domingo, 6 de abril de 2014

Manresa


Diari de primavera (3)

Manresa.

Molts creuen, o volen creure, en el destí, que la vida de tots nosaltres està ja decidida i escrita en alguna mena de llibre del temps. Aquest és un concepte que sempre m'ha repel·lit intel·lectualment i moral perquè contradiu les evidències, el sentit comú i despulla els nostres actes de responsabilitat.

En una pel·lícula d'espies que acabo de veure un dels personatges afirma convençut que la veritat comporta responsabilitats i que aquesta és la raó per la qual ningú desitja conèixer-la ni s'esforça tampoc en buscar-la.

Al batxiller s'ensenya que π és un nombre irracional i transcendent i com a tal té un nombre infinit de decimals sense període (no hi ha un terme a partir del qual es repeteixi de forma periòdica una seqüència de dígits). Però potser el més sorprenent i no tan conegut, encara que no existeixi una demostració rigorosa, és que els dígits de π segueixen una seqüència aparentment aleatòria, és a dir: si triem un nombre gran de dígits i li apliquem un test per veure si es tracta d' nombres aleatoris procedents d'una distribució uniforme el passaria.

(...)

Parodiant a Borges: Si “expressem π en base 35 (per incloure les lletres de l'alfabet i altres símbols necessaris per a l'escriptura) i assignem l'1 a l' a, el 2 a la b, i així successivament, si prenem un nombre prou gran de dígits ens trobarem que triant un nombre suficient de dígits està escrita la frase: En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarmesi ampliem el nombre de dígits podem anar ampliant la frase, incloent més frases fins a trobar una seqüència en la qual trobem una coincidència amb el text del Quixot. De fet ens trobaríem amb la Biblioteca de Babel (no importa com de gran doncs π té infinits dígits), és a dir: tots els llibres possibles escrits i els que puguin escriure estan en els decimals de π. L'únic inconvenient és que necessitaríem molts gúlgolplex de eons per trobar l'expansió de π que coincidís amb el text del Quixot, però com tenim un temps infinit això no és pas un problema. Si no som massa pacients i no volem esperar tant podríem reduir considerablement el temps si introduïm un corrector ortogràfic combinat amb un computador quàntic.


Però la qüestió fonamental és: Com sabem que estem llegint el Quixot, La Muntanya Màgica o la guia telefònica de Pernambuco del segle XXV (d.C.)?

Una variant del Babel de Borges és el Mapa Perfecte, aquella projecció d'un espai realitzada a escala 1:1. Un mapa que, tot s'ha de dir, ens estalvia haver-lo de plegar en el seu habitual i simpàtic sistema d'acordió que no sona.

Un amic d'un amic meu, funcionari i professor d'Institut de secundària, prejubilat als 55 anys per una depressió crònica que porta arrossegant exactament des del primer dia que va començar a treballar i fer classes, casat amb una noia 30 anys més jove que ell, i que es passa una bona part de l'any viatjant amb ella pel món i l'altra mirant sèries de televisió, explica que les nits d'insomni s'asseu al costat del telèfon fix de casa seva d'ara, a Castelló de la Plana, i llegeix una vella guia telefònica de Barcelona que es va endur quan el van jubilar i es va casar amb la seva joveneta dona, ella és d'allà, de Castelló de la Plana. Diu que ho fa, llegir la guia les nits d'insomni, perquè li serveix de somnífer sense efectes secundaris, i també com a record, per a no oblidar la ciutat que tant estima i que tant li va donar, Barcelona, encara que ell, en realitat, és de Manresa. Però jo no m'ho crec, no crec que aquesta classe de somnífers no tingui efectes secundaris, més aviat penso tot el contrari, que són una causa bàsica de la mateixa depressió i l'insomni que pateix, la disfunció que en psicologia dadaista és popularment coneguda com “La síndrome de π“.

En fi, per acabar, què puc dir de Manresa? Res que no estigui escrit en el desenvolupament de π. Així que qui vulgui saber-ho ja sap on ha de buscar.

La molsa diuen que indica el nord, una variant vegetal de π.

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Diario de primavera (3)

Manresa.

