jueves, 23 de abril de 2009

El peletero/El dinero y el cafés espeso-Escena tercera ( y 2)

19 Febrero 2008

EL DINERO Y EL CAFÉ ESPESO

Obra en un solo acto y cuatro escenas

Escena tercera (y 2)



Aleka

Respóndeme.

Javier

No se puede responder a eso, pero te equivocas, eso no es nada importante. Para mí no lo es.

Lo importante es otra cosa.

¿Por qué es importante para ti?

Aleka

¿A qué otra cosa te refieres?

Javier

¿Por qué lo es para ti?

Aleka

Porque gracias a ella, a Irene, a ese trapo sucio y sin lavar, a esta niña hermosa y sucia, puedo conseguir un trabajo en Suiza, no es gran cosa, pero para mí es más que suficiente. Mira por dónde, este saco de basura del que estás enamorado me puede solucionar media vida. Y quizás la vida entera.

Gracias a ella podré ser al fin una mujer independiente de verdad.

Y ella aún te quiere.

Pero dime, ¿a qué otra cosa te refieres?

Javier

Eso es una magnífica noticia, acepta su ayuda, acepta el trabajo, di que sí, no dudes, vete a Suiza. ¿Dónde, en Lausanne?

Aleka

No, en Zürich, ya sabes que hablo bien alemán, es una empresa que necesita alguien que hable griego y alemán, son amigos de Irene.

Pero ella aún te quiere, ¿no me has oído?

Javier

Lo dudo

Aleka

¿Por qué lo dudas?

Javier

No quiero hablar de ello ahora.

Aleka

Ella me lo ha dicho, me ha dicho que sí, que te quiere

Javier

Se hace la víctima, nada más, quiere provocar lástima.

Aleka

¿La víctima de qué?

Javier

De cualquier cosa. Mejor pregúntaselo tú, yo no tengo ganas.

Aleka

Ya lo he hecho.

Javier

¿Y qué te ha respondido?

Aleka

Que no has comprendido su alma, y que tú no le has abierto la tuya. Eso me ha dicho.

Javier

¡Por favor Aleka, no me hagas reír!

Aleka

Sí, la verdad, yo también estuve a punto de partirme de risa.

Javier (sorprendido)

¿Tú también?, no te creo, ¿seguro?

Aleka

Más o menos.

Javier

Es decir, no. En realidad lloraste con ella.

Aleka

Me dio lástima, pobre muchacha.

Javier

Mientes.

Aleka

Sí, miento, es cierto, no sabía si romperle la cara de una bofetada o aguantarme la risa.

Javier

¿Y saber eso es importante para ti?

Aleka

Sí.

Javier

¡Vaya tontería!

Aleka

¿Por qué eres tan desagradable cuando quieres?, haces daño, ¿sabes?

Saber eso para mí lo es, no lo desprecies de esa manera.

Javier

Ya me dirás por qué lo es, pero lo verdaderamente importante es otra cosa, ya te lo he dicho.

Aleka

¿Qué es eso tan importante?

Javier (Hastiado y dudoso)

¡Lo importante es la deuda que tenemos con tu padre y con Vanguelis! Eso sí que lo es.

Aleka (Sorprendida)

¿De qué demonios me hablas?

Javier

De una deuda que difícilmente podremos pagar.

Aleka

¿Deuda?

Javier

¡Sí!, ¡eso!, ¡dinero!, ¡dólares!, sabes qué son, ¿no?, billetes de banco.

Aleka (Ofendida)

No seas sarcástico otra vez, me ofendes.

Javier

Perdona.

Aleka

Claro que sé lo que significa el dinero, por qué crees que encontró Alexis a una jovencita, una monada de muchachita dispuesta a irse con él, un coñito aniñado, ¿por amor?, ahora sí que me río, claro que no, porque tenía dinero ¡y lo tenía cash! Lo había escondido, ni siquiera yo lo sabía, y era una buena cantidad. Era un buen dinero negro, libre de impuestos, hubiera podido denunciarle pero entonces habría perjudicado a nuestro hijo. Si llego a descubrírselo se lo quito.

Por qué crees también que Giorgios, ése que es mi hijo quiere marcharse con él. Por el dinero. ¿Ama a su padre?, he oído mejores mentiras que esa.

Antes vivíamos bien. Alexis ganaba lo suficiente y ahora solamente me lo da para nuestro hijo Giorgios, exclusivamente para él. Vive mejor mi hijo que yo.

