sábado, 27 de abril de 2013

El Peletero/Bárbara Kruger

Hemeroteca pelletera

Bárbara Kruguer.

Corre per casa un exemplar, el 3er volum de la “col·leció 10 X 14”, dedicat a Bàrbara Kruger. Nosaltres tenim el número 80 d’una edició de 100. És un llibre artesanal, petit, 10,5 x 14,5 cm. que es va publicar el desembre de l’any 1992 a Barcelona.

Els seus editors foren: Xavi Capmany, Carlos Díaz i Jaume Pujagut. És d’agrair la nota final d’ells que diuen: “Preguem la difusió d’aquest llibre total o parcialment, citant la seva procedència. El contingut pot ser copiat o reproduït per qualsevol mitjà elèctric, químic, mecànic, òptic, de gravació, de fotocòpia o be per a inventar”.

Copiem i inventem, doncs, que ni la còpia ni la invenció poden viure l’una sense l’altre i a l’inrevés.

Ara que està tan de moda pintar a les parets frases i sentències que ens facin reflexionar i il·luminin la nostra vida gris i fosca, una vida ignorant i alienada es bo recordar a una bona artista gràfica que en la millor tradició del cartellisme, l’humor àcid dels acudits periodístics, de la pintura pop, que beu de les fonts gràfiques contemporànies i que amb una voluntat transgressora ha acabat com tothom, adornant no les parets del carrers sinó la dels museus.

Sincerament -per fer cas de la mateixa lliçó que intenta impartir la senyora Kruger amb les seves sentències-, massa soroll per ser tristament engolida pel sistema.

El llibret diu:

Bàrbara Kruger, nascuda al 1945 a Network, Nova Jersey, és una de les artistes més notòries de la recent història de l’art contemporani. El seu treball s’inscriu en l’anomenat “nou art conceptual americà”, i ha estat presentada a Barcelona en l’exposició col·lectiva, realitzada l’any 1986, sota el nom de L’Art i el seu Doble. Panorama de l’Art a Nova York”.

La seva obra s’ha vist clarament influenciada pel seu període de treball com a dissenyadora gràfica, en l’editorial Condé Nast Publications (1965-1969). Bàrbara Kruger afronta el seu treball aprofitant la contundent eficiència del llenguatge publicitari, i utilitza les eines del control polític i econòmic per tal de fer-nos reflexionar, mitjançant el dubte, sobre els conflictes presents en la cultura actual. La rotunditat expressiva de la imatge fotogràfica acompanyada d’un seriós ús del llenguatge configuren, en l’obra de Bàrbara Kruger, un binomi verbal-visual que determina una crítica ideològica absenta de categorismes. Aquest perspicaç element crític s’articula com a valor característic de la seva obra, i s’endinsa –nocivament- en l’anòmala anestèsia col·lectiva que defineix la nostra contemporaneïtat. És per tot això, i marcant un paral·lelisme emotiu, que aquest tercer llibre de la col·lecció “deu per catorze” vol homenatjar a Petra Kelly, morta tràgicament aquesta darrera tardor”.

Per a mi, el valor més interessant de l’obra de la Bárbara Kruger és que aquest binomi verbal–visual (típic del cartellisme) que fa servir la fotografia i les tècniques gràfiques de la publicitat construeix un artefacte impossible però versemblant (el seu pseudo doble) i que en aquest sentit, només en aquest, compleix el que pretén, que no és pas altre cosa que el miris i que el miris amb tot el que això significa que, val a dir, és molt.

Cal també reflexionar sobre la fotografia de la sra. Kruger, la del nadó entre unes cames adultes i la frase “free love”, i saber que no seria possible fer-la, ni molt menys publicar-la, avui dia. Però la dècada dels vuitanta era una altra i la dissonància entre ella i el present ens mostra que els revolucionaris tampoc són el que eren encara que sempre han tingut vocació de capellans amb pistola.

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Hemeroteca peletera

Bárbara Kruguer.

Corre por casa un ejemplar, el 3er volumen de la "col·leció 10 X 14", dedicado a Bárbara Kruger. Nosotros tenemos el número 80 de una edición de 100. Es un libro artesanal, pequeño, 10,5 x 14,5 cm. que se publicó en diciembre de 1992 en Barcelona.

Sus editores fueron: Xavi Capmany, Carlos Díaz y Jaume Pujagut. Es de agradecer la nota final de ellos que dicen: "Rogamos la difusión de este libro total o parcialmente, citando su procedencia. El contenido puede ser copiado o reproducido por cualquier medio eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación, de fotocopia o bien para inventar".

