar a nuestra ventana, y entregarnos la mirada que necesitábamos y le pedíamos.

Mi trabajo de fotógrafo se convirtió así en una paradoja sarcástica cuando la retrataba, vestida o desnuda, mi ojo mecánico sólo fotografiaba una estatua de cristal solo llena de vidrio. En mi trabajo con ella había, sin duda, algo de robo que me transtornaba, de violación también porque el modelo debe poder ver a su fotógrafo como dos amantes que se aman, sino ni uno es el modelo ni el otro su fotógrafo.

Luego, a su orden, transcurridos los minutos, los músicos volvían a tocar, se encendían las lámparas y se hacía de nuevo la luz, y todo...

...todo se velaba, como si una explosión de nitroglicerina blanca nos hubiera barrido de la nada.

(“Verónica Freeman”, su vida y su obra, Demóstenes Vilanova del Bell Puig, su fotógrafo y amante)

miércoles, 6 de abril de 2011

El peletero/Every letter


Virgins text, l'art de no dir res. (8)

Every letter.

"The quick brown fox jumps over the lazy dog" is a pangram (a phrase that contains all of the letters of the alphabet). It has been used to test typewriters and computer keyboards, and in other applications involving all of the letters in the English alphabet, because it is also a short coherent sentence. Because of its colloquialism, it is oftentimes used in the visual arts.

“Every Letter”, Wikipedia

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-M’has dit, sargantana, que aquest mig dia has vist una guineu, ràpida com un llampec, saltar per damunt d’un gos ociós i mandrós.

-Sí, he vist com una guineu marró saltava per damunt d’un gos.

-Un o dos?

-Una, una guineu veloç que tot saltant li prenia l’aliment al pobre gos que ni la veia ni la ensumava, només sentí una ombra passar-li pel damunt, quasi un oreig, un aire lleuger que ni les celles li despentinava.

-Ja, però un gos o dos?

-Un t’he dit, un gos gandul, un gos de casa fina, que de tant no fer res ni gana té ni tampoc tenia.

-Ara ho entenc.

-Sí home, un gos que dorm, un gos que jeu, un gos que veloç veu com una guineu brinca i que, en un tres i no res, li vola amb la brisa l’àpat i la teca de tot el dia.

-Per què no m’ho dius en anglès?

-D’acord, escolta: "The quick brown fox jumps over the lazy dog"

-¿Is that a “pangram”?

-Yes, my loved furrier, is a phrase that contains all of the letters of the alphabet, it has been used to test typewriters and computer keyboards. In greek, “pan gramma” means “every letter”.

-Do you now a catalan pangram?

-Of course, listen: “Jove xef, porti whisky amb quinze glaçons d’hidrogen, coi!” (Bauer Bodoni)

-Thanks, my beautiful small lizard.

-You’re welcome.

(“L’alfabet de la guineu”. Faula d’en Demòstenes Vilanova del Bell Puig. Faulista)

lunes, 4 de abril de 2011

El peletero/Cómo vender


Textos vírgenes, el arte de no decir nada. (7)

Cómo vender.

La venta personal, es decir, la obtención de un acuerdo de compra-venta en virtud de un contacto personal (en sentido amplio: cara a cara, contacto por teléfono, o postal) es un elemento clave del esfuerzo de comunicación de muchas empresas.

Los objetivos de la gestión comercial son en un último término de naturaleza económica. Se trata de vender con beneficio.

La cifra de ventas es el resultado de multiplicar el número de unidades vendidas por precio unitario. Las ventas a corto palazo (un ejercicio) de una empresa dependen básicamente de cuatro factores:

- Ventas de la empresa en ejercicios anteriores. Estas ventas significan la existencia de una clientela con una determinada imagen y hábitos de compra, que, en principio, deberían facilitar las ventas de ejercicios posteriores.
- Evolución de la demanda global. Esta demanda global o propensión al consumo depende, asimismo, de la demanda global anterior y de la situación económica general.
- Las acciones de la competencia. Las posiciones ya adquiridas y los planes de los competidores pueden dificultar en mayor o menor grado la cifra de ventas propia.
- La oferta comercial propia, traducida en Gastos Comerciales en la cuenta de resultados.

