26 Octubre 2009
Nada más que una mujer, solamente una mujer, me dices que eres tratando de seducirme. Te pregunto qué significa ser una mujer, simplemente una mujer. Te ríes y me besas mientras desatas mi cinturón. ¿No lo sabes?, me preguntas al bajarme los pantalones y ver que no llevo calzoncillos. No, no lo sé, quiero que tú me lo expliques, te pido. No me miras a la cara, y mucho menos a los ojos cuando veo que sonríes y te arrodillas. Vas a hacer algo que me gustaría que hicieras, pero te detengo, me subo los pantalones y me los abrocho de nuevo. Mejor escríbeme una carta, ya sabes dónde vivo, te digo cuando me voy y te dejo en el suelo, arrodillada. Creo que exclamas algo a mis espaldas, algún insulto o quizás cosas peores.
6 comentarios:
Me dejaste arrodillada y con la boca abierta, saliste pitando cual ciclón y no me diste ni siquiera tiempo para explicártelo: tenías rota la cremallera y como tienes esa maldita costumbre de no llevar ropa interior...una mujer es la que siempre tiene lista una buena aguja para reparar, suturar y zurcir, quién sabe por dónde andarás mostrando tus partes, en el fondo eres un niño caprichoso y fantacioso.
No, todo lo contrario, no soy caprichoso, por eso me he ido. Tampoco es cierto que no lleve ropa interior ni que tenga rota la cremallera, yo también sé usar aguja e hilo y todo eso demuestra que la fantasiosa eres tú.
Peletero: eres genial! Cambias de foco rápidamente e inicias otro relato-diálogo al hilo.
Saludos
No, apreciada Inés, no soy genial, solamente se coser con aguja e hilo, nada más.
Saludos.
Desde luego, qué vulgar es una mamada. Te lo digo para que sólo lo intentes si a la vez me hablas. Hablarme y mirarme sería para nota. Yo no pondré ninguna cara especial. Puede que sonría. O quizás, dependiendo de lo que me digas, lloré. Aunque ya no estoy para esas cosas.
Háblame como callas.
Una mamada no es vulgar, lo son, si es el caso, los protagonistas de la mamada, y no digo más.
Saludos.
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