lunes, 29 de febrero de 2016

L’extracció de la pedra de la follia

L’extracció de la pedra de la follia

Diari d’hivern (17)

L’extracció de la pedra de la follia

Igual que tenim pedres al ronyó i a la bufeta de la fel en tenim també dins del cap com demostra i prova de manera fefaent la pintura del Bosco, L’extracció de la pedra de la follia.

La Viquipèdia ens diu que en ella “El Bosco mostra la bogeria i la credulitat humanes. El que es representa en L'extracció de la pedra de la bogeria és una espècie d'operació quirúrgica que es realitzava durant l'Edat Mitjana, i que segons els testimonis escrits sobre ella consistia en l'extirpació d'una pedra que causava la neciesa de l'home. Es creia que els bojos eren aquells que tenen una pedra al cap. En l'obra apareix un fals doctor que en comptes d'un birret porta un embut al cap (símbol de l'estupidesa), extreu la pedra del cap d'un individu major i gruixut que mira cap a nosaltres, encara que en realitat el que està extraient és una flor, una tulipa. La seva bossa de diners és travessada per un punyal, símbol de la seva estafa.

En el curs 1967-1968, Jorge Luís Borges va impartir sis conferències sobre poesia a la Universitat de Harvard. En una d'elles afirmava, parlant d’Edgar Allan Poe, que: "un relat ha de ser escrit atenent a l'última frase, i un poema atenent a l'últim vers" i que a això ell ho anomenava un relat amb truc.

Els relats amb truc em recorden que la clau que obre el pany d’una llista desordenada es troba, precisament, en l’última paraula, en la darrera cosa llistada, per què?, perquè una de les utilitats bàsiques de les llistes és ser també un senzill mètode clínic i casolà per a detectar el grau o l’inici de demències senils o, simplement, l’interès o desinterès pel que es llegeix o s’escolta dir. La clau, el codi, el truc, consisteix en fer una pregunta i alhora elaborar una llista de possibles respostes com per exemple: Què has menjat avui?, sopa, arròs, pasta o verdura? Si la resposta es verdura i al cap d’una estona es torna a fer la mateixa pregunta canviant l’ordre de la llista, arròs, verdura, pasta o sopa?, i la resposta llavors és sopa, és que tenim, o comencem a tenir, un greu problema. Aquesta és la pedra de la follia que, malauradament, no és pot expulsar orinant com les del ronyó, te l’ha d’extirpar un cirurgià que porti al cap un embut en lloc d’un barret. Entrevistadors, entrevistats, crítics, opinadors, comentaristes, tertulians de qualsevol tema, text o matèria, en són i en som víctimes en diferent grau i mesura, atenem sempre a la darrera frase escrita, a l’última qüestió preguntada o contestada. Caiem en el parany.

Les persones estem boges, una antiga pel·lícula americana deia que El món està boig, boig, boig. En ella tots els personatges anaven de punta a punta del país, de costa a costa, com diuen ells, empaitant uns diners que estaven enterrats a sota d’una gegant W. Gairebé igual que els que, com una cort dels miracles, persegueixen, avui en dia encara, El carro de fenc, una altra obra mestre de El Bosco juntament a l’inenarrable El vaixell dels bojos.

El Bosco, al que ara, pobret, els experts troben dubtes i recances sobre l’autoria sencera de les seves obres, quan tothom sap, o hauria de saber, que els tallers de pintura d’aquella època eren una industria com qualsevol altra, industria entesa en el sentit de fer feina, de produir bens com ara gerros de ceràmica, teixits o pintures per a la reflexió o la vanitat de les persones. Industries col·lectives com ho poden ser també en l’actualitat els estudis d’arquitectura, de disseny  gràfic o industrial, de moda, d’interiorisme, o com els estudis cinematogràfics.

Parlant d’estudis cinematogràfics, en una de les obres mestres d’Stanley Kubrick, 2001, Odissea de l’espai, surt un paral·lelepípede que representa de manera abstracta i metafòricament geomètrica una figura divina o alguna cosa similar, o similar a la bogeria, a la solitud i a la credulitat i desesperança humanes, similar a una pedra.


