Sleep
El 22 de juliol del 1998, Gabi Martínez entrevistava a la Vanguardia de Barcelona a Corinne Dufka, fotògrafa de guerra.
“Todos los días había combates en Liberia. Los periodistas no teníamos coche, así que pasábamos el tiempo caminando por la calle en busca de imágenes. Las líneas del frente eran muy irregulares, igual estabas en territorio de un bando que del otro. De pronto nos encontramos con la escena. Un grupo acusaba a un hombre de ser un miliciano y, tras golpearle y quitarle la ropa, le gritaron que corriera. Al empezar a correr, le tirotearon. Luego uno fue a darle el tiro de gracia. Y saqué la foto.”(Corinne Dufka)
I uns anys després, el 2000, llegia un llibre d’en Oscar Tusquets titulat “Déu ho veu”, on l’arquitecte català parlava d’aquells racons i parts de les coses que passen desapercebudes a les persones perquè queden ocultes, impossibles de veure, però que hi són, les puntades invisibles de les catifes, detalls arquitectònics que queden amagats al ull humà, els darreres d’algunes escultures coms els frisos del Partenó o les bores del vestits, l’espai recòndit entre la roba i el forro.
Molt abans, al 1988, Peter Greenaway dirigia la seva pel·lícula “Drowning by numbers” on un personatge enumera amb una etiqueta totes les coses existents per comptar-les. Es poden comptar, un a un, tots els estels?
La novel·la de George Orwell, “1984”, ha donat peu a concursos televisius i el mateix Internet és l’escenari millor per mostrar la nostra intimitat al món, un ull que travessa parets i ens fotografia completament nus.
Al 1963, Andy Warhol filmava “Sleep”, on el seu i únic actor, John Giorno, dormia las sis hores que durava el film. Els espectadors entraven i sortien de la sala per prendre una copa o fumar una cigarreta. I al 1964 “Kiss”, on dos actors es besaven a càmera lenta durant 54 minuts. Igual que les seves “Motion pictures”, retrats filmats amb la mateixa lentitud, un succedani de la immobilitat i del temps aturat. El famós artista nord-americà fotografiava també, en una polaroid, a tot aquell que el visitava al seu estudi, l’anomenat i conegut: “The Factory”.
Nabokov, el gran escriptor rus que escrivia els seus llibres en diferents llengües, afirmava que l’art no és mai simple i que en la seva màxima expressió és fantàsticament enganyós i complex. La paraula enganyós deuria confondre al cineasta danès Lars Von Trier quan va formular al 1955 el seu famós “Dogma”, decàleg en el que proposava la eliminació de tota artificiositat en la realització de pel·lícules: maquillatge, il·luminació, decorats... fins i tot va pensar que la càmera s’havia de dur a les espatlles al interpretar equivocadament que era un ull i no el que veritablement és, una simple finestra en la que un ull s’hi pot passejar.
A tot aquest rosari d’anècdotes em manifestes, estimada sargantana, que exagero i m’equivoco al comparar uns fets amb els altres al ser tots ells ben diferents.
Et responc que no és així, i que si ho fos més al meu favor, i ho argumento apel·lant al criteri del savi al recordar un altre llibre d’en Òscar Tusquets, “Tot és comparable”, on l’autor es dedica a comparar coses tan iguals o allunyades com és un museu i un prostíbul. Val a dir que la presentació del llibre va tenir lloc al 1998 aprofitant l’avinentesa que a la Sala Vinçon de Barcelona s’exposava part de la seva obra pictòrica, 36 olis i 4 aquarel·les que havia anat pintant al llarg de 39 anys, i on en lloc de vendre les obres originals, como qualsevol hauria suposat i esperat, posava a la venda només fotocòpies de les peces.
Et quedes sorpresa al sentir-me, però et senyalo que això és exactament el que faig amb tu, vendre còpies a baix preu perquè l’original és intransferible, impagable i gairebé tot ell està ocult.
La majoria de les històries consisteixen en persones que intenten saber dels altres sense arribar mai a aconseguir-ho, cadascú coneix coses que els altres ignoren i viceversa, mentrestant hem de continuar endavant, resoldre els dubtes i decidir la velocitat i la quantitat de llum que podrem suportar al despertar.
“Hace poco estaba trabajando con otros periodistas en Etiopía. Llegamos a un poblado en llamas. Había cadáveres por todas partes. Los tres empezamos a llorar. Me controlé y empecé a pensar: “Oscurece, necesitaré 800 ASA. Hay bastante movimiento, la velocidad será de 125. Hay que cambiar las pilas del flash”. Debía trabajar. No hubiera sido justo que por mis emociones dejara de mostrar unas imágenes tan importantes. No había llegado hasta allí para quedarme llorando”. (Corinne Dufka)
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Traducció al castellà
Sleep
El 22 de julio de 1998, Gabi Martínez entrevistaba en la Vanguardia de Barcelona a Courinne Dufka, fotógrafa de guerra.