Ahora bien, los ingresos por ventas no pueden ser manejados a voluntad de la empresa. Asimismo los costes tienen una determinada estructura, que es necesario conocer para poder establecer de forma realista los beneficios esperados.

“Cómo vender”, José Luís Belío Galindo.

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La perfección consiste en manejar a voluntad las ventas y... las compras también, pero eso pocas veces sucede.

Las ventas en ejercicios anteriores sólo hablan, naturalmente, del pasado, así pues, la evolución de la demanda global puede dejarte en la cuneta, si no estás atento quedas fuera de juego para siempre; la lucha, el esfuerzo y la competencia terminan por cansarte y abandonas decepcionado cuando descubres que tu propio catálogo a nadie le interesa.

El cara a cara, o el cuerpo a cuerpo, se transforma, cambia al alejarse y empiezas a escribir cartas ofreciendo desde la distancia tus frutos o tus servicios, tus manos y tus palabras.

Tratas de vender sin oler a tu comprador, describes el producto, adornas el paquete, alabas los instrumentos de tu arte y elogias a tu cliente, le hablas de tú para que se confunda y le llamas por su nombre para que confíe y te pones a su entera disposición. Insinúas, incluso, que estás dispuesto a firmar alguna clase de contrato de compra-venta, adornas el texto con un par de gracias simpáticas, suaves y educadas, pero manifiestas, y precisas con claridad, que ofreces algún regalo, y adjuntas en una hoja aparte tu tarifa de favores sin olvidarte de dejar muy claro que estás dispuesto a realizar descuentos por cantidad y fidelidad.

¿Fidelidad?

Firmas y te vas a Somalia a domar elefantes, a cazar búfalos, a pescar antílopes y a montar oscuras y silenciosas gacelas de mar.

(“La perfección y las gacelas”, listado de las cosas imposibles, Demóstenes Vilanova del Bell Puig, marino y descubridor, 2075)

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viernes, 1 de abril de 2011

El peletero/Enciclopedia de la coina



Textos vírgenes, el arte de no decir nada. (6)

Encilopedia de la cocina

“SOPA. Si la sopa queda salada, se remedia haciendo hervir una patata entera, pelada. Una vez cocida se retira”.

TOMATES. Antes de confeccionar con ellos un sofrito o salsa, han de ser pelados.

PICADILLO. El movimiento va de izquierda a derecha y viceversa hasta conseguir tal fino picadillo.

HUEVOS. Para separar la clara de la yema, se consigue de un modo sencillísimo: poniendo el huevo en un embudo. De esta manera la clara pasa por él, quedando dentro la yema.

TORTILLAS. Sería interminable hablar extensamente de las tortillas, pues con ellas pueden hacer casi de todo. Casi. Las tortillas a la francesa son individuales y pueden ser de uno o dos huevos por ración”.
"Enciclopedia de la cocina", Juana Oller.

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Apreciada amiga Olimpia, he de recordarte que en tiempos de tus bisabuelos y en las riberas del Mar Negro que bañan la actual Georgia, las muchachas solteras, vírgenes o no, pagaban los hipocampos –conocidos también como “espirales de Afrodita”, Αφροδίτη σπείρα- a precio de oro para comérselos en un extraño ritual caníbal que prometía mucha felicidad sexual en su futura vida de mujeres maduras. Las recetas para el manjar eran varias, pero la más famosa y sencilla es la que consistía en macerarlos toda una noche en leche agria, al día siguiente se los freía con abundante aceite de oliva, se los dejaba escurrir para zampárselos acompañados con vino, uvas, huevos duros de codorniz y pan. La leche la tiraban.

El caballito de mar se puede sustituir por una simple y humilde sardina, σαρδέλλα, pero los resultados afrodisíacos no están garantizados. Sin embargo, y como ya has podido experimentar en ti misma, a veces producen efectos secundarios sorprendentes.

Son importantes los pimientos verdes como acompañante o adorno, los πράσινες πιπεριές, siempre picantes.

Ο φίλος σας που θα θέλαμε περισσότερες κάθε μέρα που περνάει

Δημοσθένης

(“Cocina antigua y moderna”, Demóstenes Vilanova del Bell Puig, cocinero de Filipo IV de Macedonia en otra vida en la que no fue rey.)