                  El carro de fenc                                      El vaixell dels bojos


Diario de invierno (17)

La extracción de la piedra de la locura

Igual que tenemos piedras en el riñón y en la vesícula biliar las tenemos también dentro de la cabeza como demuestra y prueba de manera fehaciente la pintura del Bosco, La extracción de la piedra de la locura.

La Wikipedia nos dice que en ella "El Bosco muestra la locura y la credulidad humanas. Lo que se representa en La extracción de la piedra de la locura es una especie de operación quirúrgica que se realizaba durante la Edad Media, y que según los testimonios escritos sobre ella consistía en la extirpación de una piedra que causaba la necedad del hombre. Se creía que los locos eran aquellos que tienen una piedra en la cabeza. En la obra aparece un falso doctor que en vez de un birrete lleva un embudo en la cabeza (símbolo de la estupidez), extrae la piedra de la cabeza de un individuo mayor y grueso que mira hacia nosotros, aunque en realidad lo que está extrayendo es una flor, un tulipán. Su bolsa de dinero es atravesada por un puñal, símbolo de su estafa. "
En el curso 1967-1968, Jorge Luís Borges impartió seis conferencias sobre poesía en la Universidad de Harvard. En una de ellas afirmaba, hablando de Edgard Allan Poe, que: “un relato debe ser escrito atendiendo a la última frase, y un poema atendiendo al último verso” y que a eso él lo llamaba un relato con truco.

Los relatos con truco me recuerdan que la llave que abre la cerradura de una lista desordenada se encuentra, precisamente, en la última palabra, en la última cosa listada ¿por qué?, porque una de las utilidades básicas de las listas es ser también un sencillo método clínico y casero para detectar el grado o el inicio de demencias seniles o, simplemente, el interés o desinterés por lo que se lee o se escucha decir. La clave, el código, el truco, consiste en hacer una pregunta y a la vez elaborar una lista de posibles respuestas como por ejemplo: ¿Qué has comido hoy?, ¿sopa, arroz, pasta o verdura? Si la respuesta es verdura y al cabo de un rato se vuelve a hacer la misma pregunta cambiando el orden de la lista, ¿arroz, verdura, pasta o sopa?, y la respuesta entonces es sopa, es que tenemos, o empezamos a tener, un grave problema. Esta es la piedra de la locura que, desgraciadamente, no se puede expulsar orinando como las del riñón, te la ha de extirpar un cirujano que lleve en la cabeza un embudo por sombrero. Entrevistadores, entrevistados, críticos, opinadores, comentaristas, tertulianos de cualquier tema, texto o materia, son y somos víctimas en diferente grado y medida, atendemos siempre a la última frase escrita, a la última cuestión preguntada o contestada. Caemos en la trampa.

Las personas estamos locas, una antigua película estadounidense decía que El mundo está loco, loco, loco. En ella todos los personajes iban de punta a punta del país, de costa a costa, como dicen ellos, persiguiendo un dinero que estaba enterrado debajo de una gigante W. Casi igual que los que, como una corte de los milagros, persiguen, hoy en día todavía, El carro del heno, otra obra maestra del Bosco junto al inenarrable El barco de los locos.

El Bosco, al que ahora, pobrecito, los expertos encuentran dudas y recelos sobre la autoría entera de sus obras, cuando todo el mundo sabe, o debería saber, que los talleres de pintura de aquella época eran una industria como cualquier otra, industria entendida en el sentido de trabajar, de producir bienes como jarrones de cerámica, tejidos o pinturas para el adorno o la vanidad de las personas. Industrias colectivas como lo pueden ser también en la actualidad los estudios de arquitectura, de diseño gráfico o industrial, de moda, de interiorismo, o como los estudios cinematográficos.

Hablando de estudios cinematográficos, en una de las obras maestras de Stanley Kubrick, 2001, Odisea del espacio, sale un paralelepípedo que representa de manera abstracta y metafóricamente geométrica una figura divina o algo similar, o similar a la locura, a la soledad y a la credulidad y desesperanza humanas, similar a una piedra.

It's a Mad, Mad, Mad, Mad World 

6 comentarios:

Marga dijo...

Pues sí, el mundo está loco, loco, loco.. jajajaja.

