martes, 22 de diciembre de 2009

El peletero/Ángela (7 de 20)


8 Junio 2009

7. De cómo Daniel justificaba ante mí a su esposa.

Ella es una persona normal, me replicó, no es ninguna heroína. Tampoco es una mujer enferma ni nada parecido, es una mujer, un ser humano como cualquier otro, nada más. Me quiere y me quiere con ella. Creo que eso es razonable. Las personas no queremos en abstracto, no somos ángeles rubios y asexuados.

¿Y tú?, ¿a ti te satisface esta situación?

No creo que ésa sea la pregunta que deba hacerse.

Respóndela de todos modos, insistí.

No, claro que no me satisface, hay algo que no termina de estar en su lugar. ¿El qué?, yo mismo, yo soy el que no está en su lugar, en el lugar que le corresponde. No lo digas tú, ya lo diré yo. No debía de haber aceptado su dinero a cambio de un matrimonio legal, pero falso. Ya lo sé, es cierto, pero… Lo acepté.

¿Crees que tiene un amante?, le pregunté.

No lo sé, ni tampoco me importa demasiado, me respondió. Solamente pienso que la conozco algo, poco, pero algo, y sé cómo era entonces en la cama. Era…

¿Cómo?

No sabría decirlo, normal, creo. En cualquier caso sería lo más lógico del mundo que tuviera un amante, a nadie debería extrañar. Me sorprende, e incluso afecta un poco mi orgullo masculino que desde mi regreso a casa y mi renuncia al divorcio no me haya buscado ni se me haya ofrecido.

¿A qué lo atribuyes?, le pregunté.

Creo que tiene miedo a mi rechazo. Piensa que ella y yo nos conocemos desde que éramos adolescentes, me respondió mirándome. Nos llevamos un año solamente y la primera vez que nos vimos fue en mi fiesta de cumpleaños, entonces ella tenía 13 y yo 14.

¿La rechazarías?

Es demasiado tiempo.

¿Lo es, Daniel?

Sí, lo es porque lo conoces todo del otro. Yo no quiero afirmar tanto, no quiero pensar que conozco todo lo que ella es, pero sea lo que sea eso que conozco de ella, creo que es excesivo.

No se puede obligar a nadie a permanecer a tu lado en contra de su voluntad.

¿Quién dice que no?, me respondió algo brusco, levantándose y buscando su abrigo que había colgado del respaldo de una silla.

Era tarde y Daniel quería irse ya. Al salir le pregunté a bocajarro qué clase de vida sexual tenía. ¿Recurres a alguna profesional?

Todavía no, me respondió con una media sonrisa, ¿me recomiendas alguna?, me preguntó.

2 comentarios:

Olga dijo...

Creo que leí todos los capítulos de la historia de Daniel y Cristina. Está muy bien narrada, eso no te hace falta que yo lo diga, pero lo digo igual. Bien narrada, con capacidad para marcar los toques de interés que llevan a seguir leyendo.
Me quedé con ganas de más. Seguro se trata de una historia que aún estás escribiendo.
Quiero felicitarte especialmente, me gustaría seguir leyendo esta historia.

El peletero dijo...

Apreciada Olga, eres muy amable, muchas gracias por tus palabras y sé bienvenida a mi casa.

Mi blog de Bloguer es un clónico –que se va desarrollando con un poco de retraso- de la casa original que encontrarás en esta dirección:

http://el-peletero.lacoctelera.net/

En ella podrás hallar, si te apetece, el resto de la historia, escrita y ya terminada. En el link “archivos” la encontrarás, se publicó, como puedes ver, entre mayo y junio del presente año, ya llevaba tiempo escrita.

Saludos.