Javier

Deberías alegrarte de que tu hijo viva bien. ¿O quieres entonces que te siga manteniendo tu ex esposo?

Aleka (Riéndose irónica)

Así que vais a arruinar a Dimitris&Vanguelis, cuéntame.

Javier

No hay nada que contar, es una historia triste. Dinero que no se puede pagar, eso es todo. Pedro está viejo

Aleka (Divertida)

Tiene gracia, puestos ya, acuéstate otra vez conmigo, con su hija, así el escarnio será total.

(Riéndose) ¡Déjame embarazada amor mío!

Javier

¡Aleka!, no es para reírse. El problema es grave. No debería contárselo a la hija de Dimitris, precisamente a la hija de la persona a la que le debemos dinero.

¿Ves?, siempre hablo demasiado.

Aleka

Aquella semana también hablaste mucho. Me gustó lo que decías. Me enamoré…

Javier

Deja aquella semana tranquila.

Aleka (Sonrisa tímida)

¿Sabes que estoy enamorada de ti? Por eso también es importante Irene.

Javier

¡Vaya!, ahora me sales tú con eso.

Aleka

¿Te molesta?

Javier (Enfadado, dándole la espalda)

No sé que decirte.

Aleka

¿Lo sabías? ¿Sabes que te quiero?

Javier (Dudando)

Me lo temía…, aunque eso nunca se sabe del todo…,

(Triste) Querida Aleka cualquier buena historia se termina deteriorando cuando aparece el amor. El amor lo estropea todo, aún no has aprendido esa lección tan simple.

Aleka

¿Te lo temías?, ¿tan horrorosa soy?

Javier

Ya sabes a qué me refiero.

Aleka

Sí, lo sé, ya me doy cuenta, ya veo que no ha sido una buena noticia.

Javier

La verdad es que me sabe mal por ti.

Aleka (Ofendida)

No te preocupes por mí.

Javier

Me sabe mal por los dos.

Aleka

Y ¿qué piensas hacer, ahora que lo sabes?, que lo sabes seguro, quiero decir.

Javier (Intentando ser cariñoso)

Aleka, yo no te quiero. Si te quisiera terminaríamos arruinando nuestras vidas.

Aleka

Pero me quisiste, entonces me quisiste, tú mismo lo has dicho hace un par de minutos. ¿Aún quieres a Irene?

Javier

Te repito que no quiero hablar ni de ello, ni de ella.

Aleka (Se levanta y en silencio se acerca a Javier. Tímida y tartamudeando un poco)

¿Te gustaría hacer el amor conmigo Javier?

Javier (Quejoso)

Aleka, ten piedad de mí. Te lo ruego, por favor.

Aleka

¿Te gustaría o no?

Javier

Claro que sí, claro que me gustaría.

Aleka

¿Quieres que lo hagamos?, ¿aquí mismo, encima de esas pieles?, ¿ahora?

Javier, suspirando, levantando los brazos y mirando al cielo, se pone de pie y se dirige al tablero donde ha quedado la botella de vino, se llena un vaso.

Javier

Ya que todavía no has hecho café, tomaré al menos un poco de vino, ¿quieres tú?

Aleka también se acerca mucho a Javier, casi su cuerpo toca el de él. Javier al darse cuenta se aparta de ella

Javier

No hagas eso Aleka, no debes hacerlo.

Aleka

Las hago porque soy tonta, no es un disfraz para sobrevivir, lo soy. No me dejes sola Javier.

¿Tienes miedo de las mujeres, Javier?

¿Te damos miedo?

Javier (Apartándola suavemente con las manos)

Si así fuera más a mi favor, con más motivo no debes hacer eso.

¡No debemos hacerlo!

(Los dos se callan)

Aleka (Mirando a Javier)

¿Me temes? ¿Cuando haces el amor con Irene tienes miedo? ¿Temes su fuerza, su poder, mil veces mayor que el tuyo? Respóndeme.

¿Te asusta esa energía devastadora?

¿Tuviste miedo de mí aquella semana?

(Javier se mantiene callado)

Dime algo.

¿Te dio miedo mi boca? ¿Te da miedo la voracidad de una mujer?, ¿su sexo abierto de par en par?, ¿su hambre?, ¿su codicia?, ¿su resistencia superior a la tuya? ¿Temes morir cuando amas a una mujer?

No te calles, responde. ¿Tienes miedo? ¿Te asusta nuestra oscuridad?