Precisamente este sábado intenté entrar al Prado (con la intención de ver a Ingres pero siempre acabo dando una vuelta a mi querido Bosco y sus descabales) pero no hubo forma. Había que esperar mucho y trastocaba ya el día. Asi que las acabo de comprar por internet que hace menos frío y es más efectivo. El sábado que viene le saludaré de su parte, ¿quiere?

Bueno al Bosco que parece que ya no es El Bosco y ahora tenemos a expertos enfrentados por un quitáme esa piedra o ese marco o ese trazo... lo dicho, el mundo está loco, loco, loco.

Besos con piedra pero sin extracción. Así andamos.

(Por cierto, Pizarnik, poeta a la que aprecio más que a cualquier otro, incluso que a Borges que ya sabe que no me agrada mucho y qué le voy a hacer, las fobias y flilias son asi, pues como le decía, La Pizarnik tiene un libro que se llama de esa manera: Extracción de la piedra de la locura y otros poemas. Si no recuerdo mal. Y también hay mucha locura en sus páginas. Belleza pero locura o locura pero belleza.)

Tot Barcelona dijo...

También soy de perderme por el Prado e ir a la sala de abajo, a ver El Bosco.
Siempre me ha atraido. Tiene un don especial.
Ahora todo son dudas, pero me es igual, no le quita el valor del concepto para volcarlo en objeto (lo de la firma, claro).
Y si, el mundo está loco, pero nuestros dioses no deben estar menos.
salut

El peletero dijo...

Yo tampoco soy especialmente un amante de Borges, querida Marga, aunque esas conferencias son magistrales y vale la pena leerlas. Borges era un erudito y la erudición no es siempre buena para escribir poesía y hacer literatura creativa propia, salvando las distancias, que son muchas, lo mismo le ocurría a Umberto Eco, su obra literaria, para mí, es rígida y encorsetada, está prefabricada, sigue un plan que le marca su erudición. A Borges le ocurría algo parecido, pero que no le impedía ser, al igual que Eco, un extraordinario analista de las obras de los demás.

Ser también un experto y un buen conocedor de varias lenguas, entre ellas una de antigua como el inglés antiguo en el caso de Borges, le confería una profundidad que otros no tienen. El conocimiento de lenguas diferentes te permite separar de manera natural el pensamiento de los instrumentos que usa ese pensamiento para convertirse en una herramienta para la comunicación, porque como no decía Rajoy, permítame la broma, un vaso no es un vaso, ni mucho menos, un vaso es también un got, a glass, un verre, beira, vidro, etc.

No conocía el poema de la Pizarnik, habré de leerlo sin duda si usted me lo recomienda

“Si de pronto una pintura se anima y el niño florentino que miras ardientemente extiende una mano y te invita a permanecer a su lado en la terrible dicha de ser un objeto a mirar y admirar. No (dije), para ser dos hay que ser distintos. Yo estoy fuera del marco pero el modo de ofrendarse es el mismo.”

Besos, ahora sí, locos.

El peletero dijo...

Seguro que sí, Miquel, los dioses están más locos que nosotros, no te quepa duda.

Salut

Anónimo dijo...

No sé si mai arribarem a copsar tot el que s'amaga el la pintura del Bosco. Allà hi és tot. És un tractat.

S'ha de ser ignorant per qüestionar l'autoria del Bosco perquè el concepte d'autoria és relativament modern. És com dius tu: l'autor és una escola, una línia de pensament. Però tot i així, quin coi de genis s'amaguen darrere d'aquestes obres?

El peletero dijo...

M’imagino, Enric, que els genis que s’amagaven darrera d’aquestes obres era gent de la seva època que tot i ser molt diferent a la nostra sí eren similars el que som nosaltres ara.

Les pintures, com tu dius, es mostraven com uns tractats per una població majoritàriament analfabeta que es deuria quedar de pasta de boniato al contemplar aquestes meravelles. I als Prínceps, que menystenien els treballs manuals, els deuria venir un mal de ventre estrany al no poder comprendre del tot com uns plebeus pintaven el que pintaven.

En el fons les coses no han canviat tant perquè igual que el Bosco continua essent l’autor nosaltres som encara els fills d’aquells homes i dones, que, no oblidem, segueixen venerant pedres negres o blanques.