sábado, 20 de junio de 2015

Wake Up, Little Sparrow


Fotografies: http://sshawnsamuell.tumblr.com/


Diari de primavera (24)

Wake up, little sparrow.

L’endemà, el mestre Zen s’havia convertit en un pardal, i mentre encara dormia i abans que es despertés, la Lizz Wright li cantava Wake up, little sparrow.

Entre somnis de deutes impagats, propis i aliens, entre morosos i creditors, el cel i el dia s’anaven obrint pas com uns titans apartant a tort i a dret muntanyes de núvols blancs.

D’algun estel encara encès se sentia la cançó.

Desperta petit pardal, ja fa molts mesos que els teus amics han volat cap el sud, no facis el niu a fora, que ha nevat. Ets molt petit encara per volar, pensa que les teves ales no et sostindran en contra del cel. Desperta petit pardal, no facis el niu a fora, que arreu és ple de neu.

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Diario de primavera (24)

Wake up, little sparrow.

Al día siguiente, el maestro Zen se había convertido en un gorrión, y mientras aún dormía y antes que despertara, Lizz Wright le cantaba Wake up, little sparrow.

Entre sueños de deudas impagadas, propias y ajenas, entre morosos y acreedores, el cielo y el día se iban abriendo paso como titanes apartando a diestro y siniestro montañas de nubes blancas.

De alguna estrella aún encendida se oía la canción.

Despierta pequeño gorrión, hace ya muchos meses que tus amigos han volado hacia el sur, no hagas el nido fuera, que ha nevado. Eres muy pequeño todavía para volar, piensa que tus alas no te sostendrán en contra del cielo. Despierta pequeño gorrión, no hagas el nido fuera, que ha nevado.

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Wake up, wake up
Little sparrow
Don't make your home 
Wake up, wake up
Little sparrow
Don't make your home
Out in the snow
Don't make your home
Out in the snow

Little bird,
Don't you know
Your friends flew south
Many months ago
Your friends flew south
Many months ago

You´re just a babe
You cannot fly
Your wings won't spread
Up against the sky
Your wings won't spread
Up against the sky

Mmm ...

Wake up, wake up
Little sparrow
Don't make your home
Out in the snow
Don't make your home
Out in the snow

Devendra Banhard


6 comentarios:

Isabel Martínez Barquero dijo...

Hay mucha delicadeza en esta entrada. Lírica, es para gozarla como un buen poema.
Las fotos, espectaculares.
Un abrazo.

El peletero dijo...

Gracias Isabel, eres muy amable, se hace lo que se puede.

Un abrazo.

Marga dijo...

Preciosa canción... esa voz profunda, verdad?

Ays de los pequeños gorriones.

Ha empezado el verano y al menos aqui viene con ganas de calor, uffff, qué día, señor Peletero, tórrido y buscando la sombra como los perros.

Besos y ventilador!

El peletero dijo...

Sí Marga, una voz profunda de terciopelo, acogedora y generosa, adecuada para esos pequeños gorriones que, ay!, todavía no saben volar. En realidad nunca aprendemos, verdad?

Ayer llegó el verano, sí, y lo ha hecho para quedarse durante un buen tiempo. Cuando era niño y un jovencito, el verano era extraordinario, ahora también lo es, pero de otra manera; entonces no notaba ni me importaba el calor, podía estar todo un día en la playa jugando y bañándome sin cansarme y si me cansaba no importaba, llegaba la noche y me quedaba rendido como cualquier niño, como hacíamos todos.

Estos días, al baile de Júpiter y Venus, se le ha añadido una luna mora que me tiene el corazón robado, es una escena preciosa, la luna va rápida, como siempre, a lo suyo, Venus es la primera que aparece cuando la luz declina, y Júpiter, a pesar de estar muy gordo, creo que la está atrapando o es que ella se deja atrapar que también podría ser.

En fin. Deje que el cuerpo transpire y ocúltelo del sol que con tanto trajín a su alrededor le están entrando celos y si se enfada es peor.

Besos y abanico.

Isabel Barceló Chico dijo...

Los gorrioncillos despiertan nuestra ternura continuamente. ¿Cómo no iba a hacerlo este pobrecillo que se han quedado atrás, solo, con un amenazador invierno por delante...

También para mí el verano de la infancia y la adolescencia era especial, nada que ver con los de ahora. Era el calor y el baño, pero también la vida por vivir, el mundo que parecía estar ahí para que nosotros nos lo comiéramos, era el descubrimiento de nuevas emociones y sensaciones, el latir acelerado del corazón al sentir unos labios próximos. La suerte es que contamos en el corazón y en el recuerdo con todos esos veranos hermosos e inquietantes y que lo podemos contar.

Un abrazo, querido amigo.

El peletero dijo...

Gracias Isabel.

Tal vez por esos recuerdos guardados nos vemos a nosotros mismos en esos pequeños gorriones que solos se han quedado atrás.

Abrazos igualmente para usted.