Copiemos e inventemos, pues, que ni la copia ni la invención pueden vivir la una sin la otra y viceversa.

Ahora que está tan de moda pintar en las paredes frases y sentencias que nos hagan reflexionar e iluminen nuestra vida gris y oscura, una vida ignorante y alienada es bueno recordar a una buena artista gráfica que en la mejor tradición del cartelismo, el humor ácido de los chistes periodísticos, de la pintura pop, que bebe de las fuentes gráficas contemporáneas y que con una voluntad transgresora ha terminado como todos, adornando no las paredes de las calles sino la de los museos.

Sinceramente -para hacer caso de la misma lección que intenta impartir la señora Kruger con sus sentencias-, demasiado ruido para tan pocas nueces y ser tristemente engullida por el sistema.

El librito dice:

"Bárbara Kruger, nacida en 1945 en Network, Nueva Jersey, es una de las artistas más notorias de la reciente historia del arte contemporáneo. Su trabajo se inscribe en el llamado "nuevo arte conceptual americano", y ha sido presentada en Barcelona en la exposición colectiva, realizada en 1986, bajo el nombre de El Arte y su Doble. Panorama del Arte en Nueva York".

Su obra se ha visto claramente influenciada por su periodo de trabajo como diseñadora gráfica, en la editorial Condé Nast Publications (1.965-1.969). Bárbara Kruger afronta su trabajo aprovechando la contundente eficiencia del lenguaje publicitario, y utiliza las herramientas del control político y económico para hacernos reflexionar, mediante la duda, sobre los conflictos presentes en la cultura actual. La rotundidad expresiva de la imagen fotográfica acompañada de un serio uso del lenguaje configuran, en la obra de Bárbara Kruger, un binomio verbal-visual que determina una crítica ideológica absenta de categorismos. Este perspicaz elemento crítico articula como valor característico de su obra, y se adentra           -nocivamente- en la anómala anestesia colectiva que define nuestra contemporaneidad. Es por todo ello, y marcando un paralelismo emotivo, que este tercer libro de la colección "diez por catorce" quiere homenajear a Petra Kelly, muerta trágicamente este pasado otoño".

Para mí, el valor más interesante de la obra de Bárbara Kruger es que ese binomio verbal-visual (típico del cartelismo) que utiliza la fotografía y las técnicas gráficas de la publicidad construye un artefacto imposible pero verosímil (su pseudo doble) y que en este sentido, sólo en este, cumple lo que pretende, que no es otra cosa que lo mires y que lo mires con todo lo que ello significa que, hay que decirlo, es mucho.

Cabe también reflexionar sobre la fotografía de la sra. Kruger, la del bebé entre unas piernas adultas y la frase "free love", y saber que no sería posible hacerla, ni mucho menos publicarla, hoy en día. Pero la década de los ochenta era otra y la disonancia entre ella y el presente nos muestra que los revolucionarios tampoco son lo que eran aunque siempre han tenido vocación de sacerdotes con pistola.



6 comentarios:

Marga dijo...

Desconocía a esta mujer y su obra. Después de ver algunos de sus trabajos, psss, sí, no está nada mal.

Aunque hoy no me lo tenga en cuenta, tengo la mirada aún repleta de los grabados y dibujos de Durero y dios.. qué lejos me pilla hoy esto! jajaja. Ya, repelente niña-vicente soy. Pero otro día seguro que sí, seguro que me llegan. Que me da que sí.

Mirar ya es mucho, ajá. En todo y en cualquier época.

Y todo es disonante hoy día, incluso su opinión acerca de los revolucionarios, jeje. A veces sí, a veces no tanto.

Un beso en original!

El peletero dijo...

Pues no crea, querida Marga, que esté yo hoy muy católico (con perdón), pero hago lo que puedo. ¿A ver si adivina cuántas cajas me ha traído el servicio de guardamuebles a las 15 horas de hoy?

Me he tenido que comer unos espaguetis sosos y un trozo de merluza a la plancha, previa descongelación, de pie mientras iban subiendo las cajas, una silla y una pantalla desplegable para cine o diapositivas.

Bueno, no quiero hacerme el pesado con mi mudanza, pero esa chica, de nombre tan bárbaro igual inspiró a muchos humoristas gráficos, ¿no le recuerda a El Roto? De entre las cajas salen bastantes Hermano Lobo y en esa revista dibujaba OPS que era tan contundente, pero más surrealista, más poético aunque no en el estilo de Tucumán, era de otra clase, más daliniano.