Muchos creen, o quieren creer, en el destino, que la vida de todos nosotros está ya decidida y escrita en alguna especie de libro del tiempo. Ése es un concepto que siempre me ha repelido intelectual y moralmente porque contradice las evidencias, el sentido común y desnuda nuestros actos de responsabilidad.

En una película de espías que acabo de ver uno de los personajes afirma convencido que la verdad conlleva responsabilidades y que esa es la razón por la que nadie desea conocerla ni se esfuerza tampoco por buscarla.

En el bachiller se enseña que π es un número irracional y trascedente y como tal tiene un número infinito de decimales sin periodo (no hay un término a  partir del cual se repita de forma periódica una secuencia de dígitos). Pero quizás lo más sorprendente y no tan conocido, aunque no exista una demostración rigurosa, es que los dígitos de π siguen una secuencia aparentemente aleatoria, es decir: si elegimos un número grande de dígitos y le aplicamos un test para ver si se trata de números aleatorios procedentes de una distribución uniforme lo pasaría.

(…)

Parodiando a Borges: Si  “expresamos π en base 35 (para incluir las letras del alfabeto y otros símbolos necesarios para la escritura) y asignamos el 1 a la a, el 2 a la b, y así sucesivamente, si tomamos un número suficientemente grande de dígitos nos encontraremos que eligiendo un número suficiente de dígitos está escrita la frase: “En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme” si ampliamos el número de dígitos podemos ir ampliando la frase, incluyendo más frases hasta  encontrar una secuencia en la que encontremos una coincidencia con el texto del Quijote. De hecho nos encontraríamos con la Biblioteca de Babel (no importa cómo de grande pues π tiene infinitos dígitos), es decir: todos los libros posibles escritos y los que puedan escribirse están en los decimales de π. El único inconveniente es que necesitaríamos muchos gúlgolplex de eones para encontrar la expansión de π que coincidiese con el texto  del Quijote, pero como tenemos un tiempo infinito eso no es un problema. Si no somos demasiado pacientes y no queremos esperar tanto podríamos reducir considerablemente el tiempo si introducimos un corrector ortográfico combinado con un computador cuántico.”


Pero la cuestión fundamental es: ¿Cómo sabemos que estamos leyendo el Quijote, La Montaña Mágica o la guía telefónica de Pernambuco del siglo XXV (d.C.)?

Una variante del Babel de Borges es el Mapa Perfecto, aquella proyección de un espacio realizada a escala 1:1. Un mapa que, todo hay que decirlo, nos ahorra tener que plegarlo en su habitual y simpático sistema de acordeón que no suena.

Un amigo de un amigo mío, funcionario y profesor de Instituto de secundaria, prejubilado a los 55 años por una depresión crónica que lleva arrastrando exactamente desde el primer día que empezó a trabajar y dar clases, casado con una chica 30 años más joven que él, y que se pasa una buena parte del año viajando con ella por el mundo y la otra mirando series de televisión, cuenta que las noches de insomnio se sienta al lado del teléfono fijo de su casa de ahora, en Castellón de la Plana, y lee una vieja guía telefónica de Barcelona que se llevó cuando lo jubilaron y se casó con su jovencita esposa, ella es de allí, de Castellón de la Plana. Dice que lo hace, leer la guía las noches de insomnio, porque le sirve de somnífero sin efectos secundarios, y también como recuerdo, para no olvidar la ciudad que tanto ama y que tanto le dio, Barcelona, aunque él, en realidad, es de Manresa. Pero yo no me lo creo, no creo que esa clase de somníferos carezca de efectos secundarios, más bien pienso todo lo contrario, que son una causa básica de la misma depresión y el insomnio que sufre, la disfunción que en psicología dadaísta es famosamente conocida como “El síndrome de π”.

En fin, para terminar, ¿qué puedo decir de Manresa? Nada que no esté escrito en el desarrollo de π. Así que quien quiera saberlo ya sabe dónde ha de buscar.

Dicen que el musgo indica el norte, una variante vegetal de π.

4 comentarios:

Marga dijo...

