sábado, 27 de junio de 2009

El peletero/Glosas: Conversaciones con una lagartija (3)



23 Junio 2008



25 de abril

Esta tarde ha llovido mientras todavía soleaba. Las gotas parecían caer del mismo mar y en algún lugar debe de haberse dibujado el Arco de San Martín, ése que en castellano los españoles llaman “iris” con escasa imaginación pues lo evidente no puede ser bautizado con lo obvio.

Por aquí decimos también que cuando llueve y el sol sigue brillando las brujas se peinan, y yo conozco a más de una que tiene los cabellos tan largos que necesitan cardarse cada dos por tres. Sus poderes de bruja, conectados con el cosmos y las iridiscencias de los arcos de luz, las magnetizan y las erizan con aquel estilo tan peculiar y genuino que aquí llamábamos “afro” y que una hermosa y guapa terrorista, Angela Davis, popularizó.

Sabía que vendrías aunque te asuste ver llover, pero entre mis piernas te sientes protegido. Tú eres un ser pequeño, aunque algunos de tu especie son gigantes como los viejos cocodrilos del Serengueti, cuyas hembras se caracterizan, como ya sabemos, por su poco romanticismo, aunque tienen un poco más que el de las mismas hembras humanas que presumen de mucho. A mí me ocurre igual, soy pequeño entre los humanos, y la perspectiva que tengo de los demás me procura vistas no siempre deseables. ¿Quién se fija en las fosas nasales?, ¿quién atiende esa oscuridad, muchas veces peluda?

Un día te contaré algunas anécdotas de bellas mujeres que olvidaron depilarse esos pozos negros.

Los saurios no tenéis pelos y eso siempre es una desventaja según como se mire, porque ninguno de vosotros tendrá la suerte de ser “el marido de la peluquera”. Pero sí veo que os vence la sed y el hambre, como ahora que bebes sediento de un pequeño charco de agua de lluvia, vigilante por si alguna rata te acecha. No te preocupes, yo vigilo por ti, antes debería vencerme y te aseguro que conozco a más de una y sus armas, sé como luchan. Les puede también el hambre, como a todos, pero las ratas tienen sentido común, son buenas huidoras.

¿Tienes tú de eso?, ¿sentido común?, creo que sí, si no no me preguntarías estas cosas que preguntas.

A propósito de aguas y de aguadores, quieres saber si “El Aguador” es un personaje, no, no lo es, no es ningún personaje. No necesita serlo, ni tampoco necesita el texto una continuación, aunque la pueda tener, no es necesario. Puede ser el retazo de unas memorias, o las cuatro piedras de unas ruinas medio mal o bien conservadas.

Los textos literarios también pueden convertirse en arquitecturas devastadas y faltarles una pared, un techo, mojarse cuando llueve, y continuar teniendo coherencia, y los del Aguador parecen los restos de una iglesia románica en mitad de un prado.

Las películas y los textos en general (pues todo es literatura y narración) siempre deben incluir una voz en off (un narrador ajeno), una canción y una escena onírica. Y nunca hay que concluir el cuento excepto con la muerte. Esas condiciones no siempre las podemos cumplir, pero es conveniente intentarlo. Y, nunca debemos olvidar el correspondiente dilema moral, alrededor de él debe articularse todo el texto.

¿Estás de acuerdo conmigo?

25 Junio 2008