En fin, mi post de grafitos artísticos, la poesía mural de Tucumán y esa señora de nombre crujiente me hicieron recordar su obra y ese librito que te da permiso para copiarlo y reproducirlo. Eso, y no lo otro, sí que es revolucionario, ¿no le parece? Como nosotros, los blogueros, que cualquiera nos puede copiar sin citar nuestro nombre.

Ya de pasada tiene que reconocer que el cura pistolero tiene una larga tradición en España y seguramente en otros países, el libro en una mano y el garrote en la otra, tan viejo como el caminar o el comer de pie.

Besos sentado, que ya es hora.

Marga dijo...

Ya decía yo que me recordaba a El Roto!!... vaya, sí, más bien a OPS, ahora El Roto sigue una línea más clara (pero no menos contundente). Qué raro era OPS y cómo me gustaba tratar de entenderlo...
Siguen entusiasmándome sus viñetas, hay días que es lo único que salvaría de ese diario de risa y publicidad en que se ha convertido El País.

"Marditas mudanzas"... es casi, casi como para estar calvinista... podría entenderlo, de veras, jajaja.

Que sea leve el ordenamiento y el reencuentro.

El peletero dijo...

Eso!!!, marditas mudanzas!!! Calvinista no sé, pero un poco calvo me estoy quedando, querida Marga.

Besos

Antígona dijo...

Tu confort es mi silencio. Tu silencio es mi confort.

La primera frase suena amenazante: como empiece a hablar, te vas a enterar. La segunda parece el irónico desvelamiento de una de esas verdades que subyacen a la estructura social de nuestras sociedades y que, si se sacan a la luz, es porque se confía en que la población anda tan aletargada, tan anestesiada –la anómala anestesia colectiva-, que ni siquiera se dará cuenta de que se le está dando la clave de qué es aquello que sostiene esa injusta estructura social: tu silencio, el del ciudadano de a pie, es el confort del poderoso, del gran defraudador, del explotador, del ladrón de guante blanco que además goza de inmunidad, parlamentaria o derivada del intercambio de favores por el que el parlamento los protege.

Me gusta mucho ese cartel. Me parece francamente inteligente. Ante todo, porque nunca hubiera realizado el tránsito de la primera formulación a la segunda, ni le hubiera visto otro sentido a esa segunda formulación –más allá del que cobraría en el contexto de un hospital, pongamos por caso- si esa primera formulación no me hubiera sorprendido ni me hubiera obligado a detenerme a en qué podría significar. Además de que esa primera formulación, junto con la amenaza que contiene, resulta, tras pasar por la segunda, igualmente reveladora: las posiciones se invierten, el statu quo muestra la grieta que podría subvertirlo.

Ahora la gente habla y grita. Los políticos, los poderosos, ya no se sienten tan cómodos. Su confort se tambalea por culpa de esas voces, y la prueba más palmaria es la criminalización de quienes, simplemente, gritan y hablan.

Habrá quien dirá que esos gritos, esas voces, nunca resultarán suficientes. De ahí que los revolucionarios siempre hayan tenido vocación, no sé si de sacerdotes, pero desde luego sí de llevar pistola. Pues claro. ¿O dudarían en utilizar pistolas quienes más tienen que perder? ¿No defienden y seguirán defendiendo con uñas y dientes todo aquello que poseen? La revolución no es una fiesta entre amigos. Como leía en alguien cuyo rigor intelectual admiro por encima de muchas cosas, no hay revolución sin terror.

Besos con pistola

El peletero dijo...

Pues sí, querida Antígona, le ha salido un comentario muy exaltado, no en su desarrollo, con el que coincido, sino en su final, cuando habla de alguien al que dice que admira, por encima de muchas cosas, por su rigor intelectual, cuando afirma que “no hay revolución sin terror”.

Ignoro si dicha frase es la simple constatación de un hecho empírico o estadístico como sería afirmar, por ejemplo, que: “comer implica defecar”, o bien encierra aquel típico mensaje cínico muy utilizado por la derecha más extrema cuando dice, tomando a los demás por imbéciles y con escaso rigor intelectual, que: “no hay manera de hacer tortillas sin romper huevos”.

Una de las diferencias políticas entre usted y yo se encuentra en el valor que damos a las actitudes de la gente y en la fe que depositamos en ellas y en ella, actitudes tomadas como acciones colectivas. En mi vocabulario nunca hallará expresiones como las que usted utiliza, de anestesia o aletargamiento colectivos o sus contrarios, ni tampoco ninguna que exprese su bondad. Las multitudes me causan alergias galopantes, cólicos y cosas terribles, tanto desde su aspecto físico como psicológico e intelectual. Tal vez por ello mi rigor sea de otra clase diferente al de esa persona que tanto admira.

Besos con los labios.