sábado, 2 de noviembre de 2013

El Peletero/El sol s'ha apagat






Diari de tardor (7)

El sol s’ha apagat.

Per fi hem arribat a una tardor com cal, a un ambient humit per les pluges, un cel capotat amb el sol apagat i a una temperatura freda a les matinades i capvespres. Els arbres comencen a despullar-se i a omplir els carrers de fulles, una catifa cruixidora que cada dematí m’escarrasso en escombrar en el petit tros que ocupa davant de la meva botiga.

Fa exactament un any era a Madrid celebrant Tot Sants amb l’Albert i una amiga. Des d’aquell dia han succeït moltes coses, entre elles, l’aparició a la premsa d’un munt d’articles que parlen de la decadència de Madrid, de la seva desorbitada deuta, i del fracàs, una vegada més, de la política d’una Espanya radial amb el centre a la capital del Regne.

Els habitants del nord-est de la península Ibèrica volem que aquest fracàs inauguri de manera positiva i esperançadora el segle XXI. Si més no, aquest és el nostre decidit afany i interès. Malauradament, sabem també que la nostra aspiració i legítima ambició no és pas l’anhel d’aquesta Espanya radial, no ho és ara ni mai ho ha estat tampoc.

Fa un any, doncs, era a Madrid menjant castanyes del Bierzo i panallets catalans, enguany, en canvi, em menjaré els panellets a Barcelona i les castanyes sense la meva amiga i no ho faré pas perquè Madrid hagi entrat en decadència, sempre he dit que és la meva segona ciutat com Grècia, en el seu moment, va ser el meu segon país, ho faré per raons privades que ara no venen al cas però que deixen en el cor la sensació desolada de les fulles caigudes.

Mentre escombro el meu tros de vorera, sovint veig passar a l’Emili, un olotí jubilat i químic de professió que gairebé cada dia fa a pas lent el mateix trajecte, el seu passeig matutí per a comprar el diari al quiosc de la cantonada. Al veure’m, amb l’escombra a les mans, s’atura i la fem petar. És un home molt afable i simpàtic, parlem de tot, del món, de política i del temps, mai de dones fora d’algun comentari trist i adolorit que deu connectar amb records seus i també meus, records similars que, com les fulles dels arbres, hauríem d’escombrar.

Durant mols anys va treballar en una empresa química anglesa on elaboraven pintures especials que havien de resistir condicions extremes de temperatura i corrosió, pintures per a vaixells i avions.

L’Emili és un home senzill i una font d’anècdotes inacabables i d’històries que no finalitzen perquè les coses ben explicades amb el sentiment adequat no comencen ni acaben mai.

Una tarda va anar a veure Gravity, la pel·lícula en 3D de la Sandra Bullok i el George Clooney; en va sortir meravellat de la pau del cel, dels colors del silenci i de la bellesa madura i sòlida de la Bullok. Es veu que li agrada com a mi l’astronomia, l’astronàutica i les dones amb caràcter i mentalitat científica, encara que em va reconèixer que allà a dalt em seria molt difícil escombrar les fulles dels arbres.

Hi ha dies que quan escombro el carrer sento també la música que s’escapa del balcó d’uns veïns igual que les meves fulles ho fan de les seves branques.

Avui canta l’Adriano Celentano El sol s’ha apagat.

Si é spento il sole, nel mio cuore, per te,
non ci sarà più un'altra estate d'amor,
i giorni sono fredde notti per me,
senza più luce né calor!
Sul caldo mare che ci ha fatto incontrar,
un vento gelido mi porta il dolor,
la bianca luna che ci ha fatto sognar
si é spenta come il sole d'or.

Muore, nell'ombra la vita
nel silenzio di tanti ricordi,
pur se l'estate é finita
l'amo ancor - o - o - o - o

Si é spento il sole chi l'ha spento sei tu
da quando un altro dal mio cuor ti rubò.
Innamorare non mi voglio mai più
e nessun'altra cercherò;
io cercherò!...

finalino:
Amare un'altra non potrò,
amare un'altra non potrò.

Si é spento il sole (1962)

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Diario de otoño (7)

El sol se ha apagado.

Por fin hemos llegado a un otoño como debe ser, a un ambiente húmedo por las lluvias, un cielo capotado con el sol apagado y a una temperatura fría por las mañanas y las tardes. Los árboles comienzan a desnudarse y a llenar las calles de hojas, una alfombra crujiente que cada mañana me afano en barrer en el pequeño trozo que ocupa en frente de mi tienda.

Hace exactamente un año estaba en Madrid celebrando la festividad de Todos los Santos con Albert y una amiga. Desde ese día han ocurrido muchas cosas, entre ellas, la aparición en la prensa de un montón de artículos que hablan de la decadencia de Madrid, de su desorbitada deuda, y del fracaso, una vez más, de la política de una España radial con el centro en la capital del Reino.

Los habitantes del noreste de la Península Ibérica queremos que este fracaso inaugure de manera positiva y esperanzadora el siglo XXI. Al menos, este es nuestro decidido empeño e interés. Desgraciadamente, sabemos también que nuestra aspiración y legítima ambición no es el anhelo de esa España radial, no lo es ahora ni lo ha sido nunca tampoco.