(Aleka se lo mira con atención. Javier no responde, no la mira, tiene los ojos clavados en la ventana)

Javier (Bebe un sorbo de vino, baja la cabeza y la levanta para preguntarle)

Tu hijo se quiere ir con Alexis, ¿Su decisión es definitiva?

(Aleka está unos segundos sin responder, mirándolo. Se sienta en una silla, parece muy cansada)

Aleka (Suspirando y jadeando)

(…)

Sí, antes de un año se irá a Nueva York, Alexis ahora vive allí, ¿lo sabes, no?

(…)

La ciudad también forma parte del paquete y del atractivo para irse a vivir con su padre.

Javier

(…)

Sí, ya sé que vive allí

(…)

(Silencio, los dos se callan y no se miran)

(…)

Aleka (Sin mirarlo)

¿No me das la más pequeña oportunidad?

Javier

No te la puedo dar, porque además tú tampoco me quieres.

¿Esa es la verdadera razón de que estés ahora aquí?, ¿decirme que me quieres?

Aleka

Sí, esa es la razón, decirte que te quiero ¿Crees que te miento?, ¿por qué debería hacerlo?

Según lo que tú me digas me iré a Suiza o no. Es la decisión más importante de mi vida, ayúdame a tomarla.

A mí no me preocupa el dinero, si tienes mucho o tienes poco…

Esa deuda que me cuentas debe ser para desalentarme, ¿no?

Javier

No es cierto que me quieras, tampoco es cierto que no te importe el dinero, eso es lo que quieres creer. Fantaseas.

Y sí, también es para desalentarte, también es para eso.

Aleka

Yo no te miento.

Javier

Aleka…

Necesitas creer que me quieres.

Aleka

¿Qué dices?

Javier

Hablas por hablar. Te gusta mirarte al espejo y hablarte.

Aleka

¡Estás loco! ¡No es cierto!, te digo la verdad. ¿Por qué supones que debo mentir? ¿Qué debo hacer para que me creas?

No me dejes sola Javier. No dejes que me vaya a Suiza, no dejes que lo haga.

Javier

Me mientes porque mañana me iré y no me verás hasta dentro de dos o tres meses.

Aleka

¿Y eso significa que no te quiero?

Javier

Claro, eso significa.

Exactamente eso.

Precisamente eso.

¡Has acertado!

Soy extranjero y vivo en la otra punta del mar.

Aleka

Algo te ocurre además de lo que ya me has contado. No entiendo por qué me hablas así. Eso que dices no tiene ningún sentido. Tú vendrás y yo iré, nos veremos a menudo, y luego…

Javier (Interrumpiéndola)

Sí tiene sentido. Deseas acostarte conmigo no porque me quieras, no, no es eso. Quieres hacerlo porque mañana me voy.

Aleka

¿Tan guapo te crees? ¿Si quisiera solamente un hombre en mi cama no te elegiría a ti?

Javier

Yo tampoco te elegiría a ti si quisiera acostarme con un hombre

Aleka

Definitivamente el sarcasmo es uno de tus principales cualidades..

Yo estoy dispuesta a ir a España Javier, y también estoy dispuesta a…

Javier (Interrumpiéndola otra vez más y enfadado)

Tú no estás dispuesta a nada. ¿Tan ingenuo me crees?

Aleka (Apenada)

¿Por qué me dices eso? ¿Quieres hacerme daño?

(Javier no responde)

Aleka

¿Qué sabes tú de mí?

Javier

Lo importante es qué sé yo de mí. Pero ya que me lo preguntas no es verdad que hayas hecho vida de monja.

Aleka (Sorprendida)

¿Qué estás diciendo?

Javier

No es asunto mío, no tengo ningún derecho a censurar lo que haces o dejas de hacer con tu vida íntima, pero al menos que yo sepa has tenido un amante durante un buen tiempo, alguien con el que ya te acostabas antes de separarte de Alexis y de acostarte conmigo aquella famosa semana. Un maestro joven de la escuela de tu hijo, el profesor de gimnasia, precisamente. Y de la que naturalmente tú no eras ni has sido nunca su única amante, claro. Recuerdas de quién te hablo, ¿no?, de aquel muchacho que según tu misma decías tenía un físico portentoso, ¿recuerdas?

Aleka (Ruborizada)

¿Cómo sabes eso?

Javier

Lo sé y nada más. ¿Aún no sabes quién soy, Aleka? ¿Todavía no me conoces?

