martes, 21 de abril de 2009

El peletero/El dinero y el cafés espeso-Escena segunda ( y 2)



15 Febrero 2008

Obra en un solo acto y cuatro escenas

Escena segunda (y 2)

Javier

¿Por qué has ido a buscarlos tan pronto?, casi no debes de haber comido.

Vanguelis

No te preocupes, yo como rápido. No me fiaba de la esposa. (Dejando las pieles en el suelo)

Javier

Es verdad, ¡ella! Has hecho bien en ir pronto.

Vanguelis

Sí, creo que sí.

Javier

¿Y los demás?

Vanguelis se sienta.

Vanguelis

No sé. Primero se ha ido Irene, luego tú y después yo. Tú sí que no has comido. Pensaba que estarías con ella. Estabais hablando y de pronto se ha marchado.

Javier

¿Y Christos?

Vanguelis

¡Ah sí!, se ha ido después que tú. Ya puedes suponer dónde.

Javier

¿Y Aleka?, también se debe de haber ido, ¿no?

(Niko va colocando y ordenando las pieles en la mesa baja y grande que hay en la sala.)

Vanguelis

¿Aleka?, no sé, ahora que lo dices, no sé si se ha quedado o se ha ido también.

Javier

Pobre Aleka, siempre pasa desapercibida, nunca sabes si está o no está.

Niko se dispone a preparar café.

Niko

Queréis café, ¿verdad?

Vanguelis

Sí, por favor.

Javier

Vanguelis, haz el favor de decirle a Niko que me cuente su vida, parece que casi sea un secreto. Necesito que me aconseje.

Vanguelis

Pides algo imposible.

Niko se ríe flojito.

Vanguelis

¿Para qué quieres un consejo?

Javier

Siempre son necesarios, ¿no?

Por cierto Vanguelis, hablando de vidas no contadas, me paso el día contigo, arriba y abajo. Hemos recorrido juntos miles de kilómetros por estas carreteras y calles, y tú además seguro que un millón de veces con todos los otros clientes que tenéis. Y casi tampoco sé nada de ti.

Vanguelis

No hay nada que saber. Preguntas tonterías, Javier, pides consejos, y los consejos se dan y nadie nunca los sigue.

Es perder el tiempo pedirlos, darlos y escucharlos.

Javier

Yo creo que sí hay algo que saber, lo que sucede es que no quieres o no sabes contarlo.

¿Soy indiscreto si te pregunto por Anna, la cocinera del “Natalie”?, estás enamorado de ella, ¿no?

Vanguelis

Las dos cosas, eres indiscreto y sí, es verdad, lo estoy desde hace años, pero eso no forma parte de las cosas importantes. ¿Entiendes lo que quiero decir?

Javier

Claro que lo entiendo, hace poco yo he dicho lo mismo. ¿Ella está enamorada de ti?

Vanguelis

Si quieres saber si nos acostamos, si somos amantes, pues sí, lo somos.

Javier

Yo no te he preguntado eso.

Vanguelis

¿Qué diferencia hay?

Javier

Dímelo tú que eres el que se acuesta con ella. Yo no lo puedo saber.

Se produce un silencio mientras todos comen, beben vino o toman café.

Vanguelis (Dulcemente)

¿Con qué derecho me preguntas esas cosas?

Javier

Perdona, creí que los años que nos conocemos, que llevamos juntos haciendo negocios me otorgaban ese derecho. ¿Recuerdas que fuimos el segundo cliente que conseguisteis?

Vanguelis

Pues ya ves que no, no tienes ese derecho. Aquí sólo hacemos negocios, compramos y vendemos pieles, nada más.

Javier

Ya veo que no. Ya veo que me meto donde no me llaman.

Niko

Javier, estás bebiendo mucho vino y has comido poco.

Javier

¿Os he ofendido? ¿He hecho alguna pregunta inconveniente?

Vanguelis y Niko se mantienen en silencio mientras siguen comiendo y tomando su café. Javier se ha levantado y se ha vuelto a sentar.

Javier

Parezco un extraño, un auténtico forastero. Y ya son muchos los años que me tenéis como huésped. En cambio…, no lo parece. Creo ser un desconocido para vosotros.

Vanguelis

Tú lo has dicho, te metes donde no te llaman.

¿Tú sabes que hay una guerra al otro lado de la frontera?

Javier

¿Qué me quieres decir con eso?, ¡claro que lo sé!

Niko

Pues eso es lo importante. Mis dos hijos están ahora en Bosnia, haciendo lo que deben hacer dos buenos cristianos. Y tú no eres nada más que un inseguro español, que tontea con una griega tonta.

Además, tú tampoco quieres hablar de ella. Ni de Irene ni de Aleka, no quieres hablar de ninguna de ellas y nos preguntas a nosotros cosas sin ninguna clase de derecho.

