jueves, 10 de abril de 2014

Nirvana


Diari de primavera (4)

Nirvana

En el darrer post parlava de l’amic d’un amic meu i de la psicologia dadaista, una disciplina tant antiga com el món, però mancada del misteri i del glamour d’altres com ara són el psicoanàlisi,  el lacanisme (que no s’ha de confondre amb el laconisme), l’antipsiquiatria o els camins orientals que prometen el coneixement de les coses i d’un mateix.

Aquest preàmbul ve a compte perquè jo em pensava que molts dels meus amics i coneguts es trobaven en ple trajecte revelador, igual que si fossin fotografies en un antic laboratori analògic i químic, en fase d’assolir el que popularment es coneix com el nirvana, una mena d’èxtasi transcendent que t’allibera dels desitjos terrenals, anhels que, com tots sabem, son vans  i fugissers, simple farfolla vital, un tel que ens oculta la veritat. Un mur.

Però a l’igual que no em creia que llegir una guia telefònica, i la seva variant postmoderna que és memoritzar llibrets d’instruccions pel muntatge de qualsevol moble, màquina o joguina per a infants, era un somnífer sense contraindicacions ni efectes secundaris, tampoc em crec ara que els meus amics i coneguts segueixin el sender de Buda o de Santa Teresa de Jesús. No m’ho crec.

Per què?

Perquè el seu actual, i ja habitual, estat vegetatiu s’altera només quan els hi envio per WhatsApp fotografies de noies com la que encapçala el present text. És llavors, al rebre-les, quan es deu activar algun mecanisme que desconec, aletargat i mig espatllat, perquè passen de sobte i de repent d’estar com el mico que no veu ni sent ni parla, ha despertar-se igual que Llàtzer ho va fer de la seva tomba. Exactament igual.

I jo?, d’on dimonis trec aquestes fotos? Me les envia, l’Aleix, el fill d’un d’aquests amics que amb altres companys tenen una xarxa comuna per compartir-les, imatges que més que somriure, com ell mateix diu, ens fan plorar a llàgrima viva i no pas, precisament, de pena. De pena no.

Li dic a l’Aleix que els hi enviï també al seu pare, que n’estar necessitat, però no vol perquè es veu que fer-ho no té gràcia. Al meu pare, tot i ser d’una altra època, o pot ser per això, em duia a veure amb ell espectacles de streaptease, i la meva mare contenta. Era una altre època.

No cal que digui que aquest és un afer que no he comentat mai amb les esposes, amants i mullers dels meus amics, considero que és un assumpte privat, o... com ho diria..., d’homes? La veritat, però, és que no en tinc ni idea si és d’homes o no, perquè elles fan també unes cares que desanimarien al més avesat dels cirurgians estètics facials, mostren un posat, per utilitzar una metàfora econòmica i educada, com si algú els hi degués molts diners i no els hi pensés pagar mai, ja m’enteneu, oi?  Gairebé com la cara que fa la senyora Rosa Díez quan parla de qüestions catalanes. Fa por, cada dia s’assembla més a l’Aznar, fins i tot com ell s’ha tret el bigoti.

En fi, què més puc dir de la psicologia dadaista? Doncs... ara no se m’acut res, em sap greu, he perdut el fil del que volia dir.

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Diario de primavera (4)

Nirvana.

En el último post hablaba del amigo de un amigo y de la psicología dadaísta, una disciplina tan antigua como el mundo, pero que carece del misterio y del glamour de otras como son el psicoanálisis, el lacanismo (que no se ha de confundir con el laconismo), la anti psiquiatría o los caminos orientales que prometen el conocimiento de las cosas y de uno mismo.

Este preámbulo viene a cuenta porque yo creía que muchos de mis amigos y conocidos se encontraban en pleno trayecto revelador, al igual que si fueran fotografías en un antiguo laboratorio analógico y químico, en fase de alcanzar lo que popularmente se conoce como el nirvana, una especie de éxtasis trascendente que te libera de los deseos terrenales, anhelos que, como todos sabemos, son vanos y fugaces, simple farfolla vital, un velo que nos oculta la verdad. Un muro.