Aleka

Y tú te lo crees, ¿verdad?

Javier

Por supuesto.

(Ahora es Aleka la que se mantiene en silencio)

Javier

Sabes que Alexis y yo somos amigos, ¿no?

Aleka (Nerviosa)

¿Qué quieres decir?, ¿te ha contado algo de mí?

Javier

No…, nada que no debiera. ¿Qué me tenía que haber contado? Alexis es un caballero. No te pongas nerviosa sin necesidad.

Aleka (Enfadada)

No estoy nerviosa, estoy enfadada. ¿Por qué me hablas de él? No le habrás dicho lo de nuestra semana, ¿verdad?

Javier

Sí, sí se lo he dicho, claro, ¿por qué no?

Aleka (Sorprendida)

¿Se lo dijiste?, me lo temía.

Javier

Sí, un año después. En su debido momento.

Aleka (Estupefacta)

¿Y qué te respondió?, ¿cómo se lo tomó?

Javier

Bien, se lo tomó bien. Además ya lo sabía, siempre lo supo. También sabía lo del profesor de gimnasia y algunas cosas más. ¿No quieres saber que ya no vive con aquella niña?

Aleka (Atónita)

¿Cómo dices? No, no lo sabía. ¿Con quién vive?, ¿vive solo?, ¿a qué más te refieres?

Javier

Sí, vive solo… Creo…

Aleka (Pensativa)

¡Cállate! Que viva con quien quiera, no me importa.

¿A qué más te refieres?

Javier

No me lo contó, ni yo se lo pregunté.

Javier se queda en silencio mirándola, no se acerca, incluso se aleja unos pasos.

Aleka mira a Javier.

Aleka

Te quiero, créeme, ¿Piensas que aún sigo enamorada de Alexis?

Javier

Yo no pienso nada.

Aleka

No me dejes sola, Javier, te lo ruego. (Le tiende una mano)

Javier (Sin recogerle la mano)

Si quieres que te crea lo haré, te creo, pero he de dejarte sola. He de irme.

Aleka

¿Por qué?

Javier

No quiero tener una amante que viva al otro lado del mar y verla cada unos cuantos meses. No quiero ni siquiera tener una amante. Se acercan malos tiempos, Aleka.

Aleka

¿Te refieres a la guerra?

Javier

No me refiero a eso. Malos tiempos para mí, tú no puedes acompañarme.

Y Pedro está enfermo.

Aleka

¿No puedo acompañarte, dices?, ¿a dónde? Habla más claro.

¿Qué le ocurre a Pedro, tu padre? ¿Está enfermo?

¡Parece que te estés inventando inconvenientes, excusas, deudas, enfermedades! ¿Qué más hay?

Javier

Desgraciadamente no me invento nada, todo es malditamente cierto. Y además no eres mi esposa Aleka, por eso no puedes venir conmigo. Sólo eres una buena amiga, nada más que eso. Nada más, y eso no es suficiente.

Aleka

Pero puedo serlo si tú me dejas. Yo quiero ser tu esposa, sentir que lo soy

¿Qué le ocurre a Pedro?, ¿no se encuentra bien?

Javier

No, no puedes. Eres una mujer desconcertada y sola. Y yo no quiero ni vivir con mujeres solas ni acompañarlas. Con mi soledad tengo suficiente.

Pedro está viejo, ésa es su enfermedad.

Aleka

Eso no es una enfermedad.

Javier

Sí que lo es, y de las peores.

Aleka

¿Demencia?

Javier

Sí, Alzheimer, por eso tampoco puedes venir.

Aleka se queda en silencio

Aleka

¿Alzheimer?

Javier

Sí, está en sus inicios.

Aleka (A punto de llorar)

Yo te podría ayudar. Mi ayuda te puede ser necesaria.

Javier

Gracias por decirlo Aleka, es lo mejor, lo más noble y lo más hermoso que has dicho esta tarde, gracias Aleka.

Aleka

Te lo digo de verdad, te puedo ayudar.

No digas que soy una mujer desconcertada y sola ¿Irene qué es?, ¿a ella qué le sucede?

Javier

Ya lo sabes por ti misma Aleka, Irene es todo lo contrario. Ella no se encuentra nada desconcertada, es muy inteligente y muy joven, demasiado para mí. Nunca está sola. Su trabajo en Suiza, en las Naciones Unidas, es un muy buen empleo, y ahora con la guerra puede hacer carrera, subir unos cuantos peldaños, las guerras tienen eso, pasas de capitán a general en poco tiempo.