Vanguelis

Ve a buscarla. ¿No querías un consejo?, ya lo tienes, es ése, ve, te está esperando. Es un buen consejo, te lo aseguro. Conozco a Irene y te quiere. Ha venido desde Suiza a por ti. Aunque hace un año que rompisteis ha venido a buscarte. No seas orgulloso, te repito que vayas a buscarla, te quiere y te quiere mucho.

Javier

¿Qué debería hacer para no ser un español inseguro?

Vanguelis

¿Lo preguntas de verdad?

Javier

Sí.

Vanguelis

Ir en busca de Irene y dejar de hacer preguntas.

Javier

Y algo más supongo.
.
Niko

Y ser un buen cristiano.

Javier

¿Qué?

Vanguelis

No le hagas caso, está loco.

Niko (Levantando la voz)

¡Yo no estoy loco!

Javier (Triste)

Creo que lo estáis los dos.

Vanguelis

Todos lo estamos, esta guerra nos está volviendo locos a todos.

Niko

Terminaremos locos si no la ganamos. Y la culpa será, una vez más, de los americanos. Ahora resulta que quieren defender a los musulmanes.

Javier

Todas las guerras lo hacen, todas te vuelven loco.

Vanguelis

Todas no, ésta sí.

Javier

¿Por qué ésta sí?

Vanguelis

Ya lo sabrás, al final todo se sabe. Están pasando cosas muy feas.

Niko

Siempre estás contando mentiras de nuestros soldados.

Javier

¿A qué juegas, Vanguelis? ¿Al juego de la guerra?

Vanguelis

Doy dinero, nada más.

Niko

Los ricos ponéis el dinero y los pobres ponemos los hijos.

Javier

¿Todavía lo haces?

Vanguelis

Ya no puedo decir que no. Si dejara de pagar quizás me matarían

Niko

Mis hijos se juegan la vida. Si ganamos, nadie te matará Vanguelis, no tengas miedo, solamente hay que ganar, nada más. Tiene que ser fácil ganar a esos turcos.

Vanguelis

Pero… ¿Qué sabes tú de tus hijos? Me sacas de quicio, Niko.

¡Si hace casi veinte años que no los ves! Cuando tu mujer te dejó se los llevó con ella a (…)

Niko

Cállate.

Vanguelis

Lo que sabes es lo que te cuenta tu hermana y ella te cuenta lo que le da la gana. Ella ha sido la que realmente los ha criado, ni tú, ni tu mujer.

¿Crees que tus hijos son soldados? ¿Sabes qué son? Gángsteres, criminales, eso es lo que son, pura mafia.

Niko

Cállate, no insultes a un cristiano.

Vanguelis

¿Cristiano? ¿Quién es cristiano?, ¿tus hijos?

Y me callaré cuando yo quiera, no cuando tú lo digas.

Javier

Callaos los dos, por favor.

Vanguelis

Además, esta guerra no la ganaremos, no la ganará Serbia, no te hagas ilusiones Niko.

Niko

Cállate te digo. ¿Cuántos años hace que no duermes con tu mujer?

Vanguelis

Los que me da la gana. Al menos yo me acuesto con alguien.

Javier

Sería mejor que nos callásemos todos.

Niko

¿Una puta como Anna es alguien?

Javier

¡Niko, cállate! ¿Y tú me decías que había bebido demasiado?

Niko

¿Y tu mujer con quién se acuesta, Vanguelis?

Javier

Niko, ¡por Dios!, haz el favor.

Vanguelis

¿Crees que me ofendes?

¿Con quién se acuesta? Con los que ella quiere.

¿Quién soy yo para decirle a mi esposa a quién debe meter en su cama?

(Suelta una carcajada)

Si tú quieres ir Niko, ve, inténtalo, uno más ella no lo notará.

Niko (Rabioso)

Eres un hipócrita y un mentiroso, ¿lo sabes, Vanguelis?, ¿sabes que lo eres?

Vanguelis

Lo necesario para sobrevivir, pero no más que tú.

Niko (Encolerizado)

¡Yo no miento!

Vanguelis

Pero te mienten los otros que es mucho peor…

y además eres un cobarde, nunca tuviste la valentía de ir a ver a tus hijos. Allí los dejaste.

Niko (Sorprendido)

¡Ella se los llevó! ¿Qué podía hacer yo?

Vanguelis

¡Ir!, ¡demonios, ir! Y robárselos, secuestrarlos si hacía falta.

Verlos. ¡Matarla! Besarlos, abrazarlos ¡algo!

¡Pegarte un tiro en la cabeza! Cualquier cosa, no quedarte aquí escondido, barriendo durante años el suelo que pisamos.

Niko

A vosotros os ha ido bien tenerme y pagarme una miseria.

Vanguelis

A los esclavos hay que tratarlos como lo que son.

El ascensor hace el ruido característico de que alguien lo está utilizando.

Todos se callan. Para en la planta donde ellos están, se abre la puerta.

Y aparece Aleka sonriente.

Aleka

¡Hola! ¿Queda café?

Los tres la miran sorprendidos mientras las luces se apagan.

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