Nunca se me hubiera ocurrido pensar en Manresa, la verdad, y el número Pi es tan complejo en sí mismo que me encanta pero al que tampoco presto demasiada atención por esa misma complejidad que podría llevarme a "colgarme" de él, hay místicos que hablan de su carácter mágico y curativo, los he visto, palabrita y asustan casi tanto como esos otros que mirándote en profundidad, o eso aseguran, te perjuran que todo tiene un sentido y una finalidad en este mundo nuestro y que el destino, oh el destino ya escrito. Y las líneas de la mano.

Pero es que yo soy más de garabatos les digo, en casi todo, me parece más comprensibles y menos dañinos. Tantear incluso las verdades, los números o las vidas. Y de musgo, de eso también soy.

Su amigo es un sujeto curioso. Me gustan él y su síndrome.

Un beso ido.

El peletero dijo...

Es normal que usted no piense en Manresa, querida Marga, le debe de quedar tan lejos como a mí Badajoz, por poner un ejemplo cualquiera.

Una de mis mejores y más antiguas amigas es de Manresa y en 1892, en su Ayuntamiento, se aprobaron por la Asamblea Catalanista, (una anticipación de lo que fue a la muerte de Franco la crucial Asamblea de Catalunya y ahora la Asamblea Catalana), las famosas, famosas aquí, Bases de Manresa, el primer documento escrito en el que se asentaron las bases políticas del catalanismo moderno que dieron lugar unos años después a la Mancomunitat de Catalunya, de la que celebramos ahora su centenario. Hoy es un buen día para recordarlo.

Ya ve que Manresa no es cualquier cosa.

Me alegro que le caiga bien el amigo de mi amigo, es un muchacho encantador del que recuerdo unas grandiosas y extraordinarias borracheras los tres juntos. Pero eran otros tiempos en el que la juventud todo lo soporta, incluso la inocencia y la ignorancia.

Y una muy memorable fiesta el día en el que murió el dictador, con pastel incluido en el que hicimos escribir con letras de chocolate “adiós muchacho”, éramos más de veinte. El ritual incluía ir a las Ramblas y sembrarla de tapones de corcho de las botellas de cava que habíamos descorchado.

No obstante, y a pesar de no haber tenido una niñez sencilla, su actual neurosis no tiene nada de glamurosa, es el resultado de una vulgaridad como no puede dejar de ser una vida fácil de funcionario y al mismo tiempo, y precisamente por ello, trastornada e insatisfecha, mezclada con un extraño síndrome moderno que no es el de pi, me refiero al síndrome de Peter Pan. El mejor caldo de cultivo de las depresiones. Tengo un montón, un verdadero montón, de conocidos en la misma situación. Jubilados en la cincuentena que pasan las horas hundidos en la molicie del sofá o con una actividad frenética, aprendiendo a montar en patinete, a bailar country, apuntándose a cruceros para solteros, y procurando no olvidarse de cuáles son los días de visita para ir a ver a sus padres en la residencia de ancianos, esos padres que no hacen más que molestar porque no terminan de morirse. No olvidarse de los días de visita ni tampoco confundir a los propios padres con los señores de la habitación de al lado, suele ocurrir que los padres, por así decirlo, se traspapelen igual que para ellos también se traspapelan sus propios hijos. En el fondo da igual unos que otros, ¿no? Son como los chinos para nosotros, todos se parecen aunque no haya ninguno igual.

Besos desiguales.

El musgo de la fotografía es del Bierzo, de un tanatorio cercano a Villafranca del Bierzo el pasado enero.

Marga dijo...

Ajá, le entiendo, yo también tengo amigos de esos pero... es difícil envejecer con dignidad y aún mucho más con cordura en estos tiempos nuestros, nos guste o no, todo y todos nos empujan a ser mucho más tontos que cuando teníamos los 20, y no sé usted pero yo, lo confieso, eran tan, pero tan tonta que...

Y ahora sólo tengo miedo de llegarlo a ser más, por culpa de wendy, peter y campanita, qué más dará, pero es mi mayor miedo.

En fin, así

El peletero dijo...

Efectivamente, querida Marga, a mis cincuenta y tantos soy igual de tonto que a los veinte, la única diferencia con entonces es que ahora mi melancolía disimula mi ignorancia i mi estupidez.

Besos tontos.