Si sobrevives, claro.

Pero ella sobrevivirá, aunque siempre está enfada.

Aleka

¿Tienes celos de ella?, ¿de una mujer con mejor trabajo que tú y más dinero?

Javier

Tú sabes que no, pero ella no abandonará Suiza ni yo España. Además es demasiado joven para mí, ya te lo he dicho, su camino se aparta del mío.

Aleka

Dices que está enfadada ¿Contigo?

Yo no estoy enfadada.

Javier

Está enfadada consigo misma.

Aleka

¿Por qué?

Javier

Quizás tiene miedo, quizás no le gusta el café griego.

Nació enfadada, sabe que hace algo mal, pero no se atreve a averiguarlo. Averiguarlo sería demoledor para ella.

Tiene miedo, y eso la puede enfermar. A la larga el miedo siempre cuesta caro, lo más normal es que se vuelva loca. Todos los que tienen miedo terminan enfermos.

Aleka

¿Loca? ¿Qué es lo que Irene hace mal?

Javier

Estoy cansado Aleka.

Aleka (Con una risa triste y empezando a llorar)

Siempre me menosprecias, siempre dejando las frases a medias.

Javier

Te puedo asegurar que no.

Me burlo de mí, no soporto estas conversaciones amorosas.

Aleka

Ésta es de desamor.

Javier

Es lo mismo.

Aleka

¿Soy vieja para ti?, apenas te llevo cinco años, no son muchos. Procuro estar guapa.

¿No te gusto?

Javier

Me gustas Aleka, no es eso. Me gustas mucho, tienes los pechos más bonitos y más sexis que…, que…, son iguales a los de mi madre y mucho mejores que los de Irene.

Aleka

¿Bienvenida tiene los pechos bonitos?

Javier

Ya la conoces, tiene los mejores.

Aleka

Y tú ¿cómo sabes eso?

Javier

Porque se los he visto. Mejor dicho, me los ha enseñado.

Aleka

¿Las madres españolas hacen eso? ¿Enseñan sus pechos a sus hijos?

Javier

No sé. La mía sí.

Aleka

Quiero ser como ella.

Javier

No puedes Aleka. No es el momento. El momento ha pasado. El momento pasó hace cinco años. Hace cinco años nos equivocamos todos.

Aleka

¿Qué momento es entonces?

Javier

Ya te lo he dicho, soplan malos vientos. Lo siento, no es el momento para tener amantes y quizás ni siquiera para tener esposa.

El barco se hunde, Aleka. No te has dado cuenta de que ya he tenido que decir eso de “niños y mujeres primero”.

Suena rara esta palabra.

Aleka

¿Cuál, esposa?

Javier

Sí, ésa, esposa.

Además…

Aleka

¿Qué?

Javier

Yo ya no te quiero.

Aleka

Yo sí, yo aún te quiero.

Javier

(…)

Javier se calla.

(…)

Aleka

¿Javier?

Javier

¿Sí?

Aleka

No me dejes sola.

El ascensor vuelve a sonar, y a pararse.

Se abren las puertas y aparecen Pedro y Dimitris.

Se apagan las luces.

FIN DE LA TERCERA ESCENA

2 comentarios:

Paraula dijo...

Esa idea o concepto jurídico del matrimonio es un error.

Los matrimonios deben caducar cada ciertos años, dejar que la pareja sea libre por ley, y si quieren continuar pues bien...

Es mas, cero matrimonio.

Eso lo inventaron unos cuantos para ganar cierto interes, dinero, fortunas, etc.

Ricos con ricos, pues matrimonio, soc. legal de bienes gananciales.

El peletero dijo...

En un matrimonio confluyen muchas cosas, muchos intereses y anhelos. En los matrimonios se expresan y se abocan nuestras esperanzas y nuestros miedos. Es un cajón de sastre demasiado lleno, atiborrado.

Los resultados son escasamente buenos y abundantemente malos. Pocas son las alegrías y satisfacciones y muchas las frustraciones y fracasos.

Eso que apuntas debería ser así, lo malo es que a las parejas y matrimonios les gusta tener hijos, en muchos casos también para proyectar en ellos sueños y temores de nosotros mismos. Casi todos los padres aspiran a que sus hijos estén hechos a su imagen y semejanza.

Muchos saludos, Paraula