Pero al igual que no me creía que leer una guía telefónica, y su variante posmoderna que es memorizar libretos de instrucciones para el montaje de cualquier mueble, máquina o juguete para niños, era un somnífero sin contraindicaciones ni efectos secundarios, tampoco me creo ahora que mis amigos y conocidos sigan el sendero de Buda o de Santa Teresa de Jesús. No me lo creo.

¿Por qué?

Porque su actual, y ya habitual, estado vegetativo se altera sólo cuando les envío por WhatsApp fotografías de chicas como la que encabeza el presente texto. Es entonces, al recibirlas, cuando se debe de activar algún mecanismo que desconozco, aletargado y medio estropeado, porque pasan de repente de estar como el mono que no ve ni oye ni habla, ha despertarse igual que Lázaro lo hizo de su tumba. Exactamente igual.

¿Y yo?, ¿de dónde demonios saco estas fotos? Me las envía, Aleix, el hijo de uno de estos amigos que con otros compañeros tienen una red común para compartirlas, imágenes que más que sonreír, como él mismo dice, nos hacen llorar a lágrima viva y no, precisamente, de pena. De pena no.

Le digo a Aleix que se las envíe también a su padre, que le vendría bien recibirlas, pero no quiere porque se ve que hacerlo no tiene gracia. A mi padre, a pesar de ser de otra época, o puede que por eso, me llevaba a ver con él espectáculos de streaptease, y mi madre contenta. Era otra época.

No hace falta que diga que este es un asunto que no he comentado nunca con las esposas, amantes y mujeres de mis amigos, considero que es un asunto privado, como lo diría..., ¿de hombres? La verdad, sin embargo, es que no tengo ni idea si es de hombres o qué, porque ellas hacen también unas caras que desanimaría al más avezado de los cirujanos estéticos faciales, muestran un semblante, para utilizar una metáfora económica, como si alguien les debiera mucho dinero y no les pensara pagar nunca, ya me entendéis, ¿verdad? Casi como la cara que hace la señora Rosa Díez cuando habla sobre cuestiones catalanas. Da miedo, cada día se parece más a Aznar, incluso se ha quitado como él el bigote.

En fin, ¿qué más puedo decir de la psicología dadaísta? Pues... ahora no se me ocurre nada, lo siento, he perdido el hilo de lo que quería decir.








4 comentarios:

Marga dijo...

Jodo qué culo! (perdone la expresión pero es que menudo culo!)

A mí es que lo del nirvana me suena a cuento chino pero chino chino, tanto como las revelaciones que me asustan una mijita, viendo el percal del mundo y de la vida llevando lo que llevo ya a estas alturas, si se me llegara a revelar algo no sería nada bueno, me da a mí, así que mejor pues no, de verdad que no.

Ayer leía una entrevista a un físico teórico y comentaba que todos parecemos muy convencidos de llegar a desentrañar los misterios de la vida y del Universo en algún momento de la existencia humana pero que nanay, que podría ser que no y nunca. Y me entró como un vacio existencial, parecido al hambre canina o a la resaca todo junto, un telele vamos, que dirían antes. Pero luego pensé en lo liberador que resultaba no tener que preocuparme ni siquiera de esa certeza: moriré sin enterarme de nada. Y bien está, total, el pan seguirá subiendo y por mucho que me empeñe en desearlo nunca tendré un culo como el de esa muchacha.

Y a estas alturas prefiero ver esas fotos de Alexei que el careto de la mayor parte de los políticos, ellos y ellas, sobre todo cuando me da por pensar que tal vez tengamos los políticos que nos merecemos.

Y eso me preocupa mucho, mucho más que todo lo anterior, físicos incluidos o mi incapacidad para entender al universo masculino en algunas de sus variantes. Sobre todo las visuales y lo que respecta a cierta fraternidad masculina de guiños y codazos ahora virtuales.

Sois como niños... jeje.

Un beso Voltaire

El peletero dijo...

Yo también he leído esta entrevista que comenta, querida Marga. La pregunta que se me ocurre hacer es ¿qué hace una chica leyendo está clase de cosas?, conozco a muy pocas que les pueda interesar qué demonios dice un físico teórico. No me responda que la mía es una pregunta machista porque no lo es, tiene que ver con su afirmación final que tampoco califico de “hembrista”: “mi incapacidad para entender al universo masculino en algunas de sus variantes” y esa apostilla: “Sois como niños”.