“Todos los días había combates en Liberia. Los periodistas no teníamos coche, así que pasábamos el tiempo caminando por la calle en busca de imágenes. Las líneas del frente eran muy irregulares, igual estabas en territorio de un bando que del otro. De pronto nos encontramos con la escena. Un grupo acusaba a un hombre de ser un miliciano y, tras golpearle y quitarle la ropa, le gritaron que corriera. Al empezar a correr, le tirotearon. Luego uno fue a darle el tiro de gracia. Y saqué la foto.”(Corinne Dufka)
Y unos años después, en el 2000, leía un libro de öscar Tusquets titulado “Dios lo ve”, donde el arquitecto catalán hablaba de aquellos rincones y partes de las cosas que pasan desapercibidas a las personas porque quedan ocultas, imposibles de ver, pero que están allí, las puntadas invisibles de las alfombras, detalles arquitectónicos que quedan escondidos al ojo humano, las espaldas de algunas esculturas como los frisos del Partenón o los dobladillos de los vestidos, el espacio recóndito entre la ropa y el forro.
Mucho antes, en 1988, Peter Greenaway dirigía su película “Drowning by numbers” donde un personaje enumera con una etiqueta todas las cosas existentes para contarlas. ¿Se pueden contar, una a una, todas las estrellas?
La novela de Geroge Orwell, “1984”, ha dado pie a concursos televisivos y el mismo Internet es el mejor escenario para mostrar nuestra intimidad al mundo, un ojo que atraviesa paredes y nos fotografía completamente desnudos.
En 1963, Andy Warhol filmaba “Sleep”, donde el único actor, John Giorno, dormía las seis horas que duraba el film. Los espectadores entraban y salían de la sala para tomar una copa o fumarse un cigarrillo. Y en 1964 “Kiss”, donde dos actores se besaban a cámara lenta durante 54 minutos. Igual que sus “Motion Pictures”, retratos filmados con la misma lentitud, un sucedáneo de la inmovilidad y del tiempo detenido. El famoso artista norteamericano fotografiaba también, en una polaroid, a todo aquél que visitaba su estudio, el llamado y conocido: “The Factory”.
Nabokov afirmaba que el arte no es nunca simple y que en su máxima expresión es fantásticamente engañoso y complejo. La palabra engañoso debió de confundir al cineasta danés Lars Von Trier cuando formuló en 1995 su famoso “Dogma”, decálogo en el que proponía la eliminación de toda artificiosidad en la realización de películas: maquillaje, iluminación, decorados, incluso pensó que la cámara debía llevarse al hombro al interpretar equivocadamente que era un ojo y no lo que verdaderamente es, una simple ventana en la que un ojo puede pasearse.
A todo este rosario de anécdotas me manifiestas, querida lagartija, que exagero y equivoco al comparar unos hechos con los otros al ser todos ellos muy diferentes.
Te respondo que no es así, y que si lo fuera más a mi favor, y lo argumento apelando al criterio del sabio al recordar otro libro de Óscar Tusquets, “Todo es comparable”, donde el autor se dedica a comparar cosas tan iguales o alejadas como es un museo y un prostíbulo. Es necesario remarcar que la presentación del libro tuvo lugar en 1998 aprovechando la oportunidad que en la Sala Vinçon de Barcelona se exponía parte de su obra pictórica, 36 óleos y 4 acuarelas que había ido pintando a lo largo de 39 años, y donde en lugar de vender las obras originales, como cualquiera habría supuesto y esperado, ponía a la venta sólo fotocopias de las piezas.
Te quedas sorprendida al oírme, pero te señalo que eso es exactamente lo que hago contigo, vender copias a bajo precio porque el original es intransferible, impagable y casi todo él permanece oculto.
La mayoría de las historias consisten en personas que tratan de saber de los demás sin llegar a conseguirlo nunca, cada uno conoce cosas que los otros ignoran y viceversa, mientras tanto hay que seguir adelante, resolver dudas y decidir la velocidad y la cantidad de luz que podremos soportar al despertar.
“Hace poco estaba trabajando con otros periodistas en Etiopía. Llegamos a un poblado en llamas. Había cadáveres por todas partes. Los tres empezamos a llorar. Me controlé y empecé a pensar: “Oscurece, necesitaré 800 ASA. Hay bastante movimiento, la velocidad será de 125. Hay que cambiar las pilas del flash”. Debía trabajar. No hubiera sido justo que por mis emociones dejara de mostrar unas imágenes tan importantes. No había llegado hasta allí para quedarme llorando”. (Corinne Dufka)
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