Hace un año, pues, estaba en Madrid comiendo castañas del Bierzo y panellets catalanes, este año, en cambio, me comeré los dulces en Barcelona y las castañas sin mi amiga y no lo haré porque Madrid haya entrado en decadencia, siempre he dicho que es mi segunda ciudad como Grecia, en su momento, fue mi segundo país, lo haré por razones privadas que ahora no vienen al caso pero que dejan en el corazón la sensación desolada de las hojas caídas.

Mientras barro mi trozo de acera, a menudo veo pasar a Emilio, un olotino jubilado y químico de profesión que casi cada día hace a paso lento el mismo trayecto, su paseo matutino para comprar el periódico en el quiosco de la esquina. Al verme, con la escoba en las manos, se detiene y charlamos. Es un hombre muy afable y simpático, hablamos de todo, del mundo, de política y del tiempo, nunca de mujeres fuera de algún comentario triste y doliente que debe conectar con recuerdos suyos y también míos, recuerdos similares que, como las hojas de los árboles, deberíamos de barrer.

Durante muchos años trabajó en una empresa química inglesa, elaboraban pinturas especiales que debían resistir condiciones extremas de temperatura y corrosión, pinturas para barcos y aviones.

Emili es sencillo y una fuente de anécdotas interminables y de historias que no finalizan porque las cosas bien explicadas con el sentimiento adecuado no empiezan ni terminan nunca.

Una tarde fue a ver Gravity, la película en 3D de Sandra Bullok y George Clooney; salió maravillado de la paz del cielo, los colores del silencio y de la belleza madura y sólida de la Bullok. Se ve que le gusta como a mí la astronomía, la astronáutica y las mujeres con carácter y mentalidad científica, aunque me reconoció que allá arriba me sería muy difícil barrer las hojas de los árboles.

Hay días que cuando barro la calle oigo también la música que se escapa del balcón de unos vecinos igual que mis hojas lo hacen de sus ramas. 

Hoy canta Adriano Celentano El sol se ha apagado.


Si é spento il sole, nel mio cuore, per te,
non ci sarà più un'altra estate d'amor,
i giorni sono fredde notti per me,
senza più luce né calor!
Sul caldo mare che ci ha fatto incontrar,
un vento gelido mi porta il dolor,
la bianca luna che ci ha fatto sognar
si é spenta come il sole d'or.

Muore, nell'ombra la vita
nel silenzio di tanti ricordi,
pur se l'estate é finita
l'amo ancor - o - o - o - o

Si é spento il sole chi l'ha spento sei tu
da quando un altro dal mio cuor ti rubò.
Innamorare non mi voglio mai più
e nessun'altra cercherò;
io cercherò!...

finalino:
Amare un'altra non potrò,
amare un'altra non potrò.

Si é spento il sole (1962)


2 comentarios:

Marga dijo...

Hoy tendría que darle la razón en casi todo.

En el otoño y su presencia evidente, la decadencia de este reino central (los emperadores van desnudos, hace tanto!) y la rabia que provoca a algunos aunque seamos conscientes de que el declive sucedió mucho antes de que fuera noticia, la necesidad de barrer las hojas y de charlar sin más razón que el placer de hacerlo y conocer o compartir, de la necesidad de las historias que no finalizan nunca, de salir fascinada del silencio y el espacio tras ver Gravity.

Si yo tuviera una escoba, cuantas cosas barrería... pues así. Sus hojas desoladas lo primero, no lo dude.

Un beso brujo

El peletero dijo...

Hoy no he visto a Emili, querida Marga, ha sido un día ventoso. Con Núria, una vecina, hemos hablado de llenarnos los bolsillos de monedas para que el viento no se nos llevase a la tierra de Oz, lo malo es que ni ella ni yo tenemos monedas suficientes ni sabemos tampoco cómo conseguirlas. Oz era también un rey desnudo, un mago que conservaba su poder mientras se mantuviera escondido detrás de una cortina.

Víctor Mora, el guionista de El Capitán Trueno, se sirvió de esa idea en una de sus grandes aventuras, una que ocurrió en Argel. Allí se fue Trueno después de leer un mensaje de socorro, escrito con sangre, que encontró dentro de una botella en una de las playas de Thule, el reino vikingo de su amada Sígrid.

El mensaje era de los cautivos cristianos que se pudrían en espera de sus rescates o de ser vendidos como esclavos. Uno de los traficantes de esclavos más importantes de Argel se hacía llamar “La garra” y se comunicaba con sus secuaces escondido detrás de una cortina, nadie sabía quién era, nadie lo había visto nunca pero todos lo temían y lo obedecían sin rechistar.

Las aventuras eran trepidantes y no daban descanso al lector.

Cuando Trueno regresa a Thule, después de liberar a los cautivos cristianos, se encuentra que su amada ha sido raptada por unos desconocidos. Más tarde descubrirá que un yogui hindú malvado que se hace acompañar por una pantera negra se ha enamorado de ella al ver su retrato pintado encontrado entre los enseres de una caravana que hacía la ruta de la seda. Pero el esbirro, llamado Krisna, que ha enviado el yogui malvado al otro lado del mundo para perpetrar el secuestro de la muchacha, a su vez, se enamora también de Sígrid. En fin, una historia interminable.

Los Salvajes, Los Mustang, Lone star, Los Sirex...

Luego vino la Nova cançó, la música layetana, el rock progresivo catalán, la rumba catalana, Máquina, Sisa...

Otra historia interminable, cada uno con su escoba.

Gracias por sus buenas intenciones.

Besos agradecidos.