Tiene razón, somos como niños, y si me permite recurrir al tópico, las mujeres no sois como niñas, dejáis de serlo muy pronto y nunca más regresáis a la niñez, eso que os perdéis, y la física teórica no es nada más que un juego, ¿verdad?

Tenemos los políticos que nos merecemos, no le quepa la menor duda.

Sí, es un culo espléndido, he vestido y desnudado profesionalmente a bastantes muchachas como la de la fotografía y una vez tuve yo uno de igual, ya me entiende.

Besos espléndidos

Inés González dijo...

Apreciado Peletero:
Creo que a ud le gusta jugar, he llegado a esta conclusión después de leer éste, su último post, en él nos provoca, no sólo con sus palabras, sino también con esa impactante y rompedora foto.
La chica o mejor dicho su exultante anatomía despierta al mismo Buda, y a nosotras las féminas nos despierta de pura envidia. De deseo o de envidia, de estupor o tembladera, despierta, despierta, despierta.
Cómo puede dudar entonces de sus aletargados amigos?
En su análisis o juego ha confirmado aquello que el hombre por más teorías, filosofía y zapatos de goma no pierde nunca: su lado animal.
Su mamá lo tenía muy claro, seguramente sonreía con gran sabiduría cuando padre e hijo se marchaban brincando a ver el espectáculo.
Ojalá nunca perdiéramos ese sentido de la libertad, el de su madre y el de uds al compartir sus gustos sin ninguna tapadera ni imagen.
Ojalá aceptáramos con naturalidad nuestro lado animal sin mordazas ni religiones ni nirvanas ni ataduras.
Ojalá fuéramos siempre niños, el niño que juega, que investiga, que se abre al mundo con ojos asombrados.
Creo que ud es bastante niño.
No lo pierda y siga pinchándonos a los que lo seguimos para arrancarnos risas y también envidias.
Besos de Humbert Humbert

El peletero dijo...

Pues no sé qué debo responderle, querida Inés, yo no pretendo provocar a nadie, se lo prometo. Hoy en día, además, una fotografía así no provoca ni al más inocente. A mí me hace llorar, eso sí, igual que a Aleix que tiene solamente 32 años y ahora se va a Alemania a perfeccionar su alemán, ya habla cinco idiomas y chapurrea otros tantos.

Algunos de mis amigos y conocidos dudan que estas chicas sean reales, quieren pensar que no existen, que son producto del photoshop o el resultado de oscuros experimentos genéticos de perversos científicos financiados por el todavía más maligno y siniestro capitalismo. Pero yo les digo que no, que no crean en ese tipo de conspiraciones, que esas muchachas son reales, ¡claro que sí!, existen de verdad, son de carne y hueso, yo las he vestido y desnudado, en mis buenos tiempos se me plantaban delante de mis morros igual que Dios o su madre las trajo al mundo, pero con la pequeña e importante diferencia de hacerlo 20 años después.

En fin, no sé, la verdad, en mí no causan ninguna reacción animal fuera de hacerme elucubrar sobre el sexo de los ángeles y provocarme una nostalgia irreparable. ¿Nostalgia de qué?, ¿de quién?

Nostalgia de mis amigos, de ellos, no de ellas ni de sus culos, ¡en absoluto!, y sí de Juan, de Pepito, de Antonio, de Luís, de cuando eran jóvenes y entusiastas, de cuando la curiosidad los despertaba cada mañana, de cuando no arrastraban los pies y todavía estaban enamorados de sus chicas, de sus novias, de las que ahora son sus esposas, esas señoras que digo que parece que alguien le deba dinero.

Yo creo sinceramente que igual que la cara es el espejo del alma y que a una cierta edad tenemos la que nos merecemos, también estoy convencido que con el culo sucede lo mismo y que algún chacra debe unirlos directa e irremediablemente.

Buda ya lo decía en uno de sus famosos aforismos, para bien meditar hay que sentarse mejor.